De niña, Celeste Alam, reciclaba material de las calles y de El Borbollón. Confiesa su amor por el cuidado del medio ambiente y ahora está a cargo del taller de mujeres de la Cooperativa de Recuperadores Urbanos de Mendoza.
Por Paula Jalil.
Celeste Alam (43) está a cargo del taller de mujeres de la Cooperativa de Recuperadores Urbanos de Mendoza (Coreme), de niña juntaba y reciclaba material de las calles y del relleno sanitario El Borbollón. "Soy recuperadora de cuna, siempre lo amé, tuve otro trabajo y siempre volví al mismo", dijo.
Coreme se fundó en 2015, reciclan 10.000 kg de residuos por semana y gran parte del material es derivado al taller de mujeres donde fabrican juegos para niños, billeteras, anotadores, vasos y luego los venden en ferias.
Celeste Alam está a cargo del taller de mujeres de la Cooperativa de Recuperadores Urbanos de Mendoza. Foto: Martín Pravata / Diario UNO
El amor de Celeste por el reciclado y el medio ambiente
"De chiquitita lo hacía con mis viejos, me junté con mi marido, hice mi familia y seguí como recuperadora. Empezamos a trabajar en la cooperativa y aquí nos hemos quedado. Es amor porque tiene mucho que ver con la educación, el cuidado del medio ambiente, lo tengo tan penetrado que si vi a una persona que tiró un envoltorio al suelo, soy capaz de decirle, levantá eso o estás contaminando", sostuvo a Diario UNO.
Celeste contó que de niña durante el día andaba en una carretera juntando materiales por las calles y por las noches iba a la planta de residuos de El Borbollón, pero cuando los veía la policía, tenían que salir corriendo. "Creo que toda esa adrenalina siempre me ha gustado, nunca he querido cambiar al laburo. Siempre contagiando a la otra persona", añadió.
Coreme se fundó en 2015, reciclan 10.000 kg de residuos por semana. Foto: Martín Pravata / Diario UNO
El comienzo del taller de mujeres recicladoras
El taller de mujeres lo empezaron durante la pandemia porque necesitaban sostener la familia, no les llegaba tanta cantidad de material para reciclar y empezaron a pensar alternativas para mantener su economía.
Como los residuos secos que llegaban estaban en excelentes condiciones, empezamos a fabricar juegos con materiales reciclables e intercambiarlo por alimentos no perecederos a través del laboratorio de juegos de Economía Social y Ambiente de la Universidad de Cuyo.
El taller de mujeres lo empezaron durante la pandemia porque necesitaban sostener la familia. Foto: Martín Pravata / Diario UNO
Celeste explicó los productos tuvieron un alto impacto, empezaron a indagar, inventar y transformar productos, a darle un agregado de valor a los materiales reciclables que llegaban, lo empezaron a comercializar e inventaron el grupo de Mujeres Recreando.
Se presentaron a un concurso de la Fundación Avon 2022 con billeteras recicladas, lo ganaron y les dieron $300.000 con los que pudieron comprar maquinaria para el taller. Hacían hojas recicladas con pulpa y necesitaban una picadora de papel, cúter y tijeras.
Ganaron el concurso de la Fundación Avon 2022 con billeteras recicladas. Foto: Martín Pravata / Diario UNO
La evolución del taller de mujeres recicladoras
Desde 2020 trabajan en conjunto con Andrés Valero, líder de sustentabilidad de Bodega Argento. La empresa no sabía qué hacer con las botellas con defectos estéticos, hicieron un convenio y ellas cortan las botellas, las convierten en vasos y hacen grabados.
Argento les da alrededor de 300 botellas por mes, además tienen convenio con la red de Chachingo, la Universidad de Cuyo y el Instituto de Capacitación Aeronáutica (ICA). Las empresas les piden la cantidad de vasos que necesitan y las recuperadoras arman el presupuesto.
Las chicas el taller cortan las botellas, las convierten en vasos y hacen grabados. Foto: Martín Pravata / Diario UNO
Además, las mujeres del taller, que actualmente son seis, ven el material que no tiene venta en la cooperativa donde trabajan 30 personas, se lo llevan para transformarlo y que no siga contaminando.
Recuperan el papel que viene fotocopiado de un solo lado, las reciclan y hacen anotadores. También reciclan los frascos de mermelada y con las botellas de salsa de medio litro y telas realizan botellas para agua.
Juegos hechos con materiales reciclados. Foto: Martín Pravata / Diario UNO
Las mujeres del taller son promotoras ambientales, dan charlas en escuelas, hoteles, restaurantes, se les cobra por el servicio y luego se convierten en un punto verde, empiezan a hacer la separación, les avisan cuando el contenedor está lleno y lo retiran.
Pueden ver los productos en el taller, se pueden comunicar por teléfono y los interesados pueden llevarles material para reciclar, plástico, cartón, vidrio y textiles.
Las mujeres del taller son promotoras ambientales, dan charlas en escuelas, hoteles, restaurantes. Foto: Martín Pravata / Diario UNO
El conflicto con Las Heras y el salvavidas de Capital
Celeste explicó que hace dos años comenzó el conflicto de Coreme con la municipalidad de Las Heras, quienes abrieron una planta verde paralela, sin fijarse que ellos hacían ese trabajo. "Nos buscaron el pelo al huevo hasta que llegó el momento de la clausura", agregó.
"Ulpiano (Suarez) nos auxilia, nos traslada y nos pone el material dentro de Ciudad, nos largó la soga en el momento de la clausura en Las Heras y el grupo pudo continuar trabajando. Cuando empezamos a trabajar con Capital nos llegaban los camiones, era el 70% orgánico y el 30% era reciclable, hoy ha cambiado, el 70% es reciclable y el 30% orgánico", explicó Celeste.
La mujer sostuvo que antes no se separaba o en una cuadra separaba uno pero todos los demás no, entonces ese material se contaminaba con todo lo otro, pero eso ha cambiado y hoy llega casi todo preclasificado, donde solo tienen que hacer el movimiento de separar por material.
Antes no se separaba, en cambio hoy llega casi todo preclasificado. Foto: Martín Pravata / Diario UNO
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