El postulante massista planteó un proyecto que reduce a la mitad los costos, similar a otro del edil de Integración Ciudadana.
Apenas dio a conocer la propuesta para realizar pavimento a mitad de precio el actual del candidato a intendente del Frente Renovador, Dámaso Larraburu, Raúl Woscoff, del progresismo, recordó un proyecto de su autoría, fechado en 2012, al que se llamó "Solidario" y que guarda relación con el que difunde el actual presidente de la Liga del Sur.
Larraburu anunció su propuesta hace dos semanas, en base a lo que viene desarrollando el municipio en obras de cordón cuneta y que, de acuerdo a sus dichos, permitirá realizar unas 400 cuadras al año a 300 mil pesos cada una, el 50% de lo que se paga actualmente.
Comparadas las propuestas, puede verificarse que coinciden en una idea: que los materiales son adquiridos "por cuenta y costo" de los frentistas, pero difieren claramente en quién aporta los fondos, por un lado, como en quién asume el costo posterior de la mano de obra.
El secretario de Economía, Julián lemos, reconoció ayer a “La Nueva.” que, si bien ambas propuestas "tienen similitudes", la diferencia sustancial es "la fuente de financiación".
Mientras en el proyecto de Woscoff la compra de materiales es financiada por la comuna -"en hasta 72 cuotas y a una tasa de interés del Banco de la Provincia de Buenos Aires en Caja de Ahorro"-, en el programa que hoy desarrolla el municipio, en el cual se basó la propuesta de Larraburu, se recurre a "financiamiento de los vecinos", por cuanto son los frentistas quienes se hacen cargo del pago de los materiales.
Lemos refirió que en los tres últimos meses el municipio construyó casi 12 mil metros lineales de cordón cuneta (unas 60 cuadras), aportando 1,7 millones de pesos en concepto de mano de obra a las cooperativas que participan de su ejecución. "Si tuviésemos que contratar la obra con materiales y mano de obra, se hubiesen requerido 5,3 millones", detalló.
La otra diferencia es que el municipio pretende construir pavimento articulado, con un costo similar al asfáltico, aunque admite una resolución técnica que no requiere maquinaria especial.
Para Lemos, lo que plantea el municipio "es una herramienta de muchísimo potencial", que se apoya en "la capacidad financiera de los vecinos".
Por último, la mano de obra, verdadero eje de la cuestión, en ambos planes es asumida por el municipio con personal y maquinaria propios, aunque con una diferencia clave: mientras Woscoff plantea que cada vecino pague el costo proporcional a su frente, el municipio distribuye el mismo entre todos los contribuyentes. Esa es la razón por la cual cada frentista paga, en este último caso, el 50% del valor actual: no se hace cargo de la mano de obra.
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