Otra vez como sucediera en el 2015, puso de precandidatos a sus funcionarios, y el electorado le dio la espalda. Esta vez comenzó el camino de retirada.
El peor intendente de la historia de Catamarca, comenzó este domingo a despedirse de la posibilidad de pelear la gobernación en el 2019. Es que pese a la mala performance que lo tuvo siempre como protagonista, ya que llegó en dos oportunidades a la intendencia colgado del éxito de Lucia Corpacci, tenía aspiraciones de arrebatarle un tercer mandato a la primera mandataria, exigiendo puertas adentro ser el candidato del PJ catamarqueño en el 2019, ahora con el fracaso de la lista que él armó con Juan Cruz Miranda a la cabeza seguida de funcionarios de su gabinete, con la excepción de Maximiliano Mascheroni, a quién echó del cargo de director de empleó de la comuna, por jugar en otra lista de precandidatos a concejales de la capital, esa onírica ambición no puede habitar más ni en su estrecha mente.
Raúl Jalil, sabe que este domingo 13 de agosto, fue la última elección en que puede pretender disfrazar su fracaso, la sociedad no lo acepta, está asqueada, no soporta más los negociados en cada obra que se realiza, no convence más con modificar una plaza, aggiornar la misma y sobrefacturar hasta el césped, urbanizar un barrio y las obras caigan siempre en el mismo proveedor, su cuñado . La comunidad está harta de ver como diariamente el patrimonio del intendente y sus familia se acrecienta con ciento de propiedades adquiridas en los últimos 6 años, en donde se construyen desde edificios hasta playas de estacionamiento que se habilitan inmediatamente, o la intervención en diferentes comercios, desde farmacias, pasando por tiendas de ropa, gastronomía y hasta automotores he inmobiliarios, en este último caso la compra y venta de terrenos, que luego se fogonean para que ocupas protesten y la municipalidad los adquiera a precios inadmisibles.
Mascheroni, dos semanas antes de las paso tragó saliva y se bancó que " Za-zá" lo echara de su cargo, buscó refugio en su tío y armador político Luis Barrionuevo y con la estructura que puso a su disposición el presidente de la Cámara de Diputados Marcelo Rivera, emprendió el desafío y trabajó incansablemente hasta asestarle un fuerte golpe al oficialismo municipal, dejando tambaleante al cuestionado intendente y su séquito de inútiles que gastaron millones de pesos de los capitalinos en una campaña, deslucida, torpe, de mal gusto y absolutamente desagradable para un electorado que le dijo no a Jalil y todo lo que huela a él, como lo hizo en el 2015, cuando pretendía meter en el Concejo Deliberante a un grupo de funcionarios como concejales, encabezado por Rodrigo Molas, sospechado al igual que él de peculado.
El fin de la era Jalil, comenzó este domingo 13 a grabar su lapida, de aquí en adelante será el PJ, el que deberá decidir si sigue sosteniendo el capricho del fracaso o replica el pronunciamiento de las urnas.
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