PEDRO SÁNCHEZ, LÍDER DEL PSOE, SE NIEGA A ACEPTAR SU PAPEL DE ÁRBITRO Y ASEGURÓ QUE, TRAS LAS ELECCIONES DEL 26 DE JUNIO (26-J), NO PACTARÁ PARA QUE EL CONSERVADOR MARIANO RAJOY SIGA EN EL PODER NI PERMITIRÁ QUE PABLO IGLESIAS SEA PRESIDENTE DEL GOBIERNO.
Sus afirmaciones, en el quinto día de campaña, sólo tienen sentido porque se muestra convencido de que "no se producirá" el "sorpasso" (adelantamiento) de la coalición de izquierda Unidos Podemos al PSOE, que pronostican las encuestas.
Con 10 días por delante para convencer a los españoles, el candidato socialista apeló a la movilización de sus propios votantes para evitar que el PSOE caiga a la tercera posición, detrás del PP y de la coalición de Iglesias, ya que de ocurrir esto se verá ante una encrucijada muy difícil de resolver.
Es por eso que sostuvo que enfatizó que Iglesias plantea dos opciones "imposibles": por un lado, que el PSOE y el PP gobernarán juntos y, por otro, que Unidos Podemos va a superar a los socialistas.
El líder socialista remarcó que su partido "no va a hacer presidente del gobierno a Rajoy ni a nadie del PP".
"No va a haber gran coalición, ni tampoco Iglesias va a ser el presidente del gobierno", apuntó en declaraciones al canal La Sexta.
Pero consultado sobre con quién pactará, Sánchez insistió en que no lo hará con el PP y tampoco vetará "a ninguna fuerza de cambio".
En ese sentido, defendió que, para evitar una terceras elecciones, se deje gobernar al candidato que obtenga más apoyos en el Parlamento, como expuso previamente el coordinador económico del PSOE, Jordi Sevilla, quien con un mensaje en Twitter generó polémica al deslizar que los socialistas se abstendrán ante el PP.
Sin embargo, Sánchez remarcó que frente a un escenario en el que ninguna fuerza obtendrá la mayoría absoluta, Rajoy quedará "incapacitado" porque nadie quiere pactar con los conservadores, que tiene las manos manchadas de corrupción.
"No tengo duda de que tras el 26-J, igual que pasó tras la elección del 20 de diciembre, Pedro Sánchez será el candidato que conseguirá mayor apoyo parlamentario", apuntó luego Sevilla.
En definitiva, la esperanza del líder del PSOE es remontar las encuestas y volver a situarse en segundo lugar para intentar otra vez un acuerdo con Ciudadanos y Podemos, hace unos meses inasequible.
Sánchez confía en que si después de unas segundas elecciones consecutivas no se produce un cambio significativo -lo sería el adelantamiento de Unidos Podemos-, todos los partidos tendrán claro que el escenario no se moverá mucho más y estarán más presionados para buscar un acuerdo.
La idea de que se permita gobernar al que consiga más apoyos parlamentarios aunque sean insuficientes para superar la investidura -se requiere en primera votación mayoría absoluta de los 350 diputados y en segunda mayoría simple-, garantizaría que la presidencia recayera en el PP o el PSOE, dependiendo de a quién elija líder de Ciudadanos, Albert Rivera.
Y, el PSOE confía en que Rivera no apoyará a Rajoy, como aseguró en reiteradas ocasiones, incluido en el debate del lunes, a pesar de no haber pedido abiertamente al líder conservador que se retirara.
De esta forma, aunque Unidos Podemos quedara en segundo lugar, Iglesias se vería igual de aislado que Rajoy, ya que si algo dejó claro Rivera es que bajo ninguna condición dará su respaldo al líder de Podemos.
No obstante, a raíz del tuit de Sevilla, Rivera, que hasta ahora no había dirigido ningún ataque contra Sánchez, se sumó a la presión que ya ejercen Rajoy e Iglesias exigiendo que se defina antes de las elecciones sobre con quién va a pactar.
Desde la tribunal del Forum Europa, en Madrid, el dirigente liberal pidió a Sánchez que aclare si su partido es "socialdemócrata europeo" o apoya a los "populismos", ya que ve con "preocupación" el respaldo de los socialistas a los gobiernos municipales de Manuela Carmena, en Madrid, y a Ada Colau, en Barcelona.
Pero Sánchez se propuso no ceder al hostigamiento de sus rivales y ha optado por mantener una posición ambigua que, después del 26-J, se sabrá si le ha dado resultado.
En medio de la confusión socialista, la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se agarró de las palabras de Sevilla para plantear que "lo más sensato, atinado y respetuoso de la voluntad de las urnas es que gobierne el más votado".
Tras vencer las últimas elecciones sin mayoría para gobernar, Rajoy reclamó que se le permitiera hacerlo pero el PSOE se negó defendiendo que en la lógica de un sistema parlamentario no alcanza que se gane en votos sino que hay contar con los apoyos necesarios en el Parlamento.
"Si los que estamos aquí nos comprometemos a dejar gobernar al que obtiene más votos de los españoles, no habrá elecciones", reiteró Rajoy este lunes durante el único debate de campaña entre los cuatro principales candidatos de la carrera hacia La Moncloa.
Por su parte, Iglesias, que da por hecho que su candidatura será la segunda fuerza, le recordó al PSOE solo tiene dos opciones: apoyar al PP o un gobierno de coalición con Unidos Podemos. No obstante, Sánchez decidió, como estrategia, no asumir en campaña este muy probable escenario post electoral.
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