Daniel Matyas no tuvo más remedio que tomar la decisión de retirar del Cementerio Oeste los restos de su hermanita, fallecida en 1967, ante los apremios administrativos que obligaban a su familia a “mudar” su lugar de descanso e inhumarla por segunda vez, ya que se levantará el sector donde actualmente descansa la beba. El joven puso así el alerta respecto de la legislación vigente en materia de cementerios en Comodoro Rivadavia.
Al exponer la situación del Cementerio Oeste, Daniel Matyas ironizó que habría un sector clase A y uno clase B, en función de que mientras algunos espacios se ven parquizados y cuidados, en otros como en el sector D5, los coirones crecen desde el interior mismo de las tumbas y conviven sepulcros abandonados con los que reciben visitas familiares para dejar sus flores y recuerdos.
Según Matyas, Comodoro Rivadavia se rige por una resolución de 1944, que determina que “la paz del descanso de nuestros muertos tiene fecha de vencimiento. Está garantizada por un tiempo determinado, cuya mayor o menor duración depende del poder adquisitivo de sus deudos”, criticó.
Sucede que la resolución en cuestión, (222/44) establece distintas secciones en el cementerio. Si es propietario de un panteón o bóveda, sus muertos descansarán en paz por 99 años y si alquiló un nicho, entre 5 y 25 años. Si arrendó tierra, la paz podrá durar 5 años, renovarse por 5 más, y sólo de manera excepcional y si hay tierra disponible, otros 5 años. Son 15 años de paz en total en el mejor de los casos y será interrumpida para que los restos sean trasladados a nichos para restos reducidos o a la fosa común.
Mientras tanto, si se trata de una sepultura en tierra a título gratuito, sólo para cadáveres provenientes de hospitales y para los pobres -cuya condición se acredite suficientemente-, la paz del descanso durará 5 años, a menos que se pague la renovación del alquiler por 5 años más.
“Vencidos los plazos para que nuestros muertos descansen en paz, el destino de sus restos y el derecho de quienes los sobrevivimos a honrarlos y recordarlos conforme nuestras creencias, dependerá de que leamos el diario (precisamente el aviso) durante los 8 días que el municipio publica la intimación de renovar la locación en los casos autorizados, o a reducir, o remover el cadáver en los demás, bajo apercibimiento de ser arrojados a la ‘Fosa Común’” reclama Matyas en un escrito que además comparte en la red social Facebook.
“Ojalá esta resolución no rija en el caso de José Fuchs, o de los caídos en Malvinas, aunque de todas formas, creo que nadie tiene menos derecho que ellos a tener su última morada en forma definitiva”, reflexionó.
ACTUALIZACION
Considerando que la reglamentación atropella el derecho de rendir culto a los muertos, Matyas giró una nota al intendente, con copia al Concejo Deliberante para que de forma definitiva -aunque con 64 años de retraso- se adecue y actualice la normativa.
“Hemos decidido retirar los restos de mi hermana del cementerio municipal, tendrán ustedes a partir de la semana que viene, un lugar disponible para otros restos humanos.
Nos queda solicitar, no para nosotros sino como contribución al bien común que dispongan a regular debidamente la materia y aplique todos los recursos para evitar a otros esta injusta violencia”, destaca el último párrafo de la nota que Matyas presentó en la Municipalidad, por la que además tuvo que abonar $2,50 para darle ingreso a la comuna.
Hay que destacar que la misma tomará estado parlamentario durante la sesión de mañana en el Concejo Deliberante, donde en 2009 ingresó un proyecto que a tales fines había sido redactado por los ediles justicialistas Gustavo Reyes y Adriana Casanovas.
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