Recelos en el reparto de la torta ponen en jaque la unidad radical

Recelos en el reparto de la torta ponen en jaque la unidad radical

Entre los radicales circula un dicho que afirma que si se juntan tres correligionarios, se arma una interna. Aunque la ortodoxia radical ha puesto todo su esfuerzo para demostrar unidad, no todo es color de rosa entre los boina blanca.

 

Unidos por el espanto y el apremio de contar con solo una representante en el Concejo Deliberante, que para colmo llegó por el cupo femenino desde un sector minoritario, Gonzalo Diez y los impulsores de su candidatura se están empachando de sapos pero no dicen ni pio con tal de no empañar la sensación de unidad que buscan instalar entre los afiliados.

Los avances del Espacio de Pensamiento Alfonsinista (EPA) hicieron sonar las alarmas entre los radicales, sostienen que han ganado muchos espacios sin merecerlos y acusan a Diez y compañía de haberse dormido.

Tras la asamblea que designó a los candidatos en el 2017, Graciana Maizzani logrando el segundo puesto con tan solo 40 votos se quedó con el lugar ganado por el radicalismo en las primarias de Cambiemos y en las internas del 2018, Damián Unibaso se quedó con la presidencia del Comité con la bendición de los ortodoxos.

El nombramiento de Juan Agarzúa, presidente de la JR, como secretario administrativo de Maizzani y la irregularidad laboral de Diez en la Defensoría del Pueblo, removieron el avispero y molestaron a los más puristas que dijeron "parecemos kirchneristas", además de caer en la cuenta de que los están "haciendo pollo" con los lugares disponibles.

Todos quieren un pedazo de una torta chiquita y nadie está dispuesto a aflojar, lo que pone a Diez contra las cuerdas ya que tiene que quedar bien con Dios y con el diablo para superar la primera etapa que es la interna radical y llegar a las PASO.

La interna este año parece un deja-vú. Dos apellidos que representan visiones muy diferentes de la UCR volverán a enfrentarse: Pedro de Ilzarbe y Diez recrearán la interna de 1999 en la que el quequenense le ganó por seis votos a la estructura partidaria representada por uno de los hombres fuertes del momento, Mario Diez, padre del actual aspirante a candidato.

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