El joven líder del Partido Democrático iniciará hoy las negociaciones para diseñar un gabinete que cuente con el apoyo de otras formaciones; pasado mañana juraría como primer ministro
Luego de recibir "con reserva" el encargo de formar un nuevo gobierno de manos del presidente Giorgio Napolitano, en una aparición fugaz, de apenas dos minutos, Renzi no sólo aceptó el desafío, sino que redobló la apuesta y prometió que tras asumir el poder hará en Italia una reforma por mes.
"En febrero cumpliremos un trabajo urgente sobre la reforma de la ley electoral; después, en marzo, la reforma del trabajo; en abril, la administración pública, y en mayo, el fisco", afirmó Renzi, figura naciente de la política italiana, que también reiteró que aspira a que su gobierno dure el mandato natural de la actual Legislatura, es decir, hasta 2018.
Tal como se esperaba, Renzi llegó al Palacio del Quirinale, sede de la presidencia, a las 10.30 (hora local) para recibir el encargo de manos de Napolitano, de 88 años. Si bien la prensa italiana esperaba una reunión rápida, fiel al estilo veloz y concreto del alcalde florentino, el cara a cara entre Renzi y Napolitano duró más de una hora.
A su término, apareció un Renzi totalmente distinto al de los últimos días y estrenando su tan querido rol de futuro primer ministro de Italia: vestido de riguroso traje azul y corbata, se lo vio mucho más serio y utilizando un léxico medido.
"Recibí el encargo de tratar de formar un nuevo gobierno. Acepté con reserva por la importancia y la relevancia de este desafío. En esta situación difícil pondré toda mi energía y el compromiso de los que soy y somos capaces", dijo Renzi.
"El sentido de urgencia es importante, pero el horizonte de la Legislatura que nos marcamos necesita de algunos días", agregó, al reconocer que no podrá sentarse en el sillón de Palazzo Chigi enseguida, sino que deberá esperar unos días. Finalmente, dejó en claro también cuál será la gran prioridad de su gobierno: resolver "el problema de mi generación, es decir, el trabajo".
Aunque la semana pasada parecía que Renzi, jefe del Partido Democrático (PD), ya tenía listo un equipo de ministros para suceder de inmediato a su ex compañero Letta, ayer confirmó que deberá tomarse un par de días. De hecho, con los partidos que apoyaban a Letta, comenzará hoy a negociar ministerios y demás cargos de su futuro gobierno, algo que no es fácil.
Como es sabido, por sí solo el PD no tiene los números para gobernar, por lo que está obligado a negociar el apoyo de las mismas fuerzas que apoyaban a Letta, sobre todo en el Senado. En este marco, es sabido que el partido de Nueva Centroderecha (NCD), de Angelino Alfano, ex delfín de Silvio Berlusconi, ya adelantó que no tolerará un "viraje a la izquierda" del nuevo gobierno. Además, pretenderá varios sillones, así como voz en el nuevo gobierno. Pero está también la agrupación del ex premier Mario Monti, Elección Cívica (EC), que querrá lo suyo.
Aunque también comienza a inquietar la existencia, dentro del mismo PD -partido de centroizquierda famoso por sus fragmentaciones internas-, de una minoría disidente liderada por Pippo Civati. Este diputado hizo saber que todavía no sabía si iba a apoyar un voto de confianza a Renzi.
Fiel reflejo de que en Italia aún gran parte de la opinión pública sigue perpleja ante la caída de un gobierno, impulsada por la dirección del PD el jueves pasado, y la formación de otro bajo el mismo signo, en el Quirinale Renzi se enfrentó a una pequeña manifestación de protesta organizada por un pequeño partido de derecha, que lo recibió con pancartas y gritos de "elecciones ya".
Renzi, que por la tarde volvió a su Florencia natal para despedirse de la alcaldía, no perdió sin embargo su optimismo, según demostró en un tuit: "Ésta es la vencida", escribió.
Lo cierto es que a partir de hoy lo esperan negociaciones arduas que culminarían pasado mañana. Entonces, luego de su jura como premier -el más joven de Europa, e incluso más que Benito Mussolini- y la de su equipo, llegará la hora del voto de confianza, tanto en el Senado como en la Cámara baja, hacia el fin de semana.
Pese a una gestación más lenta de lo que se esperaba, los mercados reaccionaron positivamente al futuro nuevo gobierno de Renzi. Un sondeo publicado por el Corriere della Sera, por otra parte, certificó que el 52% de los italianos cree que ese gobierno será sólido y capaz de hacer las reformas que el país, que lucha por salir de una dramática recesión, necesita..
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