Wado de Pedro y Sergio Massa cruzaron acusaciones y no ocultan su malestar. De fondo, el debate por la silla en la Auditoría General de la Nación (AGN) y los nombres para cubrir vacantes en juzgados federales.
Lucía Aisicoff
Las supuestas negociaciones del peronismo con el gobierno de Javier Milei por el pliego de Ariel Lijo para la Corte Suprema y otros espacios en la Justicia hicieron arder, una vez más, a la interna partidaria. La pulseada quedó expuesta a través de acusaciones y versiones cruzadas sobre quién lleva el diálogo con el Ejecutivo a espaldas del resto del espacio.
El último viernes sorprendió el tono de un tuit del camporista Eduardo “Wado” de Pedro, que desde hace meses contiene su enojo con Sergio Massa, a quien responsabiliza por las versiones que lo nombran como el elegido por Cristina Kirchner para negociar con el asesor preferido de Milei, Santiago Caputo.
De Pedro posteó en X una desmentida a una nota de Clarín en la que se afirmaba que la expresidenta lo quiere posicionar como su candidato para la Corte. Según el dirigente, Massa tuvo que ver con esa “operación”. En su posteo aprovechó para recordar que algunos dirigentes que responden al tigrense se integraron al gobierno de Milei.
Massa le contestó a través de un tuit de la cuenta del Frente Renovador (FR): “El desafío desde el campo popular es construir un nuevo camino de esperanza para nuestros jubilados, trabajadores y trabajadoras, pequeñas y medianas empresas y jóvenes. Necesitamos aunar esfuerzos mostrando que hay otro camino, sin caer en chicanas o ambiciones personales”.
Un dirigente cercano al exministro de Economía señaló a elDiarioAR: “Sergio quiere cerrar el tema. Para él, Wado saltó mal porque dijeron que él mismo quiere ir a la Corte, pero eso no es una versión que haya salido de nosotros”. En ese sentido, insistió en que Massa está “generando propuestas”, con muchas reuniones con dirigentes de distintos espacios, enfocado en la elaboración de un programa de gobierno a través de la Fundación Encuentro. Sin embargo, también insinuó la pelea que empieza a darse en el peronismo, en la que La Cámpora y los dirigentes más cercanos a Cristina se abroquelan contra el resto del espacio: “¿Por qué arman este revuelo en lugar de meterse con Milei? prefieren pelearse con [José] Mayans, [Axel] Kicillof y Sergio, en lugar de pelearse con Milei”.
“No hay funcionarios del FR en el Ejecutivo. Los que se quedaron lo hicieron a título personal: Marco Lavagna y Leonardo Madcur, Milei se los pidió a ellos. No forman parte de un acuerdo político con los libertarios, ni tenemos segundas líneas en este gobierno”, aseguró en torno de lo que según ellos no fue más que una “chicana” de Wado De Pedro.
Caputo negocia junto al secretario de Justicia, Sebastián Amerio. El supuesto “puente” que tuvo con Wado fue Guillermo “Guillo” Garat, exsocio de Caputo y actual funcionario de YPF, lugar desde el que responde directamente al asesor presidencial.
Garat es un consultor de muy bajo perfil a quien señalan como uno de los “cerebros” de la estrategia de Cambiemos. En 2023 trabajaba en la consultora Move Group con Caputo, Rodrigo Lugones, Diego “Derek” Hampton y Tomás Vidal, todos consultores nacidos y criados bajo el ala de Jaime Durán Barba. En la última campaña, dividieron su trabajo en espacios políticos distintos: Caputo se fue con Milei, Hampton con Patricia Bullrich y Garat se trabajó en la campaña por la breve candidatura de Wado, que finalmente bajó Cristina. Algunos dicen que después de eso fue contratado por Massa para algunos trabajos específicos, aunque en el FR lo niegan.
La contrapropuesta: ampliar la Corte
Ante una eventual negociación abierta entre Cristina Kirchner y Milei a través de sus hombres de confianza —algo que desde ambos bandos se empeñan en negar— los sectores de la oposición dialoguista esperan en alerta y buscan hacer valer su voto. En el Senado, donde se votarán los pliegos, el peronismo tiene un peso contundente: sus 33 senadores son claves para aprobar o rechazar cualquier nombre. En el caso de Ariel Lijo, Milei los necesita al tener a Mauricio Macri y Victoria Villarruel lobby en contra.
Sin embargo, el peronismo antes debe garantizar que habrá unidad en su postura. El miércoles habrá una reunión de sus gobernadores, con el tema en agenda. Se descuenta que participarán Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).
A la contrapropuesta de nombres que podrían sonar desde Unión por la Patria para reemplazar a Lijo y, principalmente, a Manuel García-Mansilla, con más impugnaciones a su candidatura, en la Casa Rosada muestran una visión cerrada e insisten en que no negociarán bajar a ninguno de los dos. La charla asomaba cerrada, pero los últimos días se instaló sobre la mesa la posibilidad de una contrapropuesta del peronismo ante la posibilidad de ampliar la Corte a nueve miembros, una salida para colar nombres de su confianza en el máximo tribunal.
Las negociaciones en el ámbito de la Justicia exceden a la integración de la Corte Suprema y su eventual ampliación: también está sobre la mesa la elección del procurador General de la Nación, los nombres para cubrir vacantes en juzgados federales y Defensorías, y la designación de uno de los integrantes de la Auditoría General de la Nación (AGN).
En el caso de la AGN, las negociaciones internas arrancaron hace meses y todavía no se destrabaron. Para la silla de Unión por la Patria hay dos candidatos en pugna: el kirchnerismo empuja al actual auditor Juan Ignacio Forlón, que responde a La Cámpora, mientras el massismo quiere que el puesto lo ocupe Guillermo Michel, exdirector de Aduana en la gestión de Massa en Economía y uno de sus hombres de mayor confianza.
En las últimas reuniones, algunos diputados se plantaron contra el nombre de Forlón e incluso se mostraron dispuestos a respaldar a Michel en esta pelea, mientras Massa se muestra distante para no generar más ruido en la interna y en su entorno aseguran que dejó la negociación en manos de Cecilia Moreau, de buen vínculo con Máximo Kirchner. Ante la falta de acuerdo, en el peronismo revolotean otros nombres que podrían terminar siendo aceptados como opciones de mayor consenso, como el del santiagueño Carlos Lugones o el del chaqueño Jorge “Coqui” Capitanich.
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