El gobernador se bajó del “sueño entrerriano” y se subió al colectivo. Su imagen secunda a la del candidato a presidente por el oficialismo, Daniel Scioli, al que tanto había criticado.
El lugar común, ampliamente difundido en el ámbito deportivo, es “de cola de león a cabeza de ratón” o viceversa. La frase apunta a sintetizar tal o cual trayecto deportivo. No es el caso de Urribarri, pero los dichos populares también se pueden adaptar según las circunstancias ¿no?
El juego de las contradicciones en Entre Ríos tendría también una incontable cantidad de archivos para cortar y pegar. Pero el que queda más cerca y ahora luce en flamantes afiches pegados en la luneta de los coches tiene como protagonista al gobernador Urribarri.
Marzo de 2014, dijo Urribarri: “Daniel es él, no se sabe qué es”. Septiembre 2014, insistió el entonces candidato presidencial: Scioli “confunde cuestiones esenciales: Peronismo, oficialismo y kirchnerismo somos una misma cosa”.
En enero de 2015, en el parador de Mar del Plata, después de haber ofrecido un show de Miranda, comparsas y demás entretenimientos, entre la arena y el sol estival, le pegó sin nombrarlo por visitar el Espacio Clarín: “Yo soy un hombre de diálogo y respeto las opiniones de todos los que piensan distinto, pero soy transparente y no puedo abrazarme ni estar a las risas con aquellos dirigentes, famosos, artistas o lobbistas que difaman, se burlan e intentan dañar a un gobierno porque toca intereses de una minoría que ellos defienden”.
Está bien que Scioli ya visitó Entre Ríos, luego del famoso baño de humildad que recibió el gobernador y Urribarri hizo gala de su estupenda velocidad para la amnesia o para hacer como si aquí no se ha dicho nada.
Scioli, en tanto, hace un culto directamente de ignorar las críticas y los malos tratos. Pero el afiche, de todos modos impacta un poco, más aún por esto de la competencia política que indefectiblemente uno puede relacionarse a otras competencias, como la deportiva por ejemplo.
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