Lejos de las cámaras, donde los popes fabriles aprovechan para elevar sus quejas y azuzar con una crisis sectorial para conseguir beneficios para el sector, las usinas técnicas de la Unión Industrial Argentina (UIA) reconocen un crecimiento sin precedentes de la actividad del sector, con aumento de la inversión, la demanda agregada, las exportaciones y el empleo. Apuntan contra la falta de financiamiento de los bancos y admiten que el tiro de gracia a la industria fue la devaluación que provocó el enojo de Mauricio Macri tras las PASO presidenciales de 2019. Hoy, casi todos los indicadores, medidos por le entidad empresaria, se ubican por encima de mediados de 2019.

"En septiembre la actividad industrial tuvo una expansión de 2,7%con respecto a agosto, tras dos meses de caída, y subió 12,3 % interanual, estabilizando el ritmo de crecimiento anual. Con estos datos, los primeros nueve meses del año acumularon un aumento de 17,7 % interanual y de 6,8 % respecto de 2019", resalte el último informe de Centro de Estudios de la UIA, que en esta oportunidad hizo especial foco en la comparación con el gobierno anterior.

El presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, al asumir en junio de este año presentó una posición beligerante desde el "día 1" sobre la política económica del Gobierno, argumentando que las medidas adoptadas durante y en la salida de la pandemia enfocadas a la obra pública y privada. Básicamente, el enojo del también titular de la cámara alimenticia (Copal) era que supuestamente se privilegiaba la Construcción frente a la Industria. Sin embargo, las cifras que maneja la propia ala técnica de la UIA, mal que le pese a Funes de Rioja, coinciden con las oficiales que difunde el INDEC y dan cuenta de una mejora sustancial de la industria. 

Más allá del salto lógico de la actividad industrial respecto del año pasado, donde la base de comparación fue muy baja por la parálisis de la actividad por el arribo de la pandemia, la mejora también ostensible si se lo compara con 2019, el último bajo la gestión Cambiemos. Las cifras de la UIA también desmienten el supuesto éxodo de empresas. "El 76,6 por ciento de la demanda agregada la conforma la inversión (formación bruta de capital fijo), la cual creció un 9,1 por ciento con respecto de segundo trimestre de 2019 (antes de la devaluación post PASO)", detalla el informe.

"Respecto de septiembre de 2019 la variación de la actividad industrial fue de 16,1 %, un alto incremento que se vincula parcialmente a una baja base de comparación producto de la crisis cambiaria registrada a partir del mes de agosto de ese año", agrega el equipo técnico de la UIA. Al interior de la industria se registraron subas interanuales en casi todos los rubros, por primera vez desde que se desató la doble crisis, la macrista y la sanitaria. En la comparación con los niveles de producción pre pandemia (septiembre de 2019), existen ya 10 de los 12 sectores relevados que presentaron aumentos, exceptuando productos textiles e industria de metálica básica.

En el acumulado anual, 8 de 12 sectores que componen el índice de la UIA mantuvieron subas respecto de 2019, principalmente aquellos de bienes durables y algunos de sus encadenamientos. "Todavía otros cuatro sectores continúan por debajo (edición e impresión, metales básicos, refinación de petróleo y productos textiles)", destaca el documento de la UIA.  En el segundo trimestre del año la actividad industrial registró una variación trimestral negativa de 0,5 %, luego de cuatro trimestres consecutivos a la suba, mientras que, en la comparación interanual la actividad industrial se expandió 12,4 % contra 2020 y se incrementó 10,7 % contra 2019, recuperando así todo lo perdido durante la pandemia y parte de la caída durante el macrismo.

El texto realizado por los técnicos de la entidad fabril da cuenta además de un nivel de utilización de la capacidad instalada del 66,7 %. "Respecto a 2019 la suba fue de 6,9 puntos porcentuales y 10 de los 12 sectores marcaron incrementos (a excepción de productos del tabaco y refinación de petróleo). "Si bien todos los componentes de la demanda aumentaron en la comparación interanual, solo la formación bruta de capital fijo (inversiones) logró superar los niveles del segundo trimestre de 2019", asegura la entidad que conduce Funes de Rioja. En cambio, hubo menor dinamismo por parte del consumo privado (principal componente de la demanda) y las exportaciones, que se ubican en magnitudes inferiores frente al mismo trimestre de 2019.

En septiembre, las mayores subas se vieron en sectores como el automotriz, que tuvo una suba de 35,4 % con respecto a 2020 y 57,2 % respecto a 2019, traccionado por el buen desempeño de las exportaciones, aunque las ventas al mercado interno se contrajeron producto de restricciones de oferta, por faltantes globales y por las dificultades en la logística internacional. También hubo subas en la industria de minerales no metálicos, 6,2 % interanual y 22,2% respecto de 2019, "a partir de la recuperación de la construcción y las refacciones en hogares"; es decir, un impacto indirecto del impulso a la obra pública y privada.

Por su parte, el sector de electrónica de consumo registró un incremento de 9,4 % interanual, mientras que respecto de 2019 la suba fue de 54,6 % impulsado en gran medida por la producción de celulares. "Este sector se encuentra en una fase de recuperación luego de las fuertes caídas de los años previos", resalta el informe. En tanto, hay otros sectores que siguen esta dinámica positiva al ser proveedores industriales. Este es el caso de metalmecánica, que registró una expansión de 17,1 % interanual y también en la comparación con 2019, de 17,7 % por cuarto mes consecutivo", de acuerdo con el relevamiento de la entidad.

En los primeros nueve meses del año, las exportaciones de manufacturas de origen industrial (aumentaron en 48,2 % interanual tanto por incremento de cantidades, de 32,9 %, como de precios, 10,9 %. En la comparación con 2019 las exportaciones de manufacturas de origen industrial crecieron 17,1 %).