El presidente de COVESOL, Norberto Gil, se acercó a este medio para dar a conocer distintas problemáticas que afectan al barrio. Por esos pedidos, en los últimos años se impulsaron varias presentaciones en el Concejo Deliberante y en el Departamento Ejecutivo.
En mayo de 2009, los concejales aprobaron un proyecto de ordenanza para que el gobierno de entonces arbitrara los medios necesarios a fin de controlar el buen funcionamiento de una planta de tratamiento de residuos ubicada en una urbanización privada pegada al Juan XXIII. A su vez, reclamaban "acciones necesarias de mantenimiento y limpieza del sistema de desagües pluviales". Por aquellos tiempos, también por iniciativa del bloque de la Unión Vecinal, los vecinos lograban que los concejales aprobaran una comunicación dirigida al gobierno para que éste concretara "las mejoras reclamadas por los vecinos del barrio Juan XXIII en materia de mantenimiento del estado general de sus calles, desagües pluviales, cuneteo y limpieza de zanjas, bacheo de sectores pavimentados, nivelación de calzadas y desmalezamiento de sectores adyacentes a la red vial".
Los ediles vecinalistas, con Oscar Luciani a la cabeza, explicaban que las deficiencias marcadas "provocaban el estancamiento de aguas, generando focos de contaminación y producción de malos olores".
Para marzo del año pasado los problemas denunciados continuaban. Ante eso, Gil envió un escrito al anterior presidente del Concejo, Hernán Mosca, para pedir la realización de un plenario de concejales "con el objeto de tratar problemas vinculados al barrio, y que versan sobre las inundaciones que sobrevienen después de cada fuerte lluvia, anegando calles y viviendas particulares, con el consiguiente perjuicio para los habitantes del lugar ya que no pueden circular ni a pie ni en vehículos".
En el escrito, el presidente de COVESOL recordaba que los reclamos habían comenzado en 2006, por intermedio de distintos expedientes donde ya se planteaban la necesidad de construir banquinas y alcantarillado para todo el barrio en general.
La nota planteaba la construcción de un conducto troncal de desagüe pluvial sobre la calle Gálvez, arteria que recibe el agua de la cuenca proveniente del sector rural existente entre el barrio y la calle Beschtedt. Según los vecinos, "la obra eliminaría los problemas de anegamiento e inundación que sufre el sector del barrio desde la calle Zapiola hasta Montes Carballo". Al respecto, Gil aclaraba que en varias visitas realizadas al vecindario, un representante de la Dirección Provincial de Saneamiento y Obras Hidráulicas informó que el Municipio debía hacerse cargo de solucionar esos problemas.
Meses después de la carta, la Comisión de Obras Públicas del Concejo mantuvo una reunión con vecinos del Juan XXIII, donde se volvió a tratar el tema de las inundaciones como consecuencia de deficiencias en los desagües. En ese encuentro se acordó, por parte de los concejales, reiterar las comunicaciones al Departamento Ejecutivo sobre las cuestiones tratadas.
Entre la documentación aportada por Gil a este medio, figura la hoja de ruta que siguió un pedido presentado el 12 de enero de 2007. En esa oportunidad, los vecinos pedían alumbrado público, agua corriente y cloacas, entre otras cuestiones. El expediente ingresó a la Secretaría de Obras Públicas y, desde allí, fue recorriendo diversas dependencias municipales. El último movimiento data de junio de 2009, cuando el reclamo de los vecinos regresó a Obras Públicas, donde sigue esperando la atención de los funcionarios.
Comentá la nota