Desde aquella elección en 2013 que lo ubicó en la cima de su carrera a una actualidad con menos apoyo popular en territorio bonarense. Eclipsado por el kirchnerismo como principal opositor a Mauricio Macri, con avenida angosta producto de la polarización y complicado para acceder al Senado Nacional, busca redefinir la estrategia más allá de 2017. La mirada del “peronismo no K”.
Sergio Massa no atraviesa los mejores momentos de su carrera política. El 15,50% obtenido en las últimas Elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la Provincia de Buenos Aires no fue el resultado que esperaban. Tampoco el que arrojaban la mayoría de las consultoras. Unos y otros lo ubicaban más cerca de los 20 puntos que de los 15.
A eso, se le podría sumar un escenario político que continúa polarizado y, como muchos prevén, se profundizaría en octubre con Cristina Fernández y María Eugenia Vidal, las figuras más consolidadas de los espacios políticos actualmente más representativos, en pugna.
Massa, desde aquel exitoso 2013, en el que se había instalado como el dirigente que evitó al reelección de CFK y por lo tanto la figura política donde gran parte de la sociedad vehiculizó un freno a tantos años de kirchnerismo, contó con un fuerte respaldo popular en las urnas, lo que luego le atrajo aparejado el apoyo de otros sectores de peso del país: empresarios, medios de comunicación y más. Sin embargo, del 2013 a la actualidad, fue perdiendo el apoyo del votante, y por ende también el de lo que el consultor Jaime Durán Barba caracterizó como “Círculo Rojo”.
En su candidatura a diputado nacional como líder del prematuro Frente Renovador, Massa consiguió 43,92% o sea 3.943.056 en territorio bonaerense. De los 135 municipios, triunfó en 109. En el conurbano, de los 24, sólo en Lomas de Zamora, La Matanza, Florencio Varela y Berazategui ganó el por entonces candidato del Frente Para la Victoria, Martín Insaurralde. En esa ocasión el FR obtuvo 16 bancas. Cabe recordar que el PRO había decidido colgarse en sus boletas. De allí que Soledad Martínez o Gladys González fueran dos legisladoras, hoy representativas de Cambiemos que ingresaron al congreso en la lista del tigrense.
Para 2015, Massa con el partido Unidos por Una Nueva Alternativa (UNA) lanzó su candidatura presidencial, en el medio y con un escenario que se avizoraba polarizado, el ex intendente sufrió fugas innumerables de su espacio. El PRO, dentro de Cambiemos, jugaría por su lado. En Provincia quedaría tercero con un 22,40%. 2.062.610, 21 puntos menos que en 2013, lo que se traducen en casi dos millones de votos perdidos en dos años. En toda la provincia, luego de emblemáticas partidas de jefes comunales como Gustavo Posse (San Isidro), Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), Daniel Bolettieri (Almirante Brown) y Húmberto Zúccaro (Pilar), entre otros, el massismo se quedó apenas con poco más de una docena de intendencias.
En 2017, aliado con Margarita Stolbizer, que por cierto no le acarreó prácticamente votos, descendió más aún en la elección de los bonaerenses. 1.383.336 (15,53%) lo votaron. Casi 600 mil personas menos que hace dos años y más de dos millones y medio de votantes por debajo de lo obtenido en 2013. Incluso obtuvo una performance no muy buena en un distrito lindante a su Tigre natal, como San Fernando. Actualmente 11 municipios de los 135 están dirigidos bajo intendentes de su órbita.
Sin embargo, este jueves se reunirán en Tigre con Margarita Stolbizer los diputados nacionales, legisladores provinciales e Intendentes como así también los tres primeros candidatos a concejales de todas las listas del espacio en la Provincia de Buenos Aires. Allí comenzarían a delinear la estrategia de cara octubre, en la que muchos pronostican una mayor peronización.
Consignado este punto, también comenzaron los contactos de Massa con los gobernadores peronistas, y vicecersa, con el objetivo de un “peronismo no K” de cara a 2019 y con CFK envalentonada. Con un panorama complicado de cara octubre, el tigrense ya estaría modificando la estrategia, traspasando la frontera bonaerense, mirando a su gran objetivo, las presidenciales.
Comentá la nota