El macrismo tomó el control de la transmisión en la televisión estatal.
La Televisión Pública fue el canal de aire que más horas le dedicó a los actos por la asunción presidencial de Mauricio Macri. Con la empresa kirchnerista La Corte y un delegado macrista a cargo de la transmisión televisiva, la TV Pública hizo una emisión sobria y equilibrada, en lo que pareció una deskirchnerización de su pantalla, una tregua entre el kirchnerismo duro y el macrismo, pese a que fue implementada por todos los periodistas y funcionarios que hasta hace pocas horas denostaban a Macri desde esa misma pantalla.
Diego Copello, encargado de la parte audiovisual de la campaña electoral de Macri, trabajó junto con la empresa La Corte (de Cristóbal López, encargada de todos los actos de Presidencia de la Nación), para garantizar una transmisión favorable a Macri de los actos de asunción presidencial. Para lograrlo, evitaron mostrar las bancas vacías que dejaron los legisladores kirchneristas en el acto del Congreso y pidieron que los periodistas de la TV Pública evitaran hacer críticas al nuevo Presidente. A lo sumo, esos periodistas decían durante la transmisión que era “un acto descontracturado”, cuando Macri se sacó la banda presidencial y se puso a bailar en el balcón de la Casa Rosada, mientras la vicepresidenta Gabriela Michetti cantaba a su lado. Incluso mencionaron los títulos de los “principales portales de noticias en Internet”, en este orden: Télam, Clarín, La Nación, Minutouno y Página 12, entre los medios nacionales, algo impensado que ocurriera antes en la TV Pública, donde Clarín y La Nación eran mencionados generalmente como los “medios hegemónicos”.
Sin embargo, la procesión fue por dentro y se expresó con muy pocas referencias apenas perceptibles. La periodista Agustina Díaz fue una de las que tomó la conducción al mediodía, cuando afirmó que la Plaza de Mayo estuvo “increíblemente repleta ayer” para despedir a Cristina Fernández de Kirchner, pero que en la jura de Macri estaba sólo “repleta”. De hecho, esa periodista fue la que se desmarcó del periodista Juan Miceli, cuando el diputado camporista Andrés “Cuervo” Larroque lo hostigó en una entrevista por el noticiero de la TV Pública, que terminó con el despido de Miceli. El responsable de ese despido fue el gerente de Noticias "Carlitos" Figueroa, quien apoyó los ataques contra el periodista que se hicieron desde el programa 6-7-8 y fue el mismo funcionario camporista que estuvo ayer trabajando en la transmisión de la asunción de Macri. Si a Juan Miceli no lo hubieran echado de la TV Pública hace dos años, por haberle preguntado a Larroque por qué repartían ayuda a los inundados con pecheras de La Cámpora, hoy habría estado en la transmisión de la jura presidencial de Macri, junto con Agustina Díaz. Pero él no estaba ahí, si no en su programa “Arriba Juan”, por la radio estatal OnceDiez de la ciudad de Buenos Aires.
La tregua entre el kirchnerismo y el macrismo audiovisual fue pactada en una serie de reuniones entre el nuevo ministro de los Medios Públicos, Hernán Lombardi, y el ex titular de Radio y Televisión Argentina, Tristán Bauer, quienes anoche se reunieron por última vez y acordaron la renuncia de Bauer a su cargo, junto con la realización de una transmisión televisiva profesional y equilibrada, a cargo de Copello y La Corte, con la colaboración de Martín Bonavetti, director ejecutivo de la TV Pública. Además, Lombardi dijo que 6-7-8 no iba a seguir en la TV Pública, porque es un programa que no respeta el pluralismo político. En realidad, esta noche no va a salir al aire, porque van a transmitir el partido de hockey femenino de Las Leonas contra Holanda. Pero está previsto que mañana vuelvan a emitir ese programa ultrakirchnerista, que tiene contrato hasta fin de mes. El dueño de 6-7-8 es el empresario kirchnerista Cristóbal López, que también es dueño de la empresa La Corte y la cadena de noticias C5N, así que los nuevos funcionarios esperan que López se lleve durante el verano ese programa a su canal, para que la TV Pública pueda comenzar a dejar de seis-siete-ochizarse. Los actos de la asunción presidencial de Macri fueron un ejemplo de que el canal está en condiciones de tener una pantalla equilibrada y plural; y que para lograrlo, el macrismo también puede contar con la colaboración del empresario kirchnerista Cristóbal López.
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