El jueves fueron desalojados de la esquina de San Martín e Ituzaingó. Se abrió un debate pendiente.
El jueves por la tarde los inspectores de la Subsecretaría de Control Comercial, acompañados por la Policía de la Provincia, decomisaron la mercadería que los carreros comercializan en las calles Ituzaingó, Urquiza y avenida San Martín.
El desalojo fue violento debido a las características de los fruteros. La acción municipal, contra 10 carreros, se convirtió en un enfrentamiento que ocasionó cortes en el tránsito vehicular y un verdadero caos en las calles del centro. La medida tomada por la Subsecretaría de Control Comercial provocó un movimiento que abrió el viejo debate sobre el papel de los vendedores ambulantes en los alrededores de las calles del Mercado.
De un lado están los comerciantes, que mantienen su situación en rigurosa regularidad y que dicen verse afectados por los ambulantes que “no tienen ni un papel en regla”.
Los comerciantes acusan de todo a los ambulantes. Aseguran que se trata de “una mafia que dirige un tal “Banana Alcalá” y que “consumen y comercializan marihuana”. Además denuncian que ocasionan “recurrentes riñas con cualquiera que intente decirles algo”.
Los fruteros, por otra parte, ven las cosas de otra manera. Ellos aseguran que están hace más de 10 años de forma pacífica y que no compiten con los comerciantes. Dicen que no tienen “otras posibilidades de trabajo” y que los que estafan con el peso y provocan desmanes son los vendedores llamados “temporales”.
En el medio están los inspectores de la Municipalidad. A ellos los acusan de todos lados.
Los comerciantes aseguran que los inspectores cobran 20 pesos diarios a los fruteros por dejarlos trabajar tranquilos. Del lados de los ambulantes dijeron que los inspectores les “sacan la plata, la mercadería y no dejan trabajar tranquilos”. Los carreros volvieron ayer a la calle, a pesar de la prohibición del jueves.
Ayer, aproximadamente a las 9 de la mañana, llegaron en grupo hasta la Dirección General de Inspecciones de la municipalidad, en el pasaje Castro.
El subsecretario de Control Comercial, Marcelo Scarponetti, señaló que “el municipio no está en contra del trabajo de la gente humilde, sino que queremos regular y encauzar el comercio informal”.
En referencia al grupo al que se le decomisó mercadería, el funcionario afirmó que “ellos nunca cumplieron con nada. Incumplen con las normas municipales, se manejan con violencia”. Se le consultó si los fruteros de todas las esquinas tienen igual actitud. “Hay gente que tiene otras formas para llevar el pan a la casa. Forman cooperativas, no recibimos quejas de los vecinos, son educados, pero este grupo es intransigente y es violento verbal y físicamente”.
Para el funcionario se trata de “un grupo reducido que se dedica a la venta informal y que no ha cumplido en los últimos años con nada de lo que se les pidió y admitió que no tiene muchas expectativas de que esta actitud cambie, por lo que seguirán los operativos.
“Fuman marihuana y orinan en la calle”
Los comerciantes tienen mucho miedo de dar sus nombres por la peligrosidad con la que describen a los carreros.
“Nosotros no le podemos decir nada a los muchachos porque automáticamente se juntan y nos atacan violentamente. Son una patota”, opinó un comerciante.
Un hombre, también muy temeroso, llamó por teléfono a El Tribuno y dijo que son frecuentes las peleas con otros carreros que quieren instalarse en la zona.
“Todos los carros de la San Martín pertenecen a una sola persona. El ‘Banana’ Alacalá es el propietario de todos los carros y es el que manda a todos como una mafia organizada”, dijo el hombre.
Una propietaria aseguró que todas las mañanas pasan los inspectores cobrando 20 pesos a cada carro.
Además, dijo que “como no tienen baño orinan en las veredas” y dejan todo en muy malas condiciones de higiene.
La mujer aseguró que ese es un punto fijo de venta de marihuana y que “es parte de la vida diaria ver cómo fuman”.
“Yo no sé qué habrá pasado con los funcionarios que nunca hacen nada para controlar. Ahora se les dio por desalojarlos. Algo no le habrán pasado”, concluyó la mujer.
“La Policía nos saca la plata”
“Un carro con la mitad de mercadería nos cuesta por arriba de los 1.200 pesos y con eso vendemos por unos días”, dijo Sebastián Cabana, uno de los referentes de los comerciantes callejeros.
Son muy pocos. Fueron al menos 10 carreros los que se enfrentaron a las fuerzas de seguridad en la tarde noche del jueves último.
“Nos tiraron la mercadería en la calle y nos robaron el dinero que recaudamos. Eso es siempre así. La Policía y los inspectores no sacan la plata que recaudamos”, aseguró uno de los comerciante más jóvenes .
“Nosotros formamos parte del paisaje urbano de la ciudad. Acá vienen los turistas y nos sacamos fotos con ellos”, concluyó Cabana.
Comentá la nota