INTA AMBA acompaña proyectos de compostaje y abono con los alimentos que no se recuperan para consumo humano o animal.
“Los mercados concentradores frutihortícolas cumplen un rol clave para la seguridad alimentaria y nutricional ya que funcionan como centros de distribución y abastecimiento de frutas y verduras de los principales centros urbanos”, destaca Sebastián Grenoville, del INTA AMBA quien acompaña experiencias de reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos en mercados mayoristas.
El principal objetivo es reducir las pérdidas y desperdicios de alimentos a lo largo de las distintas cadenas de valor. En segundo lugar, se busca su aprovechamiento a través de estrategias de donación de alimentos aptos para consumo humano. Si esto no es posible, se los utiliza a través de la alimentación animal o reciclaje. La última opción es tirar los residuos orgánicos sin tratarlos.
Es así como desde el INTA AMBA se acompañan proyectos que proponen la reducción y la valoración de los residuos sólidos orgánicos buscando mayor sostenibilidad económica, ambiental y social de las cadenas de frutas y hortalizas.
Por otro lado, también se trabaja para lograr minimizar los desperdicios y su aprovechamiento en el marco de una economía circular, y utilizar aquello que no se consuma fresco para transformarlo en alimento procesado como salsa, deshidratado o alimento animal.
Así, la iniciativa resulta ser, también, positiva para los Mercados ya que reducen los costos que implica la logística y la disposición final de estos residuos.
Impacto
Para Grenoville: “Los mercados concentradores de frutas y verduras son espacios de intercambio de bienes, servicios y saberes que se regulan a partir de normas y valores que se basan en muchos casos en relaciones personales y de confianza”.
Las dinámicas de abastecimiento de frutas y hortalizas frescas en el AMBA comprenden una multiplicidad de canales de comercialización, estructurándose principalmente a partir de los mercados concentradores de frutas y verduras que se encuentran distribuidos dentro de la región.
El técnico del INTA AMBA explica, también que “ante la sobreoferta, el circuito de mercadería puede incluir eventuales donaciones de productos que aún mantienen calidad alimenticia. Además de su aspecto social positivo, esta fracción donada disminuye costos de disposición de los residuos”.
Esta tarea se centra en los mercados de Pilar, Moreno y Escobar, en articulación con el Mercado Central de Buenos Aires quienes compartieron su iniciativa en la temática, aportando a disminuir el impacto ambiental y mejorar la sostenibilidad de los sistemas.
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