Plantearon sus diferencias en un encuentro de dirigentes alfonsinistas en Santa Fe . Alertan sobre la posible desaparición de la UCR.
Mientras el macrismo se consolida como líder en la alianza Cambiemos, en el radicalismo nacional comienza a generarse un espacio crítico, que resiste la creciente influencia y el protagonismo del presidente Mauricio Macri.
Este sector alerta del riesgo de desaparición del centenario partido. En Córdoba, hay dirigentes que abrevan en ese grupo de radicales “antimacristas”.
Carlos Becerra, líder de Identidad Radical, y Sergio Piguillem, de Asamblea Radical, participaron días atrás de la cumbre de Setúbal, provincia de Santa Fe, convocados por Luis “Changui” Cáceres, histórico dirigente partidario y uno de los fundadores de la alfonsinista Junta Coordinadora Nacional.
Setúbal, la localidad de Santa Fe a orillas de la laguna del mismo nombre, es un lugar emblemático para el alfonsinismo.
Allí nació el Movimiento Nacional de Renovación y Cambio (MNRC). También allí surgió la Coordinadora, el sector juvenil que crearon el propio Cáceres, Enrique “Coti” Nosiglia y Federico Storani , entre otros.
De esa cumbre radical, que ya tiene el mote de “antimacrista”, además del anfitrión Cáceres, participó también Juan Manuel Casella, otro reconocido alfonsinista bonaerense.
Becerra, exsecretario General de la presidencia de Alfonsín, y luego exjefe de la Side, es uno de los radicales cordobeses que viene advirtiendo que el partido puede “diluirse” dentro de Cambiemos.
Dos meses atrás, en declaraciones a La Voz el exfuncionario alfonsinista envió de manera pública su primera advertencia pública.
“Cambiemos se conformó para frenar al kirchnerismo. Ese objetivo ya se cumplió. Ahora, quiero decirle al macrismo que habrá problemas si quieren convertir a Cambiemos en un partido, para hacer desaparecer al radicalismo”, alentó Becerra.
Aunque por ahora minoritario, este grupo de radicales alfonsinistas pretenden convertirse en una luz de alarma en su partido.
Situación local
En el radicalismo cordobés, dominado por el mestrismo, este grupo también es minoritario.
El ministro de Defensa, Oscar Aguad, fue el primer radical que hace varios años apostó por Mauricio Macri. El funcionario nacional está convencido de que el Presidente, y el espacio que lidera, es la “superación” de la vieja antinomia PJ-UCR.
Por ahora, no lo dirá en público con todas las letras, pero Aguad es uno de los dirigentes que sostiene que debe haber una renovación política, que supere el histórico bipartidismo que dominó el país, desde que Juan Domingo Perón fundó su movimiento político.
Otros líderes radicales locales, como el intendente Ramón Mestre, y el diputado nacional Mario Negri, también desconfían del macrismo puro.
Pero con mayor pragmatismo saben que este es el momento de Macri y buscan conseguir su apoyo para ser candidatos a la gobernación en 2019.
En este escenario, los radicales rebeldes intentan hacerse oír. Becerra impulsó a Dante Rossi para enfrentar al “caballo del comisario” (la lista del acuerdo PRO-UCR, que encabezó Héctor Baldassi) en las Paso del 13 agosto.
Dante Rossi es un militante de muchos años en la UCR cordobesa, pero sin peso electoral. Sin embargo, sacó el seis por ciento de los votos.
Para quienes leen entrelíneas, ese porcentaje es representativo del malestar de muchos radicales cordobeses por el protagonismo del PRO.
Además del sector de Becerra, el otro grupo que estuvo en Setúbal fue el que encabeza Piguillem, en el cual abrevan algunos intendentes del interior como Sergio Favor (Villa General Belgrano) y Carlos Briner (Bell Ville), entre otros.
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