En la mañana de ayer arribó a Pueblo General Belgrano el secretario de Ambiente de la provincia, Martín Barbieri, con la intención de encontrar una solución al conflicto planteado entre el dueño del predio donde está el basural y la Municipalidad de la localidad.
El problema tiene su tiempo, ya que el propietario del campo donde se deposita la basura de Pueblo Belgrano decidió cerrar el acceso luego de que este 31 de diciembre venciera el contrato y no se llegara a un acuerdo con la municipalidad para una renovación, a pesar de las advertencias que el propietario del lugar habría hecho.
Así las cosas, tras el cierre del acceso que obligó a frenéticas negociaciones, se llegó a la reapertura del predio por una semana, tiempo durante el cual la Municipalidad de PGB deberá encontrar una solución.
También se solicitó la intervención del secretario Barbieri, quien ayer se reunió con el intendente Mauricio Davico y otros funcionarios.
Antes las reiteradas consultas realizadas por EL ARGENTINO a la municipalidad de Pueblo Belgrano, pudimos saber que el dueño del campo no estaría presente en este encuentro.
En tanto desde prensa municipal de Pueblo Belgrano no comunicaron nada sobre el avance de las negociaciones y el resultado de la reunión con Barbieri. Todo se manejó en un absoluto hermetismo, mientras los vecinos de la localidad, temen que si la disputa no se resuelve, comiencen a aparecer microbasurales en la localidad.
Gestiones para resolver el tema de fondo
El 13 de mayo de 2016 Davico entregó un proyecto para erradicar el histórico basural de Pueblo Belgrano al entonces ministro de Ambiente el rabino Sergio Bergman en su paso por Gualeguaychú, para erradicar el basural a cielo abierto.
El proyecto fue elaborado en conjunto con la Fundación Ecodesarrollo. El costo total de la obra en aquel entonces era de 8 millones de pesos, que también fue gestionado en la provincia, pero durante cuatro años no hubo avances en el tema.
El basural a cielo abierto es uno de los problemas ambientales más complejos que tiene Pueblo General Belgrano, no solo por la contaminación y la infinidad de focos infecciosos que produce, sino también porque está volcando sus lixiviados directamente al río Gualeguaychú, al estar sobre un humedal.
Sin ayuda de Provincia o Nación, es casi imposible para la localidad poder encarar el proyecto por falta de recursos económicos.
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