La agenda política es de post pandemia. La compleja composición del peronismo y del frente oficialista otorga muchas posibilidades. Pero también complejiza la relación. ¿Qué hace falta para que fluya todo, pero especialmente el dinero para sueldos y proveedores, y obras?.
Historicamente, las relaciones entre los...
...gobiernos de Chubut y el poder central de Buenos Aires fueron complicadas. Porque además los regionalismos que nos son propios, han generado muchas veces internas y divisiones «para siempre», o casi, que han condicionado las relaciones incluso por décadas. Que lo digan sino los radicales luego de la urna 303. O los peronistas tras el fracaso del gobierno de Néstor Perl.
Raúl Alfonsín mantenía una aceitada relación con muchos políticos de Chubut de todas las líneas internas. También con el gobierno. Eran épocas fundacionales de la democracia con una agenda bien federal. Luego llegó Carlos Menem, que tenía mejor relación con el radical Carlos Maestro que con el peronismo tras la caída del gobierno del justicialista Néstor Perl. Néstor Kirchner le levantaba la mano por igual a José Luis Lizurume que a Das Neves en aquellos años post-2001. Luego fue el propio Das Neves el que pasaría de aliado a enemigo de los Kirchner que detentaban el poder. Martín Buzzi debió esforzarse mucho para convencer a Cristina de que era parte del proyecto nacional y popular. Macri casi no prestó atención a la Patagonia, así que no cuenta respecto de la relación con Das Neves primero y Mariano Arcioni después. Y ahora, el actual gobernador es del Frente de Todos «allá», pero «acá» tiene partido y frente propios, en líneas cruzadas, tangentes en algún caso con el peronismo.
En todos estos años y relaciones, sobre todo desde que los intendentes recaudan los impuestos que en el resto del país forman parte de la «caja» de cada provincia, hubo una constante. Los jefes comunales, especialmente los de las ciudades importantes, se hacen su propio caminito a la Casa Rosada. Y esa ruta está hoy muy asfaltada, por fuera de los radares del gobierno provincial. No es una situación «normal». Es lo que ocurre, y apuntan a corregirlo.
Hoy Nacion lo que demanda de Chubut...
...es que no se «prenda fuego», que esté políticamente tranquila, que no haya enfrentamientos en el seno del gobierno provincial, y que la concordia entre el peronismo nucleado en el Frente de Todos y el gobernador, sea lo más parecido posible al agua de un estanque en una mañana de invierno.
Básicamente, hay tres caminos de relación entre el gobierno nacional y Chubut. Uno es el vínculo indestructible entre Sergio Massa y el gobernador Arcioni. Reforzado con charlas del gobernador con Eduardo «Wado» De Pedro, el ministro del Interior. Cada vez que Chubut necesita algo, el «timbre» que suena en la Casa Rosada es por el lado de Massa, lo que genera algún grado de ¿sorpresa? en algunas oficinas de la jefatura de gabinete y del ministerio del Interior.
El segundo camino conduce al jefe de asesores de Santiago Cafiero, el jefe de gabinete de ministros de Alberto Fernández. Hace apenas meses era poco conocido, pero Julián Leunda se ha transformado en uno de los factores de peso en la relación de los intendentes de Chubut con el gobierno nacional. La elipsis es imperfecta. La relación de Leunda es con todos igual de buena incluyendo a los intendentes de la oposición, especialmente Damián Biss y Luis Juncos. Hubo cierto ruido con Adrián Maderna, en algún momento, pero habría sido superado. Fue cuando el intendente de Trelew pegó el «faltazo» este año al aniversario de Comodoro, al que le habían pedido que fuese. Pero esa intensidad de relación no es igual con el gobierno provincial ni con Mariano Arcioni. No está claro si el gobernador prefiere seguir su camino propio a través de Massa, o hay alguna cuestión política adicional. Alguien que conversa habitualmente con esta columna recordó que el gobernador estuvo sólo en una de las últimas tres visitas de ministros nacionales a Chubut. «No es normal... si ‘baja’ un ministro a la provincia, lo tenés que acompañar a todos lados... mostrarte... moverte... abrazarlo...», comentó una fuente del peronismo, conversando sobre este punto.
La relacion de Leunda y los intendentes...
...a los que les va mejor que a la provincia, porque no tienen cuentas tan pesadas, y mal que mal van cumpliendo sus compromisos salariales, reporta especialmente en obras. Hay un par de municipios de los importantes que no están gobernados por intendentes oficialistas, que recibirán acuerdos para obras que dinamizarán un poco la economía en sus municipios. Un dato llamativo. Las obras para las ciudades se deciden entre Nación y los intendentes. No lo llaman de Buenos Aires al ministro de Infraestructura Gustavo Aguilera, para preguntarle nada.
Se habla además de incluir a Chubut en una «rueda» de anuncios de obra pública, como los que se están viendo en cadena y por TV, con participación del presidente en teleconferencia con gobernadores. Todas las semanas hay para cuatro o cinco provincias. Se está buscando incluir a Chubut con infraestructura que sería por una suma muy superior a los 20.000 millones de pesos, lo que significaría algunas obras de «reparación histórica» para determinadas ciudades. En esto sí, puntualizaron las fuentes, provincia debe participar.
En este canal de relaciones...
...políticas entre Chubut y Nación hay que poner el foco en el rol del intendente peronista de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque.
Por el peso político y electoral de la ciudad petrolera, los intendentes de Comodoro siempre están destinados a cumplir luego roles importantes en la política provincial y nacional. No importa si son radicales o peronistas (nadie de otro partido ha gobernado aquella ciudad), sino su rol al frente de una comuna que tiene una agenda regional muy importante. Lo saben bien Martín Buzzi que llegó a gobernador, y Carlos Linares, que no pudo.
Cuando aún Alberto Fernández no había ganado en segunda vuelta, quien luego fuera ministro del Interior Wado De Pedro, lo llamó a Luque para «ordenar» los votos del peronismo en la Legislatura, y frenar un muy inconveniente pedido de juicio político contra el gobernador Arcioni. Dos veces debió hacer esa tarea de bloqueo el intendente sureño en menos de un año, que tiene llegada y diálogo propio en el gobierno nacional. Un emergente de jóvenes peronistas con gestión, que buscan renovar un poco al «pejotismo» provincial.
Luque piensa en su intimidad que la situación financiera de la provincia es de nivel catástrofe. Pero va a sostener a Arcioni con todo lo que tenga, aun a costa de su propia imagen. Lo hace por una razón sencilla: el peronismo perdió las elecciones llevando a un candidato que hizo todo para no ganar, que fue Linares. Luque cree en la institucionalidad. Del mismo modo que piensa que para 2021 hay que hacer una movida «inteligente» y poner a andar el Frente Renovador de Massa en la provincia, para que el gobierno provincial tenga en ese vehículo a sus propios candidatos. La aspiración sería la de meter a los tres senadores nacionales, algo muy difícil de lograr. El gobierno sólo tendría chances de obtener un buen resultado si pone al día los sueldos.
Luque habla con todos. Juega al «fiel de la balanza», garante de gobernabilidad. Con especial buena relación tanto con Arcioni, como con los Sastre, o con Gustavo Mac Karthy y su esposa Florencia Papaiani. Luque ve en Florencia, además, a un peronismo nuevo. Es fácil inferir que para la renovación de autoridades del PJ, tanto Luque como Mac Karthy y algunos más, creen que los Eliceche, Blas Meza Evans, José Arrechea, o Norberto Yauhar tienen que estar pero «detrás».
El ultimo punto de anclaje entre Nacion...
...y la Provincia es la cuestión financiera. Cuentan que el viernes último, un pedido de fondos frescos desde Fontana 50 a la Casa Rosada no habría sido atendido, al menos con la urgencia que hace falta. Ya lo especificó Javier Touriñán. Dos masas salariales completas, algo más de 10.000 millones de pesos, para ir achicando.
Pero tal suma es imposible. Si bien el gobierno nacional puede imprimir billetes, sería imposible otorgarle discrecionalmente a Chubut 10.000 millones de pesos en medio de la pandemia. Todas las provincias tienen dificultades y las mejor administradas piden plata para generar camas de terapia intensiva y pagar los costos de los sistemas sanitarios, que se dispararon a las nubes.
Lo que ocurre es que el gobierno nacional, y lo haría a través de Wado De Pedro, pediría a Chubut una serie de condiciones antes de darle más asistencia financiera. Una de ellas es muy sensible. Deberá el gobernador en tiempos que tal vez no son los suyos, decir qué querrá hacer con la minería. La explotación minera es una de las pocas fuentes de divisas y trabajo genuino que hay a mano en este momento en el país.
También le pedirán un «plan» que no es sólo de ajuste para compensar los 2.400 millones de pesos de déficit cada mes, sino además uno «productivo». Pedirán al gobierno que explicite en un plan que vaya más allá de los enunciados o listados de asuntos, un plan real para reactivar la economía. Por lo menos, como el de cuatro a siete carpetas que -dijo Norberto Yahuar- había del tren transpatagónico.
Mirando la botella medio llena, las posibilidades son muy buenas. Obras y trabajo para Chubut y los chubutenses, y probable asistencia financiera para salir del pozo. A cambio piden un plan financiero y económico sostenible, ajustar las cuentas públicas, y trabajar en firme en proyectos mineros que sean posibles. Parece poco porque se enuncia en unas líneas. Pero hará falta mucho trabajo político para concretar.
La foto de la semana
Las generalizaciones siempre son malas. Pero de vez en cuando nos sorprende la coincidencia entre la actividad pesquera, y algún caso de narcotráfico. Hubo muchos en estos años, la más resonante fue «Langostino Santo». La semana pasada, una de las noticias llamativas fue el «hallazgo» que hizo un buque pesquero, de paquetes con cocaína que recogió con sus redes. Luego, hubo varios allanamientos en Puerto Madryn con secuestro de drogas, aunque no estarían relacionados con la particular «zafra» de cocaína. Los estatales volvieron a movilizarse a Rawson, reclamando los salarios pendientes de pago. Sólo un salvataje nacional o tomar deuda inmediata harían aparecer los 17.000 millones de pesos que hacen falta para ponerse al día. Situación muy complicada. Ambas imágenes completan nuestra sección de «Foto de la semana».
Esperando el maná del cielo
«Hay conversaciones con el Gobierno nacional para generar otro tipo de asistencia financiera y son buenas las perspectivas», pero «hay que trabajarlo y no va a ser inmediato». Lo anunció hace un par de semanas a EL CHUBUT el ministro más político del Gobierno, Javier Touriñán. Con esa misma cautela se lo comunicó a la dirigencia gremial que exige precisiones para un cronograma de pagos cada vez más incierto.
En el caso que las gestiones con la Casa Rosada prosperen, habrá que esperar entre 60 y 90 días para tener algún auxilio que llegue a Chubut. Primero el ministro Martín Guzmán deberá formalizar la reestructuración de la deuda argentina con bonistas extranjeros. Y con el FMI.
En todo caso, los gremialistas que congregan a los estatales chubutenses, pretenden cerrar filas para no tener sorpresas en el caso que los fondos lleguen. Desde el Gobierno les contagiaron la expectativa de una asistencia que permita, al menos, cubrir dos masas salariales. Algo que suena muy lejano, por ahora, de acuerdo a lo que dejan trascender desde la Casa Rosada.
La semana pasada comenzaron a escucharse advertencias de sectores sindicales que no están ligados directamente al Estado, como podría ser el ámbito de la construcción. Todos tienen algo para exigir amparados en la crisis del sector privado agravada con la cuarentena interminable. Eso puso en alerta a sindicalistas estatales que ahora pretenden cerrar filas para anotarse como prioritarios en la lista de reconocimientos si llegan los fondos a las arcas provinciales.
Para esta semana se está organizando un encuentro que incluye a un puñado de gremialistas. Allí podrían estar, entre otros, Santiago Goodman, de Atech; Carlos Milani, del Sitravich; representantes del SUPA; y los referentes de ATE, Guillermo Quiroga y Tomás Montenegro.
«Si es necesario se tendrán que encerrar en una habitación y no salir hasta que diriman sus diferencias», dijo a EL CHUBUT uno de los promotores del encuentro. Es sabido que hace ya algún tiempo que Quiroga transita por una vereda distinta al resto de los gremios estatales enrolados en la Mesa de Unidad Sindical. Incluso lo hizo público Goodman en la última manifestación en Rawson donde habló de los «voceros vestidos de verde».
Todos ellos perciben que sectores como la Uocra y también del ámbito petrolero, esperan alguna acción del Gobierno que implique fondos frescos para obras. Pero el cumplimiento de los salarios atrasados debe fijarse como la prioridad. Al menos así lo entienden los estatales que para eso buscarán unificar posiciones.
La que está en terapia intensiva es la educación
En algún momento Chubut deberá replantearse el sistema educativo. Está claro que al arrastre de los reclamos salariales desde hace años, se sumó la inesperada pandemia de coronavirus que dejó las escuelas cerradas durante todo el ciclo lectivo. La virtualidad no tuvo el alcance necesario en la provincia por diversas cuestiones: una vez más el reclamo sindical, la falta de conectividad en muchos casos y la deserción de alumnos que el propio Estado no puede aún cuantificar.
Pero sería necio obviar que la crisis educativa en Chubut es muy anterior a la pandemia, incluso difícilmente los chicos hubieran tenido clases en este 2020 con los atrasos salariales que aún son motivo de paro, sin clases por zoom ni envío de tareas. Hay que entender que alumnos que ni siquiera pisaron la escuela un solo día, no conocieron a sus compañeros y hasta desconocen quién es su docente, pasarán de grado. Y no solo eso, ya en 2019 transitaron poco y nada por las aulas. Incluso si vamos más atrás en el tiempo nos encontraremos con permanentes paros.
Donde más ministros tuvo que cambiar Mariano Arcioni, fue precisamente en la cartera de Educación. Graciela Cigudosa había asumido en enero de 2018 luego de la salida de Gustavo Castán. Renunció en abril del año pasado sospechada de presuntos contrataciones con sobreprecios para arreglar escuelas, por las que ahora está imputada mientras ocupa una banca de diputada provincial. Luego pasó por el Ministerio De Bella, que al poco tiempo fue reemplazado por Paulo Cassutti, quien por entonces era el tercero en la línea sucesoria tras Daniel Ehnes que también renunció.
Sobre fines del año pasado llegó Andrés Meiszner al frente del Ministerio de Educación e inició un proceso de reordenamiento en cuanto a horas cátedras y otros puntos siempre polémicos respecto de las prácticas. La cintura política del quilmeño se requirió después para ponerse al frente del gabinete, pero se terminó yendo de un portazo cuando quedó desautorizado luego de pedirle la renuncia a Cecilia Torres Otarola como ministra de Familia. Y llegó el momento de Florencia Perata, a quien le toca transitar la cuarentena y por ende nunca concurrió un sólo chico a la escuela desde que es ministra, logrando un curioso récord.
Es larga la lista y difícil el recorrido. Otra muestra que la Educación parece haberse convertido en un problema al que no se le encuentra solución.
Pero sería demasiado fácil simplificar en los incumplimientos del gobierno y en el argumento de la cuarentena, y que los chicos pasen de año sin ir a la escuela. Hay responsabilidades compartidas, aún cuando los reclamos por el lógico cumplimiento del pago de salarios sean valederos. Cada vez que se pone sobre la mesa una revisión de horas cátedras, modificación de contralor médico o descuentos por ausencias, la reacción sindical es inmediata sin mediar la posibilidad de discusión sincera y abierta a la sociedad. Pero la comunidad educativa también la integramos los padres, y frente a la infinidad de manifestaciones docentes por atrasos salariales, no existió ninguna marcha para exigir que se asegure la educación de los chicos, por el cumplimiento de los derechos del niño y para no seguir conduciendo casi al analfabetismo a una generación entera.
... Se dice que
...en el radicalismo de Trelew empieza a haber algún movimiento. Todo el mundo tiene en la cabeza la «post pandemia». Y de ese modo se están configurando los dirigentes. Uno que se alejará en parte de la actividad sectorial empresaria para volver a la arena política será Miguel Ramos, uno de los históricos del radicalismo local.
...cuentan que en el Ministerio de Economía juntaron hasta las monedas para cumplir con el tercer rango de junio, por lo que ahora los salarios adeudados son cuarto rango de junio, julio, el medio aguinaldo, y pronto se sumará agosto.
...en ese «juntar monedas», se habrían usado fondos de Petrominera y de la Administración Portuaria, para «bancar» el descubierto bancario. Preocupación y enojo en algunos aliados de Chubut Al Frente.
...Adrián Maderna sigue enfocado en conseguir que el Parque resucite de la mano de procesos pesqueros. Entusiasmo moderado por dos empresas que comprometieron abrir en octubre. Serían 70 puestos de trabajo cada una. Se negocian beneficios con Nación.
...justamente a Trelew llegaría un ministro nacional en las próximas semanas. Desde la Casa Rosada le habrían pedido a Maderna que arme «agenda» para el funcionario.
...este sábado por la noche hubo en Trelew un asado político «rompe cuarentena...» con destacadas figuras de la Justicia, un par de empresarios de la ciudad, y algún colaborador importante del gobernador Mariano Arcioni.
...en ese asado se habló de la posibilidad de que el anfitrión llegue al Superior Tribunal de Justicia. Es hombre del paladar del Gobernador y fue en su momento muy valorado en el dasnevismo, aunque luego rompió amarras. Así es que no tendría problemas en llegar.
...a los postres, el colaborador del Gobernador que estaba entre los infractores habría confirmado que el pliego iría como por un tubo. Luego, hubo preocupación de todos por escabullirse temprano. Resulta que no querían ser pescados infraganti por el ministro de Seguridad Federico Massoni.
...hablando del STJ y con cuatro lugares por completar, desde Nación habrían hecho llegar la sugerencia al Gobernador para que se haga un gran pacto político, discreto si es posible, en el que estén considerados «los intendentes, la oposición, y cualquier otro sector con el que se acuerde...» además del gobierno, por supuesto. Todos deberían aportar algún nombre. En Fontana 50 tienen la expectativa de colocar al menos a dos de los cuatro. Pero estaría difícil.
Comentá la nota