La grieta entre los concejales del Frente Amplio Unen sigue estando, pero se selló un pacto para que el bloque no se divida, al menos hasta el 10 de diciembre. La principal razón es la votación del presupuesto municipal para 2015. Hasta ese momento Gabriela Taruselli, con serias diferencias con el intendente Omar Pacini, seguirá presidiendo la bancada.
La pulseada en el interior del bloque del Frente Amplio Unen ingresó en una tregua acordada por sus ocho miembros, sus jefes políticos y operadores.
Cuando la ruptura parecía un hecho, de pronto primó la mesura y hacia fuera todo se mostrará igual, aunque puertas adentro las diferencias siguen estando y sin visos de estrecharse.
Es más: la bandera blanca será arriada el 10 de diciembre, fecha en la que irremediablemente habrá ruptura, porque el pacto llega hasta ese momento.
Las dos cabezas más enfrentadas hacia adentro del bloque son Gabriela Taruselli y Luis María Migliaro. Ambos responden a mandos diferentes, pues mientras la edil está más cercana a la línea de Héctor Gutiérrez y su referente nacional Julio Cobos, el concejal es del riñón de Omar Pacini y milita en la corriente nacional que propone como candidato a presidente de la Nación a Ernesto Sanz. Pero en el medio, entre ambos grupos hay muchas diferencias más.
La intención era sacarle a Taruselli la presidencia, con lo cual la concejal automáticamente se iría del bloque y sus pasos serían seguidos al menos por un compañero de bancada: Ramiro Illia. En tanto que en ese supuesto, el bloque de Unen quedaría bajo la presidencia de Juan Batallánez e integrado además por Luis Migliaro, Gricelda Incerti, María Teresa de Mayo, Teresa Capetillo y María Ofelia Aguilar Ortiz.
Estaba todo dado para que ello sucediera, incluso Batallánez hasta habló con periodistas como nuevo presidente del bloque, pero las intensas gestiones de operadores externos al bloque dieron sus frutos. La razón principal es que se avecina el tratamiento del presupuesto 2015 y el Ejecutivo necesita los ocho votos oficialistas más por lo menos tres, que saldrían del bloque del PRO, en caso de que haya consenso, porque se descuenta que el bloque del Frente para la Victoria-Partido Justicialista votará por la negativa. La moneda de cambio para que el bloque siguiera unido fue que Taruselli siga siendo presidenta, pero hay fecha de vencimiento, que es el día en que se inicie el último año de gestión.
En el ambiente el hecho de que Taruselli siga al frente del bloque en principio fue tomado como una señal de triunfo, aunque rápidamente se supo que el “pacinismo” cedió este terreno ex profeso, en el marco de un acuerdo para lograr lo que necesita (el presupuesto) y en diciembre sincerar las cosas y que cada cual tome el rumbo que desee.
Así las cosas, si hoy fuera 10 de diciembre, quedarían por un lado Taruselli con Illia y los seis ediles restantes como bloque puramente oficialista, presidido por Batallánez.
Pero hay otro dato: Batallánez sería el funcionario elegido por Pacini para ocupar el área de Tierras y Viviendas que dejó vacante Sergio Tressens para asumir como secretario de Economía y Hacienda, y en diciembre dejaría su banca. En la línea sucesoria de la lista por la que ingresó Batallánez (elecciones de 2011) vienen el atleta Hernán García y la docente Nancy Alegre. Si se da esta variante hay que buscar un nuevo presidente para el bloque oficialista.
El núcleo del problema
El problema de fondo son las diferencias que separan a Omar Pacini de Gabriela Taruselli. La dirigente tiene desde hace un tiempo aspiraciones de ser intendenta y cuando Pacini fue el elegido para encabezar la lista de concejales de Gutiérrez en 2011 supo que si se daba la salida (como finalmente sucedió) del intendente para ser diputado, el sillón no sería para ella. Después, cuando la salida de Gutiérrez era un hecho, habría existido un intento por convencer a Pacini para que no asuma, con lo cual el cargo quedaría para ella, que era la segunda en la lista sucesoria. Y este hecho había llevado las diferencias al punto de lo irreparable.
Taruselli no oculta sus deseos de ser intendenta y sería una de las postulantes del radicalismo en las Paso del año próximo. Hace unos meses se vieron pasacalles con la leyenda “Taruselli 2015” en clara alusión a sus pretensiones.
También fue seducida por el Frente Renovador para ser candidata por ese espacio y, después de un tiempo de reuniones y meditación, desistió de la oferta para seguir perteneciendo a su espacio original, que es el radicalismo.
Hoy se la vincula políticamente a Héctor “Cachi” Gutiérrez y de ser candidata en las Paso contaría con el aval del exintendente. Allí se enfrentaría a Pacini, que si bien no lo dice, es un secreto a voces que buscará seguir siendo intendente hasta 2019.
Esta brecha que hay entre Pacini y Taruselli irremediablemente tuvo repercusión en el Concejo, con los resultados que están a la vista.
Una tregua para que el bloque siga unido sirve para que todos puedan tomar aire y Pacini logre una herramienta fundamental para el año próximo, lo que no es poco para un intendente que, como se supone, pretende revalidar.
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