Luego de la clasificación en Chile, el "tricolor" volvió a jugar por la Liga Nacional, le ganó a Argentino de Junín por 101 a 97 y consiguió su primera victoria en la temporada.
Sufriendo, como es una costumbre histórica del club, pero no por eso menos festejada, porque era muy necesaria, llegó la primera victoria de Quilmes en la temporada de la Liga Nacional de Básquet tras derrotar en Once Unidos a Argentino de Junín por 101 a 97. El conjunto de Leandro Ramella, que viene de conseguir el pasaje a la segunda fase de la Liga Sudamericana, tuvo una gran actuación de Walter Baxley (25 puntos), Enzo Ruiz y "Junior" Cequeira (20).
Con goleo repartido entre todos sus titulares, Quilmes tuvo un buen arranque del partido y pudo tomar la iniciativa, pero de a poco perdió el control, Basabe y Balbi comenzaron a lastimar y la visita saco 10 (20-30), lo que obligó a los retos de Leandro Ramella. Si bien no pudo equilibrar el marcador, descontó, mejoró la defensa con el ingreso de Romero y llegó al primer descanso corto abajo por siete: 25-32.
El "tricolor" se adueñó de las acciones en el arranque del segundo parcial, Baxley tomó más participación en los ataques y eso le dio mayor cuota de gol a los de Ramella, que emparejaron el trámite y el tablero. A diferencia del cuarto inicial, cuando Quilmes volvió a caer en una encrucijada ofensiva, Argentino no supo aprovecharlo y todo seguía muy parejo. Aciertos de afuera de Spalla, Sansimoni y el propio Baxley, le dieron la delantera al "cervecero" por 41 a 39 y levantaron el Once Unidos. De todas formas, cerró mejor la visita y se fueron al vestuario con ventaja de dos: 50-52.
Del entretiempo regresó mejor Argentino, pero Quilmes se repuso y no permitió que se cortara. Cuando se quiso cortar, un buen pasaje de Junior Cequeira, la injerencia de Baxely y un triple de Enzo Ruiz le dieron el 67 a 62 al local. Con poca transición, los minutos finales fueron palo por palo, alternaron el dominio del marcador y el local se fue al último descanso corto arriba por la mínima: 73-72.
El cuarto final fue emocionante en todo sentido. Porque hubo muchos robos, los dos se cargaron de emociones y cualquiera se podía quedar con el triunfo. Argentino parecía sacar provecho de malas decisiones de Quilmes y sacó ventaja de 5 (83-79), nada despreciable en un trámite tan parejo. El "tricolor" entendió que lo tenía que trabajar y Diego Romero fue el "capataz" de la obra, fajándose en la pintura, anotando y ganando rebotes en los dos tableros. Una pelota recuperada por Calvi que él mismo completó con una bandeja, le dio 5 de diferencia (90 a 85), con un minuto por jugar. El cierre fue interminable, porque las tácticas y estrategias llevaron la definición a la línea, Argentino no se rindió hasta la última pelota, pero era el día para que Quilmes saliera de zapatero en la Liga Nacional, tomara envión con lo que pasó en Chile y pudiera festejar con su gente.
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