Está viviendo un momento deportivo difícil en Aldosivi, casi opuesto al éxito disfrutado en diciembre con el ascenso a primera. Pero Fernando Quiroz apela al optimismo, la fortaleza espiritual individual. El director técnico vivió hace semanas una desgracia personal. Por eso no llama la atención que diga: "presión, solo la siento en la vida, no por tener que sacar un resultado deportivo". El elenco del puerto lleva 8 fechas sin victorias. El lunes, fue goleado 4 a 0 ante Defensa y Justicia, en la sexta caída de esta racha adversa. El sábado, será el turno de recibir a San Martín de San Juan, desde las 17.10, por la 22ª fecha. En el "mundo Aldosivi" parece sentado que si hay otro mal resultado, Quiroz dejará de ser el DT. Pero "Teté" lo negó rotundamente, en charla con 0223, este mediodía en el predio "Tatore" Vuoso y tras la práctica de fútbol donde implementó cuatro cambios: "lo digo medio en broma y medio en serio, pero de acá me voy en andas, o con las patas para adelante". 

Quizás en Aldosivi y sus hinchas a esta racha adversa, acompañada de un muy mal rendimiento en la fecha pasada, se esté dramatizando demasiado. Como el fútbol argentino mismo. Está claro que el equipo no juega bien, perdió virtudes que mostró al inicio del torneo y muchos jugadores están en bajísimo nivel individual. Sin embargo, todavía quedan nueve partidos por delante. Y los números le siguen dando ventaja en la tabla de los promedios, un poco por el peor nivel de "los de abajo", y otro poco porque solo descenderán dos equipos de los 30 que participan. 

Fernando Quiroz confía en revertir la situación. De todas formas, el entrenador siente que algunos dirigentes ya no están de acuerdo con su continuidad. ¿Será por eso que dice con tanta firmeza que seguirá en el cargo? A continuación, las palabras de "Teté" en un análisis del presente de Aldosivi.

“Necesitamos sacar algo positivo del desánimo. Ahí se ven los buenos jugadores, las buenas personas, los buenos grupos y los buenos entrenadores. Cuando las cosas no salen. Hay que revertir eso. Más con una cuestión espiritual que futbolística”, comenzó ante 0223.

-Dolió mucho lo del lunes, ¿no?

-Sí, más que nada por la forma. A todos. Uno como responsable, te bajonea. Pero nuestra responsabilidad es estar siempre entero, de pie, mirando para adelante. Sacar conclusiones, tomar decisiones, y tratar de modificar el rumbo.

-¿El grupo cómo está anímicamente?

-Bien, somos todos profesionales. Tenemos que estar preparados para lo bueno y lo malo. Lo bueno se lleva fácil, y lo malo no tanto. Pero es parte de esto, y tenemos que salir adelante.

-Podía esperarse, más en un torneo largo, que tras aquel buen comienzo de año llegue una racha adversa. Aunque sienten que ya es demasiado tiempo sin ganar, ¿no?

-Sí, ya está. Aparte la forma no nos gusta. Tenemos que revertir este presente. Si analizás los equipos de características o nivel similar al nuestro, están todos parecidos, en una situación de incertidumbre. Pero creo que tenemos jugadores para salir adelante rápido. Ya es demasiado tiempo.

-¿Puede tratarse también de cierto desgaste físico?

-No. Creo que se debe a que luego de un comienzo tan bueno, de haber hecho las cosas bien, quizás eso hizo que equivoquemos un poco el pensamiento de para qué estamos. Dejamos de hacer algunas cosas. Cuando viene el desánimo, cuesta recuperarse. Después te pensás que sos menos de lo que realmente sos, te pasás del otro lado. Hay que tratar de equilibrarse y modificar esa situación. Esta semana los veo bien a los jugadores. Tristes, pero con autocrítica y rabia para dar vuelta esta situación.

-Se mencionan muchos rumores sobre tu futuro, en caso que el sábado el equipo vuelva a tener un mal resultado…

-No, no. La fuente principal para esos rumores soy yo. De acá, o me voy en andas, o me voy con los pies para adelante. No se me cruza por la cabeza nada que no sea seguir con esto hasta el final. Empezar y terminar, y cumplir el objetivo de mantener al equipo en primera.

-Entonces, el sábado, en caso de un mal resultado, de tu parte no se modificará nada…

-No, no. En nada. De mi  parte, nada. Siempre en pensar en lo que viene. Seguir y seguir. Es nuestra obligación. Cuando te contratan, te contratan para hacer las cosas bien, pasar buenos momentos. Y cuando vienen los malos, también los tenés que superar. Para eso estamos. En mi cabeza no cabe otra cosa.

-¿Te sentís acompañado?

-(piensa) Sí, sí… El entrenador generalmente, en las buenas y en las malas, está solo. Por el lugar que ocupa, y porque no comparte con nadie la responsabilidad. Pasa mucho por uno. Entonces hay que estar fuerte en lo personal. Tenes que ser autocrítico pero fuerte en lo anímico para superar los malos momentos. Por más que me quieran ayudar, si yo no estoy bien de ánimo, es imposible. Por eso no pido tanta ayuda, no ando mariconeando con esas cosas. Sé que los colaboradores que tengo a mi lado son de fierro. Está la familia, y después algunos jugadores que también te dan ese respaldo y esa fuerza.

-Suele suceder que, inconscientemente, a veces los jugadores ya no le respondan a un entrenador. Vos estás tranquilo que en ellos sí encontrás respuestas.

-Mirá, por más que a veces pase, inconscientemente eso, por la situación que se vive, los jugadores en algunos casos te pueden soltar la mano. Pero uno tiene que estar preparado para seguir siempre, porque como profesional es la obligación. Y las de los jugadores, por el club que te contrata, dar lo mejor dentro de la cancha. A veces la presión te lleva a no hacer las cosas como uno quiere. Pero para mí, la presión pasa por la vida. No por un resultado que tengas que sacar obligado para mantener un cargo. No me fijo en eso. No me preocupa tampoco. Sino haría las cosas mal, y yo tengo la tranquilidad de saber que trabajamos con honestidad, que somos responsables, serios, y que las cosas a la larga tienen que salir bien.

-Futbolísticamente, ¿qué te preocupa más de este presente?

-Me preocupa que perdimos algunos atributos que tenía este equipo. El que nos enfrentaba, decía `uh, tenemos que jugar con Aldosivi`, y eso lo perdimos. Recuperar ese respeto, el hambre –en el buen sentido de la palabra-, el ímpetu, el no bajar los brazos nunca. Antes nos hacían un gol, salíamos y hacíamos dos nosotros. Ahora nos hacen un gol y parece que nos pasó un tren por encima. Esas cosas que tienen que ver más con lo anímico que con lo futbolístico. Porque los jugadores son los mismos, han jugado casi todos, y es general. Eso hay que tratar de revertirlo.