Se llama Fernanda Marina Gauna, es Concejal del Frente de Todos del Partido de La Costa, y junto a una cuadrilla de la Delegación Municipal zona sur de San Clemente del Tuyú, realiza la limpieza de casi cuatro kilómetros de playa desde la calle 86 a la Avenida I, el límite geográfico de esa repartición.
Todos los días, religiosamente, la cuadrilla compuesta por 10 personas, antes de caer el sol, aproximadamente a las 18, comienza el trabajo rutinario de norte a sur, van barriendo por sectores, médanos, linea de playa y zona húmeda, levantado la basura, desperdicios, envases plásticos, y recogiendo los residuos de los tachos colocando nuevas bolsas vacías para el otro día. Al respecto Fernanda nos cuenta que todo lo que es plástico lo están juntando en la delegación para una cooperativa de reciclado de reciente formación en la localidad.
Y hablamos de una concejal que junta basura, una cooperativa y un proyecto de reciclado. Aquí vale la pena hacer una pausa y refleccionar sobre este hecho que muestra una impronta de la gestión municipal que rompe con la lógica de eruditos, opinólogos, detractores y difamadores seriales que ven todo mal; y hacer un analisis ámplio, lavado de todo prejuicio y subjetividad, que traerá como síntesis que no todo es cómo parece o como se dice, que hay historias de vida que valen la pena ser contadas y que no todo es tán negro como se pinta.
El motivo que despertó mi curiosidad y motivó esta nota, fue encontrarme varios días en la playa con una concejal juntando residuos, nuestros residuos, que muchas veces por negligencia, comodidad, o ante la falta de un tacho, dejamos en cualquier lado.
Consultada Fernanda porqué siendo concejal hace este trabajo, su respuesta fue simple. "Porque me gusta acompañar a los chicos y chicas de la cuadrilla en sus tareas. Yo cumplí funciones en la delegación hasta que me tocó ejercer la banca de concejal, una vez que ingresé sigo yendo a la delegación y en este caso colaboro con esta tarea. Es una forma de apoyarlos, muchas veces se sienten discriminados e incómodos por hacer este trabajo, y es una forma de demostrar también, que este es un trabajo tan digno como todos".
Aquí vale la pena hacer otro paréntesis, y destacar el sentido de arraigo y pertenencia de la condición humana, que va más allá de la razón.
Fernanda, dice que mucha gente dentro de las cuadrillas (que son varias en la delegación afectadas a distintos servicios) no saben que ella es concejal, "es más, muchos no tienen idea lo que es un concejal", cuenta, y agrega que por su forma de ser se asegura que "no quede ni una pajita, cuando veo un papelito a lo lejos, voy y lo junto, soy muy meticulosa en esto, nací acá y me gusta ver la playa limpia". Además, nos dice que en su rol de concejal uno de los temas que más la ocupan y preocupan, es el medio ambiente.
En efecto, charlando y viendo el comportamiento de los muchachos de la cuadrilla, es posible apreciar que trabajan en equipo, con alegría, y sintiéndose acompañados por una "supervisora" que les facilita el trabajo en una tarea de iguales, que produce efectos positivos ligados a lo más recóndito del ser. Hablar de paridad, iguales, solidaridad, es hablar de hacer las cosas más llevaderas para alguien que está destinado a juntar residuos y no ve otro horizonte en su vida.
Sin saberlo o sí, sin proponérselo o si, el resultado del trabajo de una concejal que se "arremanga" a trabajar junto a los destajistas que reciben un pago escaso por sus tareas, es que las cosas salen mejor, se hacen con amor y los resultados están a la vista. Basta con visitar las playas del sur de San Clemente del Tuyú.
Lo espero por ahí, seguramente si usted se encuentra con una concejal juntando residuos en la playa, su impulso sería el mismo que el mío y me diría: "Vaya, vaya a hacerle una nota". Realmente lo merece, y todos merecemos saber que no todo está perdido. Que dentro de la política, como en todos los ámbitos, hay gente buena y gente mala.
Por Alejandro Lopez
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