La plataforma electoral del kirchnerismo correntino tiene base en la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. Aunque la unidad partidaria corre riesgo. Los radicales esperan sacar provecho de cada traspié que cometa la mandataria.
El Gobierno provincial volvió a sacar pecho esta semana cuando la propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner reprendió a intendentes y gobernadores por los impuestazos que generan inflación. Sin querer le lanzó un guiño a Colombi, ya que Corrientes es la provincia con menor índice de suba impositiva (el proyecto aún debe debatirse en la Legislatura). Y además la medida se efectivizaría recién durante el primer o segundo trimestre de este año, cuando otras jurisdicciones lo hicieron desde principios de 2012.
"Les pido que eviten un crecimiento demasiado fuerte en el cobro de impuestos municipales", reclamó la Presidenta el jueves en vivo para todo el país en un acto en el que además anunció la compra de vagones ferroviarios y obras en escuelas.
"(La suba de tazas) En el corto plazo impacta negativamente en la actividad", agregó y consideró que son generadores de inflación. "Si hacen estas cosas de intendentes o gobernadores, lo que pueden llegar a hacer como Presidente", criticó.
La oposición capitalizó rápidamente el discurso de Cristina. Desde el macrismo y otras fuerzas celebraron que la Presidenta "haya reconocido que existía inflación".
Ahora sólo hay que esperar que el oficialismo provincial haga lo propio. Es casi un hecho que el radicalismo sacará provecho de esta situación -quién no lo haría-. Sucede que el Gobierno prevé actualizar la tarifaria local en un 15 por ciento, pero recién se efectivizaría este año. Existe aquí una coincidencia con la Nación de generar la menor presión impositiva posible.
Además con la suba del impuesto de Ingresos Brutos, de 2,5 a 2,9, Corrientes seguirá teniendo la alícuota general más baja de la región y una de las más bajas del país.
Desde la Rosada local ya nutren el discurso proselitista con los traspiés de la Presidenta. Sergio Flinta, líder de la UCR, dijo esta semana que el kirchnerismo tendrá que arrastrar el lastre nacional y para ello recordó que CFK perdió más de 30 puntos de imagen positiva. Sin embargo, el panorama se presenta confuso también para el radicalismo correntino. Sucede que la posibilidad de un acercamiento al PRO genera rispideces en el propio seno de la UCR nacional y las divisiones son evidentes.
A nivel local el senador nacional Eugenio "Nito" Artaza también repudio cualquier posible acercamiento al macrismo, al igual que el ex candidato a presidente, Ricardo Alfonsín.
La relación con el capocómico se tensó hace un año cuando comenzó a carajear a Colombi. Todo dirigente que se anime a esas aventuras contra Ricardo están hoy en la vereda opuesta al Gobierno: Rudy Fernández, Aquino Britos y otros radicales del extinto Frente de Todos.
Colombi ya se mostró cercano al PRO, una foto junto a Daniel Del Sel ex candidato a gobernador en Santa Fe, lo evidenció. La visita de la Vicejefa de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, tampoco fue una casualidad.
La cuestión parece no preocupar a Colombi, quien sabe que para volver a vencer al kirchnerismo debe sumar nuevos actores a la alianza gobernante. La incorporación del Frente Amplio Progresista (FAP) de Hermes Binner parece un hecho y al menos aquí, el FAP lo ansía.
Ya en 2011, en plena campaña electoral con los resultados de las elecciones primarias en mano, los "progresistas" especulaban con una alianza radical en 2013. Hasta se escuchó a un alto dirigente decir "ojalá Colombi nos tenga en cuenta".
En el peronismo, en tanto, mantienen reparos a la idea de que el candidato a gobernador sea impuesto desde Balcarce 50 y ya hay quienes alertan que de no conformar al grueso de la dirigencia no serán pocos los que abandonen la campaña electoral antes de tiempo.
Pese a la queja de algunos, todo parece indicar que Camau Espínola será quien compita por el sillón de Ferré, al menos eso dicen las encuestas.
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