Quieren que la iniciativa en la que trabaja el gobierno salga con amplios consensos en el Congreso. Coinciden en que hay que volver a definir los parámetros para considerar pyme a una empresa.
Por Carlos Lamiral
Los dirigentes de la Unión Industrial Argentina (UIA) quieren que el sector productivo sea la prenda de unidad de la política argentina y para ello aspiran a que el proyecto de nueva Ley Pyme en la que trabaja el Secretario de Planeamiento para el Desarrollo Productivo, Juan Pazo, sea consensuada con todos los sectores.
Quieren evitar así que surjan diferencias en el Congreso, como ocurrió con la Ley Bases y el paquete fiscal, que fueron iniciativas que prácticamente partieron en dos al Poder Legislativo. La idea es que cuando se ponga a debate ya tenga un trabajo previo.
Así se lo hicieron saber a Pazo en la última reunión que mantuvo el funcionario junto al secretario de Comercio Interior, Pablo Lavigne, en la tradicional sede de la UIA en la Avenida de Mayo.
De hecho, hasta ahora las dos únicas leyes que el gobierno de Javier Milei mandó al Congreso tuvieron un larguísimo recorrido que demandó varios meses, y no aún así lograron contar con apoyo de gran parte de la oposición.
Lo que más cuestionamiento recibió de parte de la oposición fue el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) porque se consideraba que daba demasiadas ventajas fiscales y cambiarias a las grandes empresas, pero no había nada para las chicas. La idea de una nueva ley pyme, que supere a la que está vigente, surge a partir de esas críticas y vendría a subsanar ese descuido. . Se entiende que desde el peronismo tendrían que estar dispuestos a acompañar la iniciativa.
Una nueva ley Pyme tiene que definir nuevamente qué es ser “pequeña o mediana empresa” en función de su facturación, superficie y cantidad de personas que emplea. La actual ya lo hace.
Según indicaron fuentes de la UIA a Ambito, se contemplaría poner un régimen de amortización acelerada de bienes de uso, lo que permite a la empresa pagar menos Impuesto a las Ganancias y la posibilidad de aplicar saldos de otros impuestos al pago del IVA, como es el caso del tributo a los débitos y créditos bancarios.
Lo que más preocupa por estos momentos a los industriales es equiparar las condiciones que pudiera tener una empresa nacional con una del exterior para los proyectos de RIGI. De esa manera podrían competir en igualdad, si una empresa promovida quiere importar insumos que se pueden conseguir acá.
En la UIA también proponen simplificación tributaria, y que se actualicen de manera automática los parámetros para las empresas del segmento, que faciliten los trámites para crear empresas, financiamiento y herramientas para la internacionalización.
Desde el gobierno ya les indicaron a los empresarios que están dispuestos a trabajar en la idea siempre y cuando tenga un bajo costo fiscal o nulo. Lo bueno para los industriales es que tratándose de pymes con poco gasto fiscal relativo se puede abarcar a muchas firmas.
Siguen las reuniones de Pazo
El secretario Pazo tiene previsto ahora seguir la ronda de consultas con empresarios de las cámaras que nuclean a las pequeñas y medianas empresas. Este jueves se juntará con los rincipales dirigentes de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA). Se va a analizar la nueva ley pyme y va a ir con todo su equipo de técnicos. También estará el subsecretario Pyme, Marcos Ayerra.
“Vamos a ver cómo viene. Nosotros nos vamos a estar interiorizando en ese momento”, explicó a Ambito el titular de la CGERA, Marcelo Fernández. El empresario anticipó que desde esa cámara se va a hacer eje en la cuestión de la segmentación de las empresas por categorías.
Actualmente, se es micropyme con un nivel de facturación de $435,8 millones al año para la actividad industrial; pyme, hasta $3.256,8 millones; mediana tramo 1, hasta $23.180 millones y mediana tramo 2 hasta 46.835,8 millones.
“No es lo mismo una empresa que tiene 3 empleados que otra que tiene 300”, señaló Fernández, poniendo de relieve que ambas son pyme. El empresario señala que “en realidad en la Argentina el 99% de las empresas son pymes”. “Hay que segmentar ese 99%”, explicó. Por eso, indicó que “la segmentación tiene que ser por facturación o por cantidad de empleados”.
Los empresarios de las cámaras chicas consideran que al segmentarse el universo por facturación, al subir los montos como se hace todos los años, van entrando empresas que si bien es pyme, podría considerarse como grande. “Si hay un recurso escaso debería repartirse mejor”, explicó el titular de CGERA. También plantean la necesidad de que el régimen laboral sea diferente del de las grandes empresas, porque las chicas no tiene “espalda” para cumplir acuerdos pensados es esquema para empresas grandes.
Cuántas pymes hay en Argentina
Según informa la Secretaría de Planeamiento para el Desarrollo Productivo, en el país hay actualmente 1.758.722 entre personas humanas y jurídicas que cuentan con el certificado MiPyME
vigente, de las cuales 424.275 son empleadores que generaron 4.005.994 puestos de trabajo en 2023.
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