La central ubicada en Zárate volvió a funcionar después de 10 meses. Atucha III y el CAREM, los otros dos proyectos del sector que están en marcha.
Luego de 10 meses de parálisis, la secretaria de Energía, Flavia Royon, volvió a poner en marcha este jueves la central nuclear Atucha II gracias a una reparación en tiempo y ahorro récord. Se trata de una muestra de que Argentina sigue apostando por el desarrollo de la energía atómica, mientras continúa con el desarrollo de un reactor nuclear propio y con la posible importación de un reactor chino a gran escala.
La reinauguración de Atucha II
Atucha II había sido paralizado hace 10 meses, en octubre de 2022, cuando se descubrió que una pieza que separan el agua refrigerante de las capas de relleno inferiores se había desprendido, bloqueando uno de los canales. Los técnicos de Nucleoeléctrica SA (NA-SA, la empresa de capitales estatales que gestiona las tres centrales nucleares del país) descartaron el plan propuesto por los fabricantes alemanes de desarmar todo el reactor, que hubiera costado unos 1000 millones de dólares y hubiera tenido a Atucha II sin funcionar durante unos cuatro años.
En cambio, optaron por una solución propia: la construcción de herramientas ad hoc para quitar la pieza atascada sin desarmar el reactor. Se trató de una solución inédita a nivel mundial, que demoró solo 10 meses y tuvo un costo mucho menor a los 20 millones de dólares que se habían calculado inicialmente, aseguraron a El Destape fuentes de Nucleoeléctrica. Además, se evitó más de tres años de lucro cesante por 1 millón de dólares diarios.
“En el mundo nos decían que esta reparación iba a necesitar cuatro años y que iba a ser necesario desarmar el reactor con el costo y el riesgo que esto conlleva, ya que se trata de la máquina más grande de nuestro sistema. Y nosotros la llevamos adelante en diez meses”, destacó Royon al reinaugurar la central ubicada en el partido bonaerense de Zárate, en un acto que compartió con el titular de NA-SA, José Luis Antúnez, y los trabajadores de la central.
En ese sentido, Energía consideró que esta reparación "posiciona al país como exportador de una solución inédita a la hora de realizar intervenciones al interior del reactor". Las fuentes de NA-SA señalaron a este portal que hoy Atucha II está funcionando a un 45% de su capacidad y que se espera que alcance su tope habitual dentro de unas dos semanas.
También aclararon que, pese a que originalmente se dijo que la central volvería a estar operativa en julio, en verdad no hubo demoras para la puesta en marcha sino que se trata de un proceso de varios pasos que en total llevó algunas semanas, hasta que el lunes pasado finalmente se conectó la planta a la red nacional de energía.
La apuesta de Argentina por Atucha III y el reactor CAREM
Pero la reinauguración de Atucha II no es la única muestra de que Argentina sigue apostando por el desarrollo nuclear, sino que también tiene otros dos proyectos importantes en marcha: la compra de un nuevo reactor de gran escala a China (que se instalaría como Atucha III) y el desarrollo del reactor local CAREM.
"La energía nuclear se encuentra en un punto de inflexión. Tras décadas de una relativa parálisis, está frente a un potencial despliegue de nuevas instalaciones", debido al impulso de la transición energética pero sin que todavía las fuentes de energía renovables tengan suficiente capacidad propia, y mientras la guerra en Ucrania encarece los costos de los recursos fósiles, explicó un reciente informe de Fundar.
En este marco, el país prosigue con la posible compra del reactor chino a partir de un acuerdo de compra firmado en 2014 bajo el gobierno de Cristina Kirchner. Sin embargo, para pasar a la etapa de la firma del contrato se debe cumplir una serie de condiciones precedentes que todavía no llegaron a concretarse.
Por eso, Argentina negoció sucesivas extensiones de la puesta en vigencia del contrato. La última de ellas en noviembre de 2022 a vencer en octubre de este año. Según pudo saber El Destape, actualmente se está negociando una nueva extensión. Aun así, expertos plantean algunas críticas acerca del reactor a gran escala chino, ya que, según detalló Fundar, tendría un costo de generación energética más elevado que el actual y un diseño sin posibilidades de replicarse.
En base a ello, el país también se encuentra construyendo lentamente su propio reactor nuclear de baja escala: el CAREM. "Después de más de 35 años en planificación, el CAREM está actualmente en una avanzada etapa de construcción a escala real. No obstante, no hay certeza de que se complete antes que otros competidores", señala Fundar.
Aun así, el informe agregó que será necesaria la participación del sector privado en forma de inversión accionaria para terminar el reactor, ya que su costo total es de 3.000 millones de dólares, precisó Fundar. Recientemente se terminó el hormigonado de contención del reactor, un paso clave de la obra, que mientras tanto sigue su avance.
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