La afirmación surgió ayer del concejal del unibloque Cultura, Educación y Trabajo Diego Colman. Recordó que la intervención de El Libertador en el conflicto “es un capítulo cerrado” y se mostró disconforme con la decisión del Poder Ejecutivo de dejar de avalar el arribo del subsidio de Nación para la empresa cuyo gerente es Julio César Rabazzano.
El concejal del unibloque Cultura, Educación y Trabajo Diego Colman afirmó ayer que es responsabilidad “pura y exclusiva del municipio”, llevar adelante las gestiones que permitan, a la mayor brevedad posible, volver a contar con el servicio de la línea 501 que venía prestando la compañía El Libertador SRL, lo cual ha dejado desamparados tanto a usuarios como a los choferes desempleados. Colman, quien integra el interbloque MásAzul junto con Ramiro Ortíz, Pablo Yannibelli, Alicia Zubiría y Ulises Urquiza, recordó que la participación de la firma que tiene como cara visible a Julio César Rabazzano, “es un capítulo cerrado” luego que el Poder Ejecutivo decretara el cese de la concesión.
“Lo que sí ha quedado una deuda entre el privado y los choferes que, particularmente, veo muy difícil que puedan llegar a cobrar porque está claro que el tipo (por Julio César Rabazzano) no tiene ningún servicio a nombre de él”, indicó el edil.
Habida cuenta del vencimiento, los días 23 y 26 de este mes, del plazo de 90 días dado para la regularización del conflicto y del cobro del cuarto y último subsidio de 4.600 pesos que la comuna le entrega a cada chofer desempleado, respectivamente, se le preguntó a Colman qué podía llegar a ocurrir en el corto y mediano plazo. “Lo de ellos (por los ocho choferes) es una situación totalmente precaria. Han estado subsistiendo estos últimos meses a partir de esa casi limosna que le ha dado el Departamento Ejecutivo, cuando ellos son trabajadores que han estado toda la vida al servicio de la comunidad y de un día para el otro, a partir de una decisión del Ejecutivo y, en particular, de la secretaria de Legal y Técnica (Dra. Luciana David) que entendió que el municipio no podía seguir avalando la llegada de subsidios para esta empresa, se dio lo que todos sabemos. Fue un error político garrafal, una falta de muñeca y de cintura política de esta gestión el dejar una ciudad sin un servicio básico y elemental, que es el del transporte público”, opinó.
La Unión hace la fuerza
El concejal Colman admitió que veía positivamente la posibilidad que el manejo de la línea 501 quede en manos de La Unión, una empresa que –consideró- ha demostrado tener la seriedad suficiente para hacerse cargo de dicha concesión. “Esto lo hemos debatido con los demás concejales que conforma el bloque y vemos con muy buenos ojos –y esto no significa que esté haciendo lobbie- a Transporte La Unión para hacerse cargo del servicio por lo que han demostrado a partir de cómo ellos han llevado adelante la gestión de lo público y lo privado, utilizando los subsidios recibidos en la revalorización de las unidades. Tiene demostrada seriedad y compromiso con la ciudadanía y sería importante que tengan ellos la posibilidad de tomar lo que deja EL Libertador y que, sobre todo, que ocupen a los choferes que han quedado sin trabajo”, expresó. Reiteró que “Rabazzano es un actor que no tiene nada que ver en esto y la reactivación de este servicio es algo que depende pura y exclusivamente del municipio”.
Colman, en la nota con EL TIEMPO, dijo que “un actor que puede llegar a ser fundamental para resolver esta situación es el diputado provincial Mario Caputo, que tiene línea directa con Florencio Randazzo, ministro del Interior y Transporte. Tiene que empezar él a realizar alguna gestión para que se le pueda otorgar nuevamente el subsidio a la empresa que tome el servicio de la línea 501”.
“El otro día estuve en Villa Piazza Centro y una señora me comentaba que a la mañana iba en taxi al centro y volvía caminando porque no estaba en condiciones de pagar el ida y vuelta y que ella, que es jubilada, antes contaba con el servicio de la línea 501. A este punto hemos llegado”, agregó.
Una constante en Azul
El concejal y referente del diputado nacional Facundo Moyano lamentó que sea “una constante” la repetición de crisis laborales en Azul. “Esto es así desde que yo tengo uso de razón. Todos los años llega esta época y empezamos con San Lorenzo con problemas y querer suspender gente; dicen que Molino San Martín tiene proyectado dejar quince trabajadores fuera de la empresa; lo de EFASA y lo de El Libertador”. “Estamos viendo las consecuencias y de un mal manejo político porque el subsidio estaba; lo que había que hacer era poner el ojo en la empresa, viendo de qué manera se utilizaban esos envíos de Nación y tratar de acomodarlo. Se dejó que se desmorone todo esperando hasta los últimos días y, lejos de querer solucionarlo, lo que se hizo fue cortarlo”, cuestionó.
Hizo corresponsables de la situación, Colman, a la gestión actual y a la administración que encabezó Omar Duclós. “El Libertador tenía contrato desde el año 2006 y por diez años. Desde entonces a la fecha está claro que el Ejecutivo, sea de las administraciones anteriores o de la actual, no puso el ojo en el tema”, indicó, tras lo cual hizo autocrítica. “Como concejal me hago responsable de esta situación porque son cuestiones que la política tiene que resolver y los que tenemos responsabilidades políticas tenemos que hacernos cargo. Es importante que empecemos a debatir estos temas a partir de una situación lamentable. ¿Por qué no se crea, en el municipio, un ámbito para el control del transporte público?. Han tomado tanta gente, hay en el municipio áreas que no sabemos para qué funcionan y sería importante que haya al menos dos personas que controlen de qué manera se administra el transporte público en nuestra ciudad”, culminó.
SERIAS DENUNCIAS CONTRA UN MISMO DESTINATARIO
Marcos Sebastián López, Fabián Acosta, Adrián Migliazzo, Marcelo Valicenti, Hugo Sosa, Juan José Scalcini y Héctor Borges, siete de los ocho choferes que quedaron en “situación de calle” tras la quita de la concesión de la línea 501 a El Libertador, realizaron graves denuncias sobre el supuesto andar irregular de la empresa cuyo gerente es Julio César Rabazzano. Lo hicieron durante la entrevista que este diario publicó en su edición de ayer. Con una antigüedad de entre seis meses y 9 años, los trabajadores subsisten con un aporte monetario municipal que está a punto de finalizar, y de la recaudación que hacen del recorrido de emergencia de la línea 501 con unidades que cede La Unión. Vacaciones y aguinaldos impagos; aumentos acordados en paritarias no realizados; incumplimientos de aportes a la Obra Social de SMATA, etc, son algunas de las anormalidades apuntadas por los entrevistados. Para peor, si bien se realizaba el pago a la UTA, el gremio nunca llegó a la ciudad en auxilio de los afiliados, dijeron los interesados. También pusieron en duda la legitimidad de certificados de la VTV y del seguro contra terceros de los colectivos. Reclamaron por el pronto arribo del subsidio a los titulares de La Unión para que, por su intermedio, se pueda reactivar a pleno el servicio de la 501 (A y B) y así volver a contar con un salario constante y sonante.
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