Aluminé debió apelar a la imaginación porque debió sanear un vertedero a orillas del Ruca Choroy. Un original concurso de escuelas y el fenómeno de las composteras domiciliarias son algunas de las claves.
Resolver dónde llevar la basura domiciliara significó un gran desafío para Aluminé. El vertedero a orillas del río Ruca Choroy colapsó por su impacto ambiental. Debían sanearlo, buscar un nuevo lugar y aplicar el sistema de celdas, pero si se seguía arrojando la misma cantidad, el resultado iba a ser el mismo.
Luego de seis años en el que hubo que convencer a los vecinos casa por casa sobre los beneficios de mantener el ambiente para disfrutarlo y para ofrecer a los visitantes, se tienen los resultados.
Ahora se destaca entre 45 municipios de la Provincia de Neuquén porque no tiene un basural a cielo abierto y con un modelo en el manejo de residuos, recicla el 75% de la basura domiciliaria que genera.
Además, bajo la gestión del intendente Diego Victoria, se implementó un innovador programa que fomenta el reciclaje a través de la competencia entre escuelas locales. Cada semana, los estudiantes deben llevar botellas plásticas, tapitas y latas de bebidas a un centro de acopio, donde los materiales son pesados. Al final del año, las escuelas que más reciclan reciben premios: la ganadora obtiene 2,5 millones de pesos, y hasta el sexto puesto se otorgan 300 mil pesos. De esta forma tienen una parte de un viaje de fin de curso o de estudios ya pago.
El programa excluyó la recolección de papeles y vidrios para este concurso, enfocándose en otros materiales, por una cuestión de seguridad. “Los padres ayudan, un grupo sale a recolectar botellas plásticas, otro las lava y otro las apila para llevarlas al centro de acopio”, comentó una colaboradora de la gestión de Victoria. Agregó que ya lleva ocho semanas y se observó que, por ejemplo, en los bares y restaurantes deben hacer como un cronograma para darle las botellas a las escuelas, para dejarlas a todas conforme.
Las acciones se complementan con un sistema de separación en origen y recolección diferenciada, que permite disponer adecuadamente los residuos en el centro de disposición final.
Aluminé también cuenta con composteras municipales, que procesan la basura orgánica para fertilizar plazas, paseos públicos y el arbolado urbano. Además, hay composteras domiciliarias que facilitan a 130 familias el aprovechamiento del compost, lo que ayuda a reutilizar el 5% de los residuos orgánicos en sus propios hogares.
Una parte de la estrategia fue una original competencia entre las escuelas para ganar dinero para un viaje. Foto: gentileza.
El colapso del basural de Aluminé que obligó al cambio
El vertedero a cielo abierto de la localidad fue cerrado y remediado en 2018, marcando un antes y un después en la gestión ambiental. Desde entonces, el plan de gestión integral de residuos sólidos urbanos fue acompañado por campañas de concientización, talleres y acciones comunitarias.
“La comunidad adoptó esta causa, convirtiéndose en activista y multiplicadora de buenas prácticas”, indicó la fuente. Cada año, Aluminé genera entre 900 y 1.000 toneladas de residuos sólidos urbanos, con un promedio diario de 2,5 toneladas. De esa cantidad, se recuperan anualmente 180 toneladas de material reciclable, que se comercializan en diferentes puntos del país. Además, los residuos orgánicos que no son compostados en los hogares se llevan a la planta municipal para ser transformados en compost, que luego es utilizado en espacios verdes y huertas comunitarias, o se entrega gratuitamente a los vecinos.
En el centro de disposición se cavan celdas, se las impermeabiliza y allí se deposita la basura compactada. Se lo planificó para varios años.
La zona sur de Neuquén por excelencia: Villa La Angostura, San Martín y Junín de los Andes, tienen un serio problema porque la voracidad inmobiliaria hace que no haya lugares donde diagramar un centro de disposición final. El agravante fue que colapsó el de San Martín de los Andes e intervino la Justicia porque el sitio estaba a metros de un barrio de viviendas.
La Provincia intervino e hizo un centro de disposición en Alicurá, en las canteras desde donde se extrajo el árido para hacer la presa. Como está lejos, la logística para trasladar la basura está a cargo de los municipios que deben intentar trasladar al lugar la menor cantidad posible de basura.
Otro centro de disposición final está en la ciudad de Neuquén que recibe la basura de la s vecinas Plottier, Centenario y Vista Alegre. La actual gestión de la ciudad planifica realizar uno nuevo cerca de la Ruta 67.
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