Después de dos décadas de ausencia, Coca Cola Andina vuelve a operar en Mendoza, marcando un hito significativo para la provincia y la industria de bebidas en Argentina. La empresa reabrió su planta en la calle Cervantes de Godoy Cruz tras una inversión de 40 millones de dólares, lo que no solo implica un avance en términos económicos y productivos, sino también la creación de 200 nuevos puestos de trabajo en la región.
Reapertura de planta de Coca Cola en Mendoza tras 20 años
La reapertura incluye una línea de producción enfocada en envases retornables, alineándose con los objetivos de sostenibilidad de la compañía. Esta decisión refuerza el compromiso de Coca Cola Andina con el impacto social, económico y ambiental, al tiempo que posiciona a Mendoza como un punto estratégico para la industria de bebidas.
La planta de Mendoza ha sido diseñada para operar con los más altos estándares de tecnología y sostenibilidad. Se estima que tendrá una capacidad de embotellado de 48.000 litros de refrescos por hora, consolidándose como una de las instalaciones más avanzadas de Sudamérica.
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Entre los productos que se elaborarán en esta línea se encuentran envases retornables PET de 2 y 2.5 litros, así como envases de vidrio de 1.25 litros. Este enfoque hacia los envases retornables no solo responde a una creciente demanda del mercado, sino también al compromiso global de Coca Cola con la reducción de su huella ambiental.
La nueva línea de producción no es solo eficiente, sino que también destaca por ser única en Sudamérica, gracias a su tecnología avanzada y velocidad de operación. Este aspecto permite a la empresa competir a nivel regional y atender de manera eficiente a los consumidores de Mendoza y otras provincias cercanas.
Impacto económico y social para Mendoza
La reapertura de la planta en Mendoza tiene un impacto significativo en varios niveles:
Generación de empleo: Con la creación de 200 nuevos puestos de trabajo directos, la planta contribuye al desarrollo económico local. Estos empleos están dirigidos no solo a la operación de la planta, sino también a áreas como logística, distribución y administración.
Apoyo a proveedores locales: La operación de la planta demanda servicios y productos de proveedores locales, lo que genera un efecto multiplicador en la economía mendocina.
Fomento del consumo sostenible: Al centrarse en envases retornables, la planta refuerza el concepto de economía circular, promoviendo prácticas de consumo más responsables entre los habitantes de la región.
Descentralización productiva: La apertura de esta planta complementa la red de embotelladoras de Coca Cola Andina en el país, permitiendo una distribución más eficiente en 13 de las 24 provincias argentinas.
El acto de inauguración contó con la presencia de figuras clave tanto del ámbito político como empresarial. Entre los asistentes se encontraban el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo; el intendente de Godoy Cruz, Diego Costarelli; y Fabián Castelli, gerente general de Coca Cola Andina Argentina, junto con Miguel Peirano, vicepresidente de la compañía.
Durante el evento, se destacó la importancia de esta inversión para el desarrollo económico y productivo de la provincia, así como el impacto positivo que tendrá en términos de sostenibilidad y empleo.
Coca Cola Andina: un gigante con visión sostenible
Coca Cola Andina es una de las embotelladoras más importantes de la región, con presencia en Argentina, Brasil, Chile y Paraguay. En Argentina, su planta principal está ubicada en Montecristo, Córdoba, y también cuenta con operaciones en Bahía Blanca y Trelew.
La reapertura de la planta en Mendoza complementa estas instalaciones, permitiendo a la compañía fortalecer su presencia en el país. A nivel nacional, Coca Cola Andina se caracteriza por su enfoque en envases retornables, con cuatro líneas dedicadas exclusivamente a estos productos en su planta de Córdoba y una línea por planta en el resto de sus instalaciones.
Este modelo no solo contribuye a la reducción de residuos, sino que también genera ahorro para los consumidores, quienes pueden devolver los envases y obtener productos a precios más accesibles.
Uno de los aspectos más destacados de esta reapertura es el compromiso de la planta con la sostenibilidad. Coca Cola Andina ha adoptado medidas que buscan minimizar el impacto ambiental de sus operaciones, desde el uso eficiente de recursos hasta la promoción de envases retornables.
El enfoque en envases retornables no solo reduce el consumo de plástico virgen, sino que también fomenta un cambio cultural hacia prácticas de consumo más responsables. La planta de Mendoza está equipada con tecnología que garantiza un uso eficiente del agua y la energía, alineándose con los objetivos de sostenibilidad de Coca Cola a nivel global.
Además, la empresa trabaja en estrecha colaboración con comunidades locales para promover la educación y el reciclaje, creando un impacto positivo más allá de sus operaciones directas.
La reapertura de la planta en Mendoza no solo beneficia a la provincia, sino también a los consumidores de toda la región. La proximidad de la planta permite reducir los costos de transporte, lo que se traduce en precios más competitivos para los productos en el mercado.
Asimismo, la disponibilidad de envases retornables ofrece una alternativa más económica y sostenible para los consumidores, quienes pueden optar por productos de alta calidad a precios más accesibles.
Con la reapertura de esta planta, Coca Cola Andina refuerza su compromiso con Argentina y su visión de largo plazo. La inversión de 40 millones de dólares no solo marca un hito para la empresa, sino también para la industria de bebidas en el país.
A futuro, se espera que esta planta siga siendo un motor de desarrollo para Mendoza, generando empleo, impulsando la economía local y promoviendo prácticas sostenibles.
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La reapertura de la planta de Coca Cola en Mendoza es mucho más que una inversión millonaria. Es un ejemplo de cómo las empresas pueden combinar crecimiento económico con sostenibilidad y responsabilidad social.
Con una capacidad de producción avanzada, un enfoque en envases retornables y un impacto positivo en la comunidad, esta planta representa un modelo a seguir para la industria de bebidas en la región.
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