Veinticuatro horas después de que el INDEC lanzó la bomba del 52,9%, el tema ya no estaba en la conversación pública. ¿Desinterés, resignación o cálculo?
Por Juan Rezzano
A las 16 de este viernes, cuando Letra P publicaba esta nota, se cumplían 24 horas desde que el INDEC reveló que 25 millones de personas residentes en la Argentina eran pobres, pero parecía que eso no había ocurrido. El tema -la tragedia que precipitó Javier Milei en apenas seis meses- ya no era tema.
Conviene repasar los detalles de la bomba que cayó este jueves sobre la opinión pública para no perder de vista el tamaño de la crisis, solo comparable al período que siguió al estallido de 2001. En junio de este año, al término del primer semestre, esto ocurría en el país:
- El 52,9% de la población vivía por debajo de la línea de pobreza.
- Eso equivale a 24,9 millones de personas.
- Comparado con junio de 2023, representa un aumento de 12,8 puntos porcentuales, cuando la cifra era del 40,1%.
- De junio a junio, la Argentina empujó a 5,4 millones de personas a esa condición.
La pobreza en la era Javier Milei
- El aumento es aún más notorio en los hogares, donde la pobreza pasó del 29,6% al 42,5% en un año.
- El 59,7% de la población del conurbano bonaerense era pobre (casi ocho millones de habitantes).
- En el Gran Resistencia, el aglomerado urbano más castigado, la cifra alcanzaba el 76,2%.
- El 18,11% de la población vivía en la indigencia.
- Eso significa que 8,5 millones de personas (casi el doble que hace un año) no tenían siquiera para cubrir los gastos de la canasta básica de alimentos.
- El 66,1% de las personas menores de 14 años era pobre.
- Eso implica que casi siete millones (6.996.384) no llegaban a cubrir sus necesidades básicas.
- Se duplicó el porcentaje de mayores de 65 años en situación de pobreza en un año: pasó del 13,2% en el primer semestre de 2023 al 29,7% en igual período de 2024.
¿Shockeados por la pobreza? Unas horas
A juzgar por las portadas de los tres sitios de noticias más importantes del país, a las 16 , cuando Letra P publicaba esta nota, 24 horas después de la bomba, la Argentina estaba en un cumple:
- En Clarín había 47 notas sobre cualquier otro tema antes de la primera mención a la pobreza.
- En La Nación, 19.
- En Infobae, 25.
Javier Milei, con Susana: que no decaiga
Javier Milei con Susana en el balcón. Si hay pobreza, que no se note.
A las 16 del jueves, cuando el INDEC lanzó la bomba, el que estaba en un cumple era el Presidente, responsable, como explicó Marcelo Falak en su nota titulada Cómo construyó Javier Milei la pobreza del 52,9% y la Solución Adorni: sentarse a esperar, de un fogonazo empobrecedor histórico, choluleaba con Susana Giménez en la Casa Rosada. Las casualidades existen y a veces también en política, pero no es el caso: el Gobierno organizó el cumple adrede con la convicción de que podía distraer la atención.
A primera vista una jugada ingenua, de imposible eficacia, el cinismo planificado no resultaba tan delirante. Veinticuatro horas después, a las 16 de este viernes, cuando Letra P publicaba esta nota, del hongo nuclear no quedaba nada.
- Los gobernadores no estaban reunidos de urgencia en el Centro Federal de Inversiones (CFI), sede de las grandes roscas federales.
- La CGT no había llamado a una reunión extraordinario de su Consejo Directivo.
- Los movimientos sociales no estaban en la calle.
- La Cámara de Diputados no estaba reunida en sesión especial. Tampoco el Senado.
- Eduardo Beliboni, líder de Polo Obrero, no encabezaba un piquete.
- Los intendentes del conurbano bonaerense no saturaban el Salón Francés de la gobernación, convocados por el gobernador Axel Kicillof.
- La fiebre tuitera que había subido en las primeras horas siguientes a la detonación del INDEC había bajado a temperaturas cadavércas.
Queda la duda: ¿la pasividad de las fuerzas políticas nace del desinterés, de la resignación o del cálculo? Si fuera esto último, ¿qué estarían calculando mientras 25 millones de personas calculaban cómo llegar a fin de mes o, sencillamente, cómo sobrevivir?
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