Este proyecto en particular es articulado de manera mancomunada entre Alejandro D’Elia, creador de Reiniciar, y la Unidad de Producción Penitenciaria, que se encarga de todas las actividades laborales que se llevan a cabo en contextos de encierro. Permite desarrollar productos sustentables como bolsas, individuales y delantales, los cuales han tenido gran alcance y han llegado incluso a empresas y bodegas.
A partir de una iniciativa de dos personas privadas de libertad alojadas en el Complejo San Felipe y de un grupo de actores sociales del medio libre, comenzaba hace dos años un proyecto de desarrollo sustentable basado en la fabricación de distintos productos, utilizando y reciclando los banners plásticos que quedaban en desuso. Gracias al espíritu emprendedor de Jorge e Ignacio, dos internos que desarrollaban tareas en el taller textil del establecimiento, se inició este proyecto apelando a una nueva modalidad de trabajo impulsada desde el Servicio Penitenciario denominada “autogestionados”.
Este proyecto en particular es articulado de manera mancomunada entre Alejandro D’Elia, creador de Reiniciar, y la Unidad de Producción Penitenciaria, que se encarga de todas las actividades laborales que se llevan a cabo en contextos de encierro. Permite desarrollar productos sustentables como bolsas, individuales y delantales, los cuales han tenido gran alcance y han llegado incluso a empresas y bodegas.
“Esperamos poder tener presencia en todas las cárceles de la provincia, ya que es un proyecto con una gran visión a largo plazo y de suma ayuda para toda la comunidad. Es una idea que va desde adentro de las cárceles hacia afuera de la sociedad, y eso lo hace muy enriquecedor”, manifestó con orgullo uno de los internos protagonista de la iniciativa, Ignacio Fernández.
“Reiniciar, Empaques Ecológicos”, en la actualidad, da trabajo a 15 personas privadas de la libertad, y se ha solicitado la ampliación de su capacidad productiva, debido a su popularidad y la necesidad de continuar concientizando sobre el cuidado del medio ambiente. Apunta a masificar el uso de empaques ecológicos, con la firme intención de que cualquier tipo de negocio, empresa o institución incluso estatal pueda ofrecer productos o servicios a sus clientes de manera “ecoamigable”.
Esta iniciativa, responde además al formato de empresas de triple impacto: ambiental: reutilizando residuos tóxicos para el medio ambiente, transformándolos en productos de consumo cotidiano; social: mediante la reinserción de las personas privadas de libertad, personas con capacidades diferentes y sectores vulnerables, y económico.
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