Las consultas que reciben por violaciones a prohibiciones de acercamiento, amenazas y lesiones son atendidaspor un equipo especial
El Centro de Asistencia Judicial (CAJ) recibe a diario consultas de víctimas de violencia de género, que ingresan por la Oficina de Admisión y son derivados a otras áreas cuando se trata de homicidios o su tentativa. María Noel Severo, Juliana Tagliatti y Celina Ponti Marcuzzi son las tres profesionales que toman el tema cuando no constituye un delito grave. "Tenemos una intensa demanda, sobre todo en cuanto a la desobediencia de prohibiciones de acercamiento, así como amenazas y lesiones. Las mujeres víctimas de estas violencias vienen a consultar qué hacer, porque muchas veces está en juego también la manutención de sus hijos, ya que se combina con la violencia económica de la denegación de la cuota de alimentos, por ejemplo", explica Tagliatti sobre las situaciones que asisten. El CAJ, que dirige Ricardo Lamas, representa a las víctimas en el sistema penal y por eso, las situaciones que no constituyen delitos son atendidas en la Defensoría del Pueblo.
Consultados sobre el trabajo de las fiscalías, tanto Lamas como las abogadas fueron por la positiva. "Es imprescindible trabajar sobre los tratados internacionales. Queremos darle volumen a la obtención de pruebas y darle contenido a algunos de los preceptos de la Convención de Belem do Pará para Prevenir, Sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Por ejemplo, qué significa la debida diligencia en la investigación, uno de los preceptos de esa Convención", explicó Lamas. Con ese objetivo, apuntan también a la articulación de distintas instancias, como los centros de salud y el Área de la Mujer de la Municipalidad. En general, cuando las mujeres llegan al CAJ, ya pasaron por otras instancias del estado.
El CAJ cuenta con un equipo interdisciplinario que incluye, además de las abogadas, a psicólogas y trabajadoras sociales. Pero aclaran que ese equipo no brinda acompañamiento terapéutico. "Es un sostén para que puedan afrontar el proceso penal".
Como las abogadas se formaron en el Programa de Género en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, su comprensión del círculo de la violencia les permite, por ejemplo, entender las disyuntivas permanentes que atraviesan las mujeres en esa situación. "Hay que trabajar con sensibilidad, compromiso y formación", expresó Severo.
Para Lamas, la meta principal es "sumar intervenciones de calidad" en el proceso judicial. Una de las dificultades que afrontan es la superposición entre procesos penales y civiles (en los Tribunales de Familia) que suelen darse en este tipo de denuncias. Por eso, se propusieron una articulación de estos fueros, en la que avanzan de hecho en cada caso. También quieren aportar a sentar jurisprudencia. En Rosario, el CAJ está ubicado en Moreno 1763 y su teléfono es 4728162.
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