El encuentro en Santa Cruz seguirá con reuniones sectoriales en las que se analizarán cambios en el Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría, gravar la renta financiera exceptuando los plazos fijos y el trabajo en negro, entre otros temas.
Al concluir su discurso en el Obispado de Río Gallegos, con motivo de la adjudicación de las obras de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic (ver página 4), la Presidenta se dirigió al hotel Patagonia, donde se encontraba todo listo para recibir en el primer piso del establecimiento a los invitados a la reunión. El hotel se encontraba a dos cuadras de la parroquia. Un frío intenso y un leve manto blanco por la nieve obligaba a apurar el paso a quienes prefirieron caminar esos metros. En el salón del Patagonia se dispusieron las mesas en forma de rectángulo, en el que todos podían mirarse a las caras. Mientras arribaban empresarios, banqueros y dirigentes gremiales, Cristina Kir-chner aprovechó para mantener una breve reunión con los directivos de la empresa china Gezhouba que, junto a Electroingeniería e Hidrocuyo, conforma el consorcio que ganó la licitación de las represas.
“Les pedí que dijeran lo que realmente piensan”, afirmó la Presidenta al retirarse del lugar. Resaltó que el diálogo “fue muy productivo” y destacó el papel del ministro Julio De Vido en la convocatoria a los asistentes (ver aparte). “Todos los actores coincidieron en los números de nuestra economía y el crecimiento”, agregó. En un breve contacto con la prensa, resumió: “Hablamos de distintas cuestiones de la economía, y se pasó revista a todos los puntos de vista y así tanto nosotros como ellos nos fuimos con un importante cuadro de situación”. “Coincidimos en que vamos a repetir más seguido estos encuentros y realizar mesas para debatir temas puntuales”, señaló. La Presidenta estuvo acompañada por la plana mayor del equipo económico, con excepción del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Al finalizar la reunión, que se extendió por tres horas y media, los funcionarios se dirigieron a una sala contigua a pasar en limpio los temas discutidos, mientras que los empresarios se dirigieron al lobby del hotel, donde fueron abordados por la prensa.
Luego de una descripción del estado de situación, la mandataria abrió el debate, aunque volvió a dejar en claro que hay cuestiones del esquema económico del Gobierno que no se tocan. “No se puede ni soñar con un modelo con mayor endeudamiento o devaluación (abrupta) del tipo de cambio. Puedo hacer correcciones en el rumbo, pero otra política necesitará de otro gobierno que la haga”, señaló CFK. No hubo reclamos de los empresarios y financistas, sólo se esbozaron situaciones puntuales que la mandataria acordó estudiar. Por el lado empresario se encontraban el presidente de la Unión Industrial, Héctor Méndez; de la Asociación de Bancos (Adeba), Jorge Brito; de ABA, Claudio Cesario; de la Construcción, Gustavo Weiss; el vice de la Cámara de Comercio, Eduardo Eurnekian; y titulares de las CGE, Cgera y Came. Por los trabajadores se encontraba el secretario general de la CGT, Antonio Caló; de la CTA, Hugo Yasky, y de la Uocra, Gerardo Martínez.
Los gremios pusieron en agenda el tema del Impuesto a las Ganancias para los trabajadores. “En el encuentro se analizó cómo reemplazar los ingresos fiscales que se pierden por un cambio en las alícuotas. La Presidenta aclaró que no se pueden crear impuestos y descartó que se graven los plazos fijos”, explicó a este diario el titular de Cgera, Marcelo Fernández. La alternativa con mayor fuerza por estos días es el impuesto sobre personas físicas –accionistas–, ya sea por la compraventa de acciones o por utilidades. Al tratar este tema, CFK se dirigió al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, para que explicara que un impuesto a los plazos fijos implicaría una recaudación de apenas 500 millones de pesos y la distorsión en el sistema financiero sería muy alta. “Se empieza a trabajar recién en el tema. Es difícil y sensible, porque el ahorro es la base de la inversión y no se lo puede tocar”, señaló a Página/12 el titular del Banco Nación, Juan Carlos Fábrega. “Más allá de las dificultades con el impuesto a la renta financiera, quedó claro lo que implica el compromiso oficial para darle una solución”, opinó Yasky.
Los empresarios solicitaron que se agilice el mecanismo de declaraciones juradas anticipadas de importación. El asesor legal de la UIA y presidente de la Copal (alimentarias), Daniel Funes de Rioja, denunció 150 casos de embarques trabados en la Aduana. La mandataria le contestó que “analizaría el pedido”, pero aclaró que no se tomará ninguna medida que vaya en contra de la actual política de administración del comercio exterior. “Podría dejar que entren productos más baratos, pero qué van a hacer ustedes con sus empleados”, apuntó. Méndez también habló de los reintegros a las exportaciones. En este pedido se sumó el titular de Adimra (metalúrgicas), Juan Carlos Lascurain, quien criticó que no existan criterios para clasificar entre las ventas externas con distinto valor agregado. También hubo compromiso oficial por atender ese tema. Por último, desde la UIA se insistió con el tema del costo por contratar seguros ambientales, cuyo servicio hoy está monopolizado. Cristina les recordó que el año pasado se emitió un decreto (1638/12) que reglamenta la actividad, pero se encuentra sin aplicar por una medida cautelar.
La Presidenta hizo referencia a la suba de precios. “El termómetro puede medir bien o mal, pero lo que no hace es subir los precios. Eso sucede porque los empresarios los suben”, agregó. Durante la charla sobre el tema se señaló que la distribución del ingreso se encuentra en 50 y 50 entre asalariados y el sector empresario. Este esquema sirvió de argumento a industriales que sostuvieron que mantener subas salariales en torno del 25 por ciento anual es insostenible en términos inflacionarios. La respuesta oficial se focalizó en analizar los márgenes de ganancias de los empresarios. “La discusión quedó abierta”, aseguró Yasky. Desde el sector financiero no hubo planteos, más allá que mediáticamente insistan con la queja de la excesiva regulación. “Fue una reunión positiva y con buena onda”, resumió Méndez. “Si hay coincidencia con el modelo cuando se habla en privado, por qué no salen a defenderlo en público”, increpó a sus pares en la reunión el titular de la CGE, Ider Peretti.
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