El sector del saenzpeñense no se preocupa por los presuntos acuerdos o no entre el gobernador y el vice. Ni siquiera considera a Chiyo como un hipotético rival interno después de las barbaridades que profirió contra Capitanich.
Las PASO dieron un veredicto inapelable puertas adentro del PJ y ungieron candidato a gobernador a Domingo Peppo, pero quedan detalles pendientes y ni precisamente menores como por ejemplo los nombres que completarán la lista de diputados nacionales, entre los que suena el de José Mongeló.
El actual legislador oriundo de Sáenz Peña tuvo un desempeño digno en las primarias y con el 3% de los votos intentará convencer al gobernador Jorge Capitanich de que es el mejor hombre que puede enviar el Chaco a Buenos Aires para consolidar el esquema de poder kirchnerista después del 10 de diciembre.
Pero el primer mandatario no tiene una decisión tomada. Al parecer, uno de los motivos por los cuales el vicegobernador Juan Bacileff Ivanoff se quedó en el molde tras la reasunción de Coqui, es un presunto compromiso de ser incluido en la nómina de candidatos para las parlamentarias 2015.
Fuentes bien informadas confiaron a LA VOZ DEL CHACO que Bacileff padre espera ese reconocimiento a su buena conducta de los últimos tiempos con el argumento de un ex gobernador del Chaco (y él se considera con ese estatus, aunque lo suyo haya sido un interinato) no puede terminar su trayectoria política en el ostracismo.
«Chiyo considera que su rol institucional fue clave para que Coqui retomara el poder con una provincia normalizada institucionalmente y espera que se le reconozca el apoyo que proporcionó al mantener un perfil bajo luego del regreso del gobernador titular», confesaron en el entorno de Bacileff.
Capitanich nunca dio explicaciones de por qué le perdonó la vida a su suplente, pese a la trifulca política que ambos protagonizaron en 2014, pero en el PJ todos entienden que algún acuerdo entre ambos permitió el armisticio que dura hasta el presente y que generó las condiciones para que el hijo del vice, Darío Bacileff, haya entrado como candidato a la reelección en las listas oficialistas.
De todas formas la decisión final estará en la mesa chica de Olivos, con la birome en manos de Carlos Zanini y la decisión en Cristina más allá de que es un dato insoslayable de la realidad que el gobernador chaqueño ha subido exponencialmente sus acciones con Cristina con quien dialogó extensamente y volvería a hacerlo en los próximos días.
Aún así para la Presidenta hay cosas que no se olvidan y el desplante que hizo el vicegobernador cuando fue convocado a Olivos y su propia conducta difícilmente sean un salvoconducto para una candidatura de esa envergadura aún cuando el mismísimo Capitanich dé el visto bueno, aunque los que lo conocen aseguran que a la hora de las decisiones el montenegrino sabe ejercer el poder y el liderazgo sobre el cual ha cimentado su realidad política que lo convierte hoy como el referente número uno del justicialismo chaqueño.
El sector de Mongeló, sin embargo, no se preocupa por los presuntos acuerdos o no entre el gobernador y el vice. Ni siquiera considera a Bacileff como un hipotético rival interno después de las barbaridades que profirió el actual vice contra Capitanich en lo que el saenzpeñense consideró siempre como una alta traición al peronismo en su conjunto.
En la lógica de Mongeló, llegado el momento de las definiciones pesarán sus pergaminos kirchneristas y el eventual guiño que podría provenir de la Casa Rosada, pero también su actitud de lealtad al partido al participar de una interna donde formalizó sus discrepancias con la línea coquista en un marco de respeto institucional que Chiyo vulneró de cabo a rabo.
Para el actual diputado nacional, frente a las diferencias internas, el camino a tomar es el de los códigos establecidos por las mejores tradiciones peronistas, sin caer en el agravio y las acusaciones de baja estofa que utilizó en su momento Bacileff para denostar a Capitanich, acusaciones que cayeron muy mal no sólo en el peronismo, sino en la sociedad chaqueña que se puso de lado del gobernador.
Después del desbarajuste histórico que armó el vice con sus declaraciones públicas de aquel momento, en el círculo áulico de Mongeló consideran que el pasaporte a la reelección de Chiyito constituye un premio inmerecido para el clan Bacileff en su conjunto.
También evalúan lo siguiente: si el jefe de la dinastía chiyista tuviera que medirse en una interna con quien ostenta el lauro de primer kirchnerista del Chaco, mordería el polvo de la derrota en prácticamente todos los distritos electorales del Chaco.
En especial después de que Bacileff padre atacó a Mongeló con argumentos innecesariamente hirientes, al recordar que en sus inicios en la actividad política era un ordenanza del Poder Judicial. Ese paso en falso de Chiyo terminó fortaleciendo a Mongeló, quien pasó a ser su archienemigo al cuestionar el proceso licitatorio de los casinos del interior finalmente privatizados.
Dadas tan especiales circunstancias, la pulseada por las candidaturas parlamentarias podría desatar una nueva batalla interna en el seno del peronismo en la que sólo el gobernador Capitanich podría establecer un marco de moderación que no haga revivir la mala imagen que dio la fuerza gobernante durante 2014.
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