El peronismo encara las últimas semanas de la campaña con un objetivo extra: “recuperar” la esquiva ciudad de Córdoba, adversa desde el lejano 1999, cuando Germán Kammerath ganó para “el movimiento” el Palacio 6 de Julio. Desde entonces, hace 16 años, los capitalinos dejaron de votar al PJ.

Aunque las encuestas no vaticinan para el peronismo un resultado positivo en Capital, en el comando de campaña esperan dar el batacazo: para eso se organizaron una serie de actos en los clubes barriales más populares. El domingo fue en Argüello Juniors, y el finde que viene habrá un acto-locro en Sociedad Belgrano.

No son los históricos caciques del PJ capitalinos quienes están en los escenarios. Desgastados por la interna, debieron ceder ese rol a dos hombres del interior extremo: Marín Llaryora, candidato a vice gobernador y cacique de San Francisco, y Daniel Passerini, candidato a legislador y cacique de Marcos Juárez. 

Las dos encuestas que circulan en el comando que diagrama la campaña del PJ coinciden: Schiaretti empata (técnicamente) con Aguad en Capital.

En la última elección, las legislativas de 2013, Juan Schiaretti perdió por 38.738 votos en la ciudad de Córdoba, donde se impuso Oscar Aguad. En la elección anterior, las provinciales de 2011, fue De la Sota el derrotado por Luis Juez en la ciudad por una diferencia de 30.090. 

Pero lo que más le preocupa al peronismo es la sangría de votos en los últimos años: en 2011, De la Sota juntó 241.498, y en 2013 Schiaretti consiguió 115.649. En paralelo, creció el kirchnerismo: Carolina Scotto cosechó en la última elección 109.401 votos.Luego, Scotto renunció y los K se quedaron sin candidato.

Ahora, el aparente empate con Aguad envalentonó a los dirigentes que diagraman la campaña de Schiaretti, por lo que se decidió realizar la serie de actos en los barrios periféricos. “Sería la frutilla del postre”, se ilusiona un pejota capitalino. Aunque, casi al mismo tiempo, aclara: Juntos por Córdoba recién larga su campaña.