Le ganó a Facundo Argüello por 6-4 y 6-0; el español reconoció que empezó con "nervios" por su caída en la semana pasada en Rio de Janeiro
Le preguntan en la conferencia de prensa a Rafael Nadal si no es duro sobrellevar su apretada agenda. "Dura en la vida son otras cosas. Sería un arrogante y un desagradecido si me quejara de mi agenda. No considero que nada de esto sea algo duro", responde Rafa, bien a su estilo. Con los pies sobre la tierra y reconociendo que dentro de un planeta repleto de injusticias, su vida es un privilegio.
Es que Nadal, por sus tremendos, logros podría ser considerado un ser de otro planeta. Sin embargo, apenas comienza a responder las preguntas luce como una persona sencilla, agradecida de todo lo que le dio el tenis. Como el triunfo de ayer ante Facundo Argüello luego de recuperase de un 2014 con lesiones y operación de apendicits de por medio. Costó un poco más de lo pensado en el primer set, luego de que el cordobés recuperara un quiebre en el cuarto game. Entonces, Rafa hace gala de su carácter de terrícola: "Estaba con nervios después del partido que perdí en Rio de Janeiro la semana pasada", reconoce. Y después aclara: "La bola está bien, la pista también, el público bien; sólo tengo que jugar bien".
Después, Nadal lograría quebrarle el servicio a Argüello en el séptimo game y en el siguiente parcial, ya más confiado, comenzó a desplegar su catarata de drive enroscados que vuelven loco a su rival. Se llevó el set 6-0. Sobre cuánto cuesta volver después de una lesión y de la eliminación en Rio en las semifinales ante Fognini, Nadal asegura que esto se trata de "un proceso" hasta que consiga su mejor versión. Dice que va por el "buen camino", y nuevamente, recurre a su humildad para encontrar la mejor respuesta: "Yo no conozco otro camino más que el de trabajar". Y aclara que si toca perder, bueno, ya vendrán otros partidos. "Ya he hecho más de lo que hubiera soñado desde pequeñito", agrega Rafa.
Mientras, afuera de la sala de conferencia incansablemente lo esperan decenas de fans por un autógrafo. Nadal sale, y pacientemente, se acerca al portón de rejas donde está el puñado de fánático, agradece, y empieza firmar. Lo mismo hace cuando sale de la cancha y después cuando parte del estadio hacia el hotel. Cuesta creer que ese mismo hombre a quien lo idolatra el público tenía nervios en su debut en el Open Argentina. Cuesta, pero al fin y al cabo, Rafa no disimula sus temores y los enfrenta en la cancha con sus demoledores golpes..
Ayer, con el court central repleto de público enardecido con Rafa, el español volvió a jugar sinlges en el Buenos Aires Lawn Tennis Club después de 10 años, tras la caída ante Gastón Gaudio en cuartos de final. El nuevo desafío de Nadal será enfrentar en cuartos de final a Federico Delbonis, quien ayer eliminó al italiano Lorenzi por 6-4 y 6-2.
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