El pasado viernes se celebró una reunión informal del directorio del Fondo para analizar la situación de su mayor deudor, la Argentina, tras la renuncia de Guzmán. La nueva ministra de Economía cayó en gracia por su pasado en la provincia de Buenos Aires y su promesa de equilibrio fiscal, pero persisten las alertas.
Por Alejandro Rebossio
El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) suele alternar periódicas reuniones formales, donde se aprueban, por ejemplo, programas económicos como el de la Argentina, con otras informales, en las que se discuten asuntos calientes de la entidad o de la economía global. Este viernes pasado, casi una semana después de la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía, los directores, que representan a los 190 países miembros del FMI, debatieron sobre la situación de la Argentina, su máximo deudor, después de que le concediera un préstamo récord al gobierno de Mauricio Macri en 2018.
El encuentro ocurrió dos días después de que la sucesora de Guzmán, Silvina Batakis, conversara por primera vez por teléfono con la directora gerenta del Fondo, la búlgara Kristalina Georgieva. Es decir, antes de los anuncios de ajuste fiscal de este lunes, pero después de que Batakis ratificara su compromiso por enderezar las cuentas fiscales, tal como había acordado Guzmán. El ex ministro, discípulo del Nobel de economía Joseph Stiglitz, había tejido una estrecha relación con Georgieva durante dos años y medio de gestión y había sellado el acuerdo a fines de enero. Guzmán había intentado pactar con el FMI a principios de 2021, pero la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner quería evitar compromisos de ajuste en ese año electoral, según fuentes del ex equipo económico.
Los directores hablaron este viernes de “la importancia de que Argentina mantenga el compromiso con el programa”, según comentan fuentes multilaterales. Los representantes de “algunos” de los países más poderosos evaluaron positivamente que Batakis tenga “vasta experiencia en el área fiscal”, después de su paso como ministra de Economía bonaerense y secretaria de Provincias del Ministerio del Interior, y “ha mostrado su postura de destacar la importancia de la responsabilidad fiscal”, desde el mismo día en que juró en el nuevo cargo, hace una semana. En el directorio, el delegado de Estados Unidos cuenta con un 16,5% de los derechos de votos; el de Japón, con el 6,1%; el de China, con el 6%; el de Países Bajos, otros 14 países europeos e Israel, el 5,4%; el de Alemania, el 5,3%; el de España y seis naciones latinoamericanas, el 4,5%; el de Singapur y otros 12 estados asiáticos, el 4,3%; el de Italia y otros cinco países europeos, el 4,1%; el de Francia, el 4% y el del Reino Unido, otro 4%. El director argentino, Sergio Chodos, que permaneció en el cargo pese a su estrecha relación con Guzmán -incluso fue quien lo sugirió como ministro en 2019-, representa también a otras cinco naciones sudamericanas y cuenta con el 1,5% de los sufragios.
Más allá de las palabras de aliento de los directores del FMI, también se expresaron las inquietudes. “Igual hay preocupaciones sobre la situación económica vulnerable y están muy atentos a las reacciones del mercado”, resumieron las fuentes multilaterales.
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