La ruleta política tiene un componente clásico: la mudanza de dirigentes, movimientos que suelen leerse como anticipos o indicios, el mentado olfato sobre lo que vendrá.

En 2015, Mauricio Macri se nutrió de figuras y operadores del PJ que dos años antes habían apostado a Sergio Massa y que, en la carrera por la sucesión de Cristina Kirchner, se integraron al dispositivo Cambiemos.

Ese proceso quiere revertir Sergio Massa que este domingo estuvo en La Matanza, donde se mostró con Rubén Ledesma, jefe del gremio de Empleados de Comercio, desembarco que se interpretó como previa de una novedad.

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Esta semana sectores del PJ aliados de Cambiemos dejarían ese espacio para sumarse al bloque del "peronismo alternativo" que patrocinan Massa, Juan Manuel Urtubey, Juan Schiaretti y Miguel Angel Pichetto.

Cerca de Massa, donde evitan dar precisiones, sostienen que habrá movimientos que funcionarían como reflejo de la crisis de Cambiemos pero, sobre todo, de una evaluación de la baja de la chance electoral del macrismo.

A mediados de agosto, el ex diputado Carlos Brown, abandonó el PRO para sumarse al Peronismo Federal. "En Cambiemos no hay discusión de ninguna naturaleza”, dijo el ex ministro duhaldista que el jueves pasado recibió a Pichetto en San Martín.

De esa actividad participó, también, Eduardo Duhalde.

En el PJ no K aventuran que la "mudanza" de peronistas de Cambiemos hacia el armado que se presentó el 30 de agosto pasado, seguirá en estos meses. En La Matanza se esperan novedades para estos días.

Massa estuvo este domingo en ese distrito con agenda económica: salarios, tarifas y marcha de la economía en tiempos de crisis.

Esa semana, el jefe del Frente Renovador compartirá una actividad con Pichetto en Bahía Blanca y el sábado viajará a Estados Unidos, donde dictará conferencias en Washington, en el Wilson Center, donde es mencionado como un "moderate peronist".

Con agenda de candidato -la semana pasada lo postuló el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni-, Massa repartió críticas al gobierno.

"La gente tiene que tener plata en el bolsillo para que las pymes vendan y generen trabajo. El camino de la Argentina no es sacarle la plata del bolsillo a la gente para pagarle al FMI", aseguró el tigrense.

"El problema más serio de Argentina es que su programa económico está orientado a la timba financiera y no a la realidad del trabajo”, afirmó y agregó: "Los trabajadores de comercio son quienes mejor conocen lo que está pasando en el país porque viven diariamente cómo la gente deja de consumir porque el salario cada vez alcanza para menos. En lugar de escuchar tanto al Fondo y a los sectores financieros, el Gobierno debería escuchar a los trabajadores de comercio que saben cómo sufre el bolsillo de los argentinos”.