Los municipios del área metropolitana, que integran el Consorcio Público Metropolitano de Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (Girsu), se unieron en una campaña de recolección de neumáticos en desuso. La iniciativa, surgida en la Municipalidad capitalina, se llama “Neumatón”.
El plan es acopiar las cubiertas usadas, trasladarlas a una planta cementera y utilizarlas allí como combustible en reemplazo del combustible fósil. Esto ayudará a reducir la huella de carbono. Se trata de un proyecto que durará hasta el 5 de febrero, en el que intervienen Yerba Buena, Banda del Río Salí, Lules, Tafí Viejo, Las Talitas, Alderetes y Bella Vista. Según se explicó, se busca proteger al ambiente y actuar frente a la epidemia de dengue, dado que los neumáticos arrojados en baldíos, basurales y la vía pública, así como los que están en depósitos, son potenciales recipientes de las larvas del mosquito transmisor del dengue, en especial en esta época del año de altas temperaturas y lluvias, que es cuando aumenta la presión epidemiológica, según explicó el área de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Capital. Como explicó la presidenta del Consorcio Público Metropolitano, se recibirá el material en la planta de transferencia de San Felipe, desde donde se lo va a llevar a su lugar de disposición final en la planta cementera.
Para ello ya se han dispuesto sitios de primera recepción en los distintos municipios y también se ha habilitado una línea para que los vecinos soliciten su retiro de los domicilios. Los neumáticos desechados son, al igual que los escombros, las pilas o los artículos electrónicos viejos, material cuyo destino, por lo general, la comunidad no sabe cómo definir, por falta de hábitos de reciclado o de una política concreta, clara y amplia. En 2022 la Red de Investigación y Acción sobre Residuos (RIAR) estimaba que en el país se desechan cada año entre 130.000 y 150.000 toneladas de neumáticos fuera de uso.
Según publicó Infobae, si se los descarta en basurales, pueden tardar unos 600 años en descomponerse, mientras liberan gases tóxicos y contaminan la tierra. En cambio, si se los recicla, pueden convertirse en material para diversos productos como el césped sintético para canchas de fútbol o de hockey, baldosas plásticas utilizadas muchas veces en las áreas exclusivas para niños en las plazas y mobiliario urbano como reductores de velocidad y divisores de ciclovías. En la Argentina solo hay tres empresas -en Buenos Aires, Mendoza y Santa Fe- que reciclan los elementos que componen un neumático: el caucho, el metal y el nailon; y hay cementeras que reciben neumáticos fuera de uso para utilizarlos como combustible para sus hornos, tal como se va a hacer en la planta tucumana.
La iniciativa del Consorcio, pues, viene a hacer frente a un problema severo de contaminación y se enmarca, ciertamente, en la apertura de una política de reciclado que se hace sentir en la capital y que desde hace tiempo se aplica sobre todo en Tafí Viejo; y que muestra la decisión de encarar tareas conjuntas en el área metropolitana frente a asuntos comunes. Bienvenida sea la iniciativa de “Neumatón”. Sería de esperar que sea el comienzo de acciones concretas con respecto al reciclado de los neumáticos, que vayan más allá del 5 de febrero.
Comentá la nota