Juanchi Zabaleta, el intendente de Hurlingham, bajó a Córdoba de la mano de Martin Gill para buscar apoyo para conducir la Federación de Municipios. Está detrás del respaldo de Llaryora, con quien se reunió.
Por: Bettina Marengo.
Llegó a Córdoba la pelea por la conducción de la Federación Argentina de Municipios (FAM), una organización que, con un presupuesto nacional dadivoso en plata para obras municipales, se convierte en un lugar interesante. El organismo reúne a los municipios afiliados de todo el país y tiene los mandatos vencidos desde el año pasado. La renovación de autoridades se suspendió por la pandemia, pero en marzo se convocaría a nuevas elecciones.
El albertista intendente de Hurlingham, Juan Horacio Zabaleta, uno de los que quiere la presidencia de la Federación, viajó este fin de semana a Córdoba para buscar apoyo en una pulseada de alto significado político, porque involucra al PJ “duro” y los barones del conurbano bonaerense, y se mete en la tensión de poderes dentro del Frente de Todos.
El otro que pretende la jefatura de la FAM es el kirchnerista Fernando Espinoza, de La Matanza, el municipio más grande del país. No está claro cómo jugará el gobierno nacional y La Cámpora en esta puja, ni si los candidatos juegan por el presidente Alberto Fernández y por el kirchnerismo duro. Algunas fuentes aseguraron que La Cámpora sería prescindente, y que no habría que ver el tema FAM como tironeo entre el presidente Alberto Fernández, al que reporta Zabaleta, y el cristinismo. Sin embargo, el intendente de Hurlingham tiene un enfrentamiento con el diputado Máximo Kirchner por su intención de disputar la conducción del PJ de Buenos Aires. Espinoza, por su parte, cuenta con el apoyo del gobernador de Tucumán, Juan Manzur, a quien reporta el actual jefe de la FAM, Javier Noguera, de Tafí Viejo. A través del fallecido ex intendente matancero, Alberto Balestrini, tiene una historia vinculada a Néstor Kirchner, el creador de la Federación.
Es una elección donde cada intendente equivale a un voto. En el seno de la FAM se está evaluando la posibilidad de que voten todos los jefes comunales del país, y no solo a los afiliados con la cuota al día, que representan un porcentaje minoritario. Si esto se confirma, la campaña toma otro cariz y será clave para los candidatos la obtención de respaldo en el interior del país. Córdoba, altamente municipalizada, adquiere relevancia.
“Juanchi”, como le dicen a Zabaleta, desembarcó en la provincia de la mano del secretario de Obras Públicas, el villamariense Martín Gill, quien maneja una chequera con 70 mil millones de pesos para obras en los 2.300 municipios del país. El funcionario nacional recibió a candidato de la FAM en Villa María, junto al intendente a cargo, Pablo Roso. Luego, le organizó un almuerzo en Villa Nueva, con Natalio Graglia como anfitrión, con varias decenas de intendentes peronistas, entre albertistas y schiarettistas. Según el conteo de los organizadores fueron 80. “Algunos muy representativos”, indicaron. En la comida, Zabaleta expresó claramente su deseo de “conducir, ampliar alcances y potenciar” la FAM, y de “unir y peronizar el país” a través de esa herramienta.
En el gobierno nacional, Gill está en el espacio donde juegan el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y donde abreva Zabaleta, lo que explica sus movimientos, cuando todavía no está claro cuál será la línea nacional en el tema FAM ni cómo se involucrarán las estructuras nacionales, según se preguntaron intendentes que no fueron de la partida.
A nivel provincial, con la mirada puesta en el 2023, el villamariense hace equilibrio de unidad con el PJ que encabeza el gobernador Juan Schiaretti, y da por superada la ruptura de Córdoba con el gobierno de Alberto Fernandez. Mientras, depende de los votos de Eduardo Accastello (es decir, del ok de Schiaretti) para evitar el llamado a elecciones en su ciudad, donde tiene licencia como jefe comunal. En ese sentido, la juntada de intendentes en el club Prado Español fue también una demostración de fuerza y de poder de unidad hacia el dividido peronismo provincial. Desde El Panal siguieron de cerca la movida, sin intenciones de jugar en la puja por la FAM pero “vigilando” la tropa propia.
El candidato también se reunió con el senador Carlos Caserio y un grupo de intendentes que le responden de Punilla, Colon y Santa María, que no asistieron al encuentro de Villa Nueva.
Además del apoyo numérico, el plato fuerte que Zabaleta vino a buscar fue el apoyo del intendente de la ciudad de Córdoba, el schiarettista Martín Llaryora, cabeza de la segunda ciudad del país y un hombre no asociado a la nueva generación del peronismo, donde se quiere parar. De igual modo, para llegar a la FAM buscará el voto del rosarino Pablo Javkin, del Frente Progresista Cívico y Social.
Llaryora recibió a Gill y a Zabaleta en el Palacio 6 de Julio con la excusa de la implementación del dispositivo para medir el dióxido de carbono en las escuelas municipales, que Zabaleta utiliza en su ciudad. Más allá de la movida por la conducción de la Federación, todo el esquema nacional, en general, tiene expectativas con el sanfrancisqueño, que suma líneas de contacto con la Casa Rosada por fuera del canal provincial.
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