En la nueva conformación del órgano deliberativo, el oficialismo de la Municipalidad y la oposición se reparten en partes iguales las 18 bancas: nueve están en poder del Acuerdo para el Bicentenario, siete pertenecen al Frente para la Victoria y dos a Fuerza Republicana. Para sesionar, las negociaciones son indispensables. Quién es quién en el Concejo capitalino.
Los tiempos de abrumadora mayoría oficialista en el Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán finalizaron, al menos por ahora. El intendente,Germán Alfaro, no cuenta con la ventaja con la que inició su último mandato su predecesor, Domingo Amaya (2011-2015): 13 de 18 concejales pertenecían al mismo signo político que la Intendencia, una banca más que los dos tercios (12 votos).
La primera sesión de la nueva integración del cuerpo confirmó que sin negociaciones previas, hasta el quórum peligra. Tres bloques conforman el cuerpo: Acuerdo para el Bicentenario (integrado por la Coalición Cívica-ARI, la UCR y el PJ no manzurista), Frente para la Victoria (FpV) y Fuerza Republicana (FR).
Tras las elecciones provinciales, el órgano legislativo municipal quedó conformado por ocho ediles del ApB, espacio de Alfaro; y 10 ediles de la oposición: ocho bancas del FpV y dos de FR.
En la sesión preparatoria (en la que asumieron los representantes vecinales), Alfaro ganó un aliado, cuando se propuso como autoridades del Concejo a Javier Aybar (se presentó por un acople alperovichista), Raúl Pellegrini (ApB) y Roberto Ávila (PRO-ApB). El FpV había propuesto para la presidencia a Carolina Vargas Aignasse (solicitó licencia para asumir como secretaria de Gobierno y Justicia), a Dante Loza y al bussista Carlos Verón Guerra. Luego de una votación empatada, Aybar -que en la primera sesión asumió como presidente previsional por ser el edil de mayor edad- desempató en favor del ApB. Desde entonces, pese a que el dirigente de SEOC afirma con insistencia que forma parte del bloque del FpV, vota junto al alfarismo en el recinto.
Hace una semana, un cortocircuito dejó sin quórum la primera sesión del cuerpo: no bajaron al debate ni los siete ediles del FpV ni los dos bussistas. La situación obligó a que el gobernador, Juan Manzur, adelantara una reunión con Alfaro. Poco más de media hora fueron suficientes para destrabar -coyunturalmenente- el conflicto y garantizar la presencia de todos los concejales. La Municipalidad logró que el Concejo aprobara el “blindaje económico” que buscaba. Dos ediles del FpV (Graciela Suárez y Dolores Medina Taljuk) no bajaron a la sesión durante el debate de esos proyectos para que la votación no terminara empatada.
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