Se mostró en un almuerzo con Sebastián Braun, familiar de los dueños de La Anónima, su cada vez más importante sostén económico. El "distanciamiento" con Eurnekian y el tarifario en dólares por charlas y almuerzos.
Por Leandro Renou
A medida que la campaña para las elecciones presidenciales se intensifica y la fecha de los comicios se acerca, los candidatos agilizan las colectas de dineros de campaña con diferente nivel de dinamismo. De las dos fuerzas mayoritarias se conocen lazos históricos y estructuras, pero poco se sabe del libertario Javier Milei, el flamante emergente del sistema político que quiere meterse en la discusión de entrar a un ballotage.
Sin militancia en las provincias, con un armado que incluye un séquito de no más de seis personas de su mesa chica, se mueve con bastante desparpajo en el acto de la recolección de fondos. En los últimos días, según supo Página/12, fue a eventos empresarios en los que participaron ceos que lo financian y expuso públicamente el tarifario en dólares que cobra no ya para dar charlas privadas, sino para participar en eventos corporativos. En paralelo, además de conexiones políticas con lo que critica como "la casta" (por ejemplo sus armados con políticos convencionales en las provincias del interior), sus nexos financieros también parecen ser parte de viejas estructuras de la política y el empresariado.
Esta semana, el Círculo Argentino, un club de hombres de negocios que hace tiempo maneja la familia Neuss, lo convocó a Milei a un almuerzo en el Yacht Club de Puerto Madero. Llegó allí con un grupo de personas y, muy cerca de él pero en otra mesa, se sentó uno de los ceos que más le milita la campaña, que ya fue aportante y que volverá a serlo de manera más importante en las presidenciales: la referencia es para Sebastián Braun, parte del linaje de los dueños de la cadena patagónica de supermercados La Anónima y primo segundo de Marcos Peña Braun, ex jefe de Gabinete de Mauricio Macri.
"Es el nuevo Eurnekian de Milei", bromeó ante este diario uno de los empresarios que participó del convite. Cuentan en pasillos del establishment que hay cierto distanciamiento del hombre de Corporación América con el libertario, dado que el empresario se ha volcado a darle una mano a Facundo Manes, candidato radical en la interna de Juntos por el Cambio.
El nexo de Milei con Braun se intensifica pero tiene antecedentes: en las legislativas del 2021, el único aportante privado que tuvo el candidato libertario fue Braun, con un millón cien mil pesos, según lo que en su momento se declaró en la Justicia Electoral. "Lo que nos dice es que hay que ayudarlo, que él va a hacer un esfuerzo extra", contó otro ceo que anduvo por el Yacht y se cruzó a Braun.
Todo indica que la casta económica invertirá en Milei, también, en las presidenciales. En una carambola ideológica del destino, muchos de los que invierten en Milei también lo hacen en Patricia Bullrich. A los que apuestan por esos dos candidatos, el empresariado más racional les encontró un simpático mote: "los amantes del caos".
Las conexiones del "heredero"
A Braun le dicen "el heredero" porque pocos pueden explicar cuál es su actividad laboral más allá de lo que recibió de su familia, que no es poco. Fuentes en el Uruguay confiaron a este diario que Sebastián es dueño de los terrenos donde se instaló el parador La Huella, el más frecuentado por ricos y famosos de ambas orillas. Pero no son esos sus únicos activos conectados con el establishment político y económico.
Junto a su hermano Carlos -cuya esposa fue una de las tres testigos del casamiento de Macri y Juliana Awada-, Sebastián Braun regentea el hotel Esplendor, en El Calafate, que tiene un pasado polémico en los años del macrismo: ganó una curiosa compulsa, con precios más caros que la competencia, para que los pilotos de Aerolíneas Argentinas pararan allí cuando aterrizaran en la ciudad. En su momento, Marcos Peña, primo segundo de Braun, fue consultado por el tema pero no pudo explicar ese tipo de acciones familiares.
Fuentes que conocen de cerca a los Braun aseguran que la familia "no le da mucha importancia" a las acciones de Sebastián en cuanto a la elección de Milei, pero el personaje en cuestión está cada vez más activo militando al libertario en un Círculo Rojo que tiene financistas fanáticos de los extremos que seguramente se sumarán a su campaña.
El tarifario
"De esto vivo", les suele decir Milei a los empresarios que le piden dar charlas en determinados ámbitos. Cobra, según cuentan, por cada evento. Hace unos días, tarifó en 10 mil dólares una charla con sectores de la industria forestal. Pero suele cobrar, según cuentan, 15 mil dólares por evento.
Lo curioso es que no pide dólares billetes ni transferencias en dólares, sino pesos a valor dólar oficial. Ese manejo es raro porque, si no busca dólares cash, podría tarifar directamente en pesos el valor total. El por qué tiene un tarifario en dólares a valor oficial (hoy arriba de los 230 pesos) tiene una explicación que es contraria, también, a su crítica a la casta y a las instituciones: los que se acercaron para sondear las razones del tarifario en pesos a valor dólar oficial se encontraron con siguiente respuesta: atando el tarifario al dólar oficial siempre mantiene el valor de los pesos "apostando a las microdevaluaciones que hace el Gobierno". Es decir, usufructua el crawling peg (término técnico que describe la actualización día a día del valor del dólar oficial) para que sus pesos no pierdan valor. Si tarifara directamente en pesos, estaría obligado a aumentar el precio en pesos de las charlas casi todas las semanas. Lo curioso de esto es que las microdevaluaciones del dólar oficial son decisiones de administración del tipo de cambio que hace el Banco Central, la entidad que el propio Milei propone eliminar de plano.
En el evento del Círculo Argentino hubo varios sectores que le pidieron charlas, muchos de los cuales son agropecuarios y de la Sociedad Rural. Los seduce la promesa de libertario de sacar retenciones. Según sus cálculos, puede hacerlo aumentando la recaudación de Ganancias. De todos modos, esos dineros no le alcanzarán para sustentar toda la campaña, por lo cual su grupo busca otros capitales que quieran acercarse.
No lo ayudan mucho sus maneras. En el almuerzo en el Yacht, como es habitual, no comió porque lo considera una perdida de tiempo, ni interactuó con los ceos que le armaron un VIP a esos fines. Tampoco acepta fotos con fanáticos y se negó a firmarles con dedicatoria su libro sobre inflación a muchos de los que llevaron el texto al almuerzo. Pero el libertario sigue siendo muy convocante: el Círculo Argentino hace reuniones con políticos desde hace muchos años. El dirigente que más público llevó (270 personas) fue el Carlos Menem presidente. El segundo, por lejos, Javier Milei, que congregó a 150 curiosos.
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