El reconocido médico renunció en noviembre y no hizo pública su decisión por respeto a los numerosos pacientes que esperan una donación de órganos y que verán inexorablemente demorado su transplante.
Desde 1998 hasta fines de 2011, el doctor Carlos Zamora fue delegado procurador del Incucai –el Insituto Nacional Central único de ablación e implante-, en la zona norte de La Pampa.
Durante esos 13 años se realizaron alrededor de 30 ablaciones que permitieron la realización de más de un centenar de transplantes de todo tipo, desde recordados casos en los que se trató de ablaciones multiorgánicas hasta renales o de córneas.
“Fue una suma de circunstancias”, explicó Zamora a MaracóDigital sobre su alejamiento de una tarea que realizó con muchísimo cuidado y notable pasión.
“No fue ningún arrebato –aseguró- Fue una decisión que tomé con mucho dolor, después de pensarlo bastante. Pero me resultó imposible seguir cuando no tuve más remedio que aceptar que ninguna de las solicitudes que elevé fue siquiera analizada”.
El médico detalló una serie de elementos de los que carecen para realizar la tarea con un mínimo de equipos indispensables. Y confirmó que ni el más caro ni el más barato de los aparatos necesarios fueron adquiridos jamás.
En este punto relató que en el caso de la última procuración que realizó, estuvo alrededor de 9 horas hasta que pudo realizar un encefalograma. Es decir, está hablando del estudio más básico que se le realiza a un donante de órganos para comenzar a analizar la posibilidad de una ablación. Recién a partir de allí se pone en marcha un presunto operativo. Pero se trata de horas preciosas para no perder órganos vitales para un transplante.
Zamora no lo dice, pero fue un secreto a voces que uno de los operativos iniciados en General Pico para una ablación multiorgánica fracasó por el tiempo que pasó, durante el que los órganos del paciente se fueron deteriorando y no fue posible utilizar ni corazón ni pulmones.
Carlos Zamora precisó incluso que la ausencia de elementos y la desidia de las autoridades tanto provinciales como nacionales del área de Salud en La Pampa y del Incucai en la Nación, lo mantuvo en un “sucucho que se nos había asignado al lado de la guardia del hospital. Desde que se inauguró la terapia intensiva nueva, no realizamos ninguna procuración de órganos”.
Cuando dio su opinión sobre las responsabilidades no asumidas, Zamora fue claro al señalar que "las autoridades sanitarias de La Pampa nunca dieron respuestas a las necesidades que se comprometieron a atender frente al Incucai", pero al mismo tiempo señaló que "los directivos del Incucai tampoco nunca reclamaron a la provincia".
Se le preguntó al médico a qué cree que obedece que se haya desatendido un aspecto tan crucial, tan importante para la salud, por el que se han realizado programas y campañas de concientización entre la población a nivel nacional.
“Creo que es desidia o ignorancia… no puedo explicármelo del todo”, respondió Zamora.
El médico aclaró que la tarea de procuración se sigue realizando en la provincia desde Santa Rosa, a cargo del doctor Antonio Torreani.
Pero la realidad indica que para que la procuración de órganos se pueda efectuar en tiempo y forma, nada mejor que sea un médico del lugar el que lo haga.
En la actualidad, la lista de pacientes en espera de un transplante renal o de córneas –los que más se repitieron en General Pico durante la procuración de Zamora-, está “congelada”.
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