De Mendiguren pidió licencia en enero pasado como diputado nacional; el oficialismo retiene su banca para no otorgársela a un opositor
Sergio Massa tiene una banca "in pectore" para el oficialismo: la de José Ignacio de Mendiguren, uno de sus dirigentes más fieles que actualmente está de licencia en la Cámara de Diputados para presidir el directorio del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). De Mendiguren podría convertirse en el voto clave si retornara a su banca en caso de que la votación de la reforma judicial se anticipe demasiado ajustada. La oposición está alerta.
Massa espera no llegar a esa situación y apuesta a conseguir de otros bloques los votos que le faltan para aprobar la ley; para ello, una vez que la media sanción sea aprobada en el Senado, dilatará el debate de la iniciativa en las comisiones de la Cámara baja para ganar tiempo. De Mendiguren, por su parte, ruega en voz baja que no se vea obligado a ocupar nuevamente su banca; entiende que se vería envuelto en un escándalo cuando su vocación real es permanecer en el BICE, donde se siente más cómodo.
Sin embargo, De Mendiguren no puede renunciar a su banca; hacerlo sería concedérsela a la oposición, en este caso, a Marcelo "Oso" Díaz, dirigente del partido GEN que lidera Margarita Stolbizer, otrora aliada electoral de Massa. Por esa razón De Mendiguren optó, a pedido de Massa, por pedir licencia en la Cámara baja, la cual se aprobó el 29 de enero pasado. Díaz, quien iba séptimo en la lista de diputados del 1País que encabezaba Felipe Solá en 2017, inició entonces una dura batalla judicial en la Justicia Electoral para reclamar por esa banca. Esta disputa aún no está saldada; la Justicia aún debe resolver si Díaz tiene legitimación activa para insistir con su reclamo.
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De Mendiguren debió sortear otro escollo para asumir su cargo en el BICE sin renunciar a su banca. El estatuto del banco establecía en su artículo 9 que no podían asumir como directores de la entidad "quienes formen parte de los cuerpos legislativos y judiciales, ya sean nacionales, provinciales o municipales". Rápidamente, una asamblea de accionistas del banco se reunió para sortear el obstáculo y modificó el estatuto para permitir que, aún con licencia como diputado nacional, De Mendiguren pueda asumir como director en el BICE.
Rápidamente, una asamblea de accionistas del banco se reunió para sortear el obstáculo y modificó el estatuto para permitir que, aún con licencia como diputado nacional, De Mendiguren pueda asumir como director en el BICE.
Este episodio ocasionó una fuerte réplica de Stolbizer contra el oficialismo. "Con maniobras ilegales y manipulación del poder y las normas, el oficialismo 'inventa' una indigna licencia de De Mendiguren para impedir el ingreso del diputado electo Marcelo Díaz. La democracia es pluralismo y así se conforma el poder legislativo. Forzar mayoría excluyendo, manipulando normas es violar derechos y degradar instituciones. El director del BICE debe renunciar a su banca para facilitar el ingreso del siguiente diputado electo", enfatizó.
Las denuncias de Stolbizer no prosperaron y la banca de De Mendiguren sigue vacía. Es claro que al oficialismo le conviene tener un diputado menos (hoy suman 118 legisladores, cuando en realidad debería tener uno más), antes que concedérselo a la oposición. En situaciones complejas y votaciones apretadas, un voto más -aunque sea polémico- puede resultar clave.
La oposición está alerta porque no sería la primera vez que diputados con licencia por ocupar otros cargos públicos retornen raudamente a sus bancas para votar de urgencia una ley. Todavía está fresca en la memoria de muchos legisladores aquella escandalosa sesión de febrero de 2013 cuando dos diputados del Frente para la Victoria, la tucumana Beatriz Mirkin y el chubutense Carlos Eliceche, renunciaron a sus cargos en sus provincias para dar quórum en el debate sobre el memorándum con Irán.
Mirkin, una dirigente que responde al exgobernador y actual senador José Alperovich, era ministra de Desarrollo Social de Tucumán, mientras que Eliceche era el jefe de Gabinete del gobierno de Chubut. Ante la inminencia de la sesión, que se anticipaba complicada para el oficialismo, ambos renunciaron a sus cargos para reasumir sus bancas, lo que desató un escándalo en el recinto con fuertes críticas de la oposición. Eliceche, tras votar, renunció a su banca y regresó a su provincia para reasumir su puesto en la gobernación.
Más cerca en el tiempo, el ahora embajador en Brasil, Daniel Scioli, hizo una pirueta similar en febrero pasado para sumarse a favor del recorte de las jubilaciones a jueces y diplomáticos. A pesar de que ya había sido designado para el cargo diplomático, regresó sorpresivamente a su banca y permitió el quórum.
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