Pequeños establecimientos de Mendoza y otras provincias buscan integrarse para colocar hasta 100 millones de litros.
Después de anuncios y amagues, puede convertirse en el primer paso concreto para permitir que finalmente pequeños vitivinicultores de Mendoza puedan saltear la intermediación que les “come” 60% de la rentabilidad de sus productos, y poder entablar un puente directo con el consumidor. El Proyecto de Asociatividad Vitivinícola, que lanzó el Ministerio de Agricultura de la Nación en la provincia, promete apalancar una megaestructura asociativa de 80 a 100 productores del Este, Valle de Uco y el Sur, que pueda crear marca propia y comercializarla directamente en toda la geografía nacional a través de Red Comprar y otros puntos de venta.
De un primer encuentro con beneficiarios participaron Cape (Cooperativa Agraria Productores del Este), Cootravi (contratistas), Cooperativa San Martín y otras 2 de Alvear, junto a bodegas de Tupungato. Ayer volvieron a reunirse 25 representantes en el INV, a los que podrían sumarse en pocos días sus pares de San Juan, La Rioja, Catamarca y Salta.
Según señaló la secretaria de Desarrollo Rural de la Nación, Carla Campos Bilbao, a Los Andes, “en este contexto de caída de ventas internacionales, la estrategia actual no resuelve el problema de la escala y precios, e indudablemente los pequeños productores están excluidos. Con capacidad de consumo, precio y calidad, hay pensar en la llegada comercial por nuevas vías, como la Red ComPrAr”.
Bodega La Añorada y Cootravi son los primeros establecimientos que colocaron sus marcas en góndolas del llamado Mercado de los Productores de Guaymallén, eslabón de Red Comprar que la funcionaria rescata como ejemplo de “un espacio de venta serio donde el vino tuvo una experiencia positiva”.
Los números expuestos entusiasman. Además de Comprar, el plan prevé explorar hasta 600 puntos de venta locales en todo el país, incluidos mayoristas, minoristas y restaurantes, en favor de los excluidos. De hecho, tanto el ministro de Agroindustria, Marcelo Costa, como Guillermo García, del INV, volvieron a la carga contra la concentración vitivinícola que los perjudica con precios poco rentables, identificada en 4 grandes bodegas como Peñaflor y Fecovita entre otras.
Precios, marcas y tiempos
El proyecto parte de una base que se da por cierta: la brecha entre lo que cobra el productor y paga el consumidor va de 60 a 100%. En esa línea, la promesa que obtuvieron los elaboradores es priorizar puntos de venta directa para vinos básicos (hasta $ 40), y varietales de gama media (más de $ 50), con al menos 2 marcas posicionadas.
A su vez, el martes 7, en Buenos Aires, hubo una bajada de línea a los ministros de producción e industria de las 5 provincias involucradas. El ministro de Agricultura, Casamiquela, les planteó fijar “una política de precios para el sector vitivinícola”.
No obstante, Campos admitió como dificultad que “estando identificada la oportunidad del consumo interno, se gasta más en cerveza que en vino”. De ahí que los próximos pasos sean evaluar volumen (escala), estrategia y plan de negocios.
Según expuso García a los futuros integrantes de la megaasociación, en teleconferencia con el ministro de Producción de San Juan, Marcelo Alós, “la idea es partir de entre 50 millones y 100 millones de litros de vino como para empezar a competir entre los grandes tenedores de volúmenes. Tenemos que definir productos y tipo de integración; el marco jurídico se dará con el tiempo”.
Pero una preocupación de los elaboradores es contar con recursos suficientes para la logística, que es el actual cuello de botella. “Sin fondos es difícil llegar con marca propia a nuevos mercados. El vino está: el desafío es integrar más cooperativas para llegar a lugares masivos que, de otra forma, son de difícil acceso, como La Matanza en Buenos Aires, o el Mercado Concentrador, por donde pasan 70 mil personas diarias, e incluso bares temáticos”, argumentó Juan Abdala, titular de Cape por Cooperativa Rivadavia, que comercializa las líneas Gran Lunch, en damajuana, y la varietal Hojas Doradas ($ 70).
Horacio Meli, del Consorcio Vitivinícola Tupungato, lo define como “una unión exclusivamente comercial”, cuyo éxito depende de “marcas competitivas”.
La integración
En una nueva reunión realizada ayer por la tarde en el INV, la discusión transcurrió sobre el esquema de integración y un par de opciones sobre las marcas: diseñar 2 nuevas o bien adquirir una “fuerte”. Los antecedentes: Fecovita heredó las de Giol (como Toro), Baggio compró al menos 5 nuevas y Peñaflor, otro tanto.
Desde la Nación insisten en que si bien lo más caro es el posicionamiento, “falta creatividad y compromiso, no plata”.
Pero los tiempos del calendario electoral 2015 apuran. Por lo pronto, hay coincidencia en que el plan tiene poco más de 90 días por delante para dar forma a la nueva estructura, para lo cual ya está agendada otra reunión en los próximos 15 días para avanzar en el cronograma de trabajo y el presupuesto necesario.
Mientras tanto, empieza un raid de convocatorias por las provincias para sumar productores.
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