En 2022, la empresa ahorró casi 5.000 millones de litros de agua en España con la instalación de tecnología que reduce su uso.
Por: Denisse López.
Alrededor del 90% de cualquier refresco es agua, así que es un elemento clave para todas las compañías que fabrican este tipo de bebidas. Coca-Cola lo sabe, y por eso ha diseñado un plan para proteger los recursos hídricos de las zonas en las que opera en España. Su objetivo pasa por garantizar su propio suministro, reducir su consumo en los procesos de producción y devolver a la naturaleza el equivalente al 100% del agua que embotellan a través de ocho proyectos medioambientales desplegados en distintas comunidades autónomas.
En 2022, se ahorraron 4.916 millones de litros gracias a iniciativas como la de ‘Misión Posible, Desafío Guadalquivir’, que fomenta el riego eficiente, la agricultura sostenible y la recuperación de marismas a las puertas de Doñana. El programa arrancó en 2018 en colaboración con WWF y ha permitido que las 14 fincas que participan en él hayan ahorrado más de 700 millones de litros de agua anuales gracias a la instalación de sensores que permiten a los agricultores conocer las condiciones meteorológicas y de su cosecha, para un óptimo programa de riego de los campos. Rafael Jiménez, propietario de una de las fincas participantes, asegura que con este método ha obtenido un 20% de ahorro de agua, lo que se traduce en una reducción de sus costes de producción. “Optimizamos cada gota, la cuidamos y devolvemos a la naturaleza para preservar este recurso tan limitado en la zona”, concluye. Como parte de este programa también se han restaurado seis hectáreas de la marisma de Adventus, en Trebujena, Cádiz, donde viven unas 150 especies, algunas de ellas amenazadas.
A fin de equilibrar el impacto medioambiental de sus embotelladoras, Coca-Cola también desarrolla planes de reducción de agua dentro de sus fábricas. El objetivo es que en 2025 el consumo de este recurso sea un 20% menos respecto a 2010; hasta el año pasado en España se había conseguido una caída del 19,8%. La planta que se encuentra en Sevilla lidera esta iniciativa, con la puesta en marcha del proyecto Water&Energy Management, que supone la instalación de 224 contadores de agua y energía que, junto a una plataforma de gestión de consumos, analiza los datos en tiempo real y permite la optimización de los procesos productivos. La compañía estima un ahorro en torno a los 12.800 metros cúbicos de agua y 617.872 kWh al año.
Entre las medidas introducidas dentro de sus plantas, está la optimización del lavado de las botellas de vidrio que se consumen en los bares y restaurantes. Se han realizado ajustes en los inyectores de las lavadoras por las que pasan estos envases -que se usan una media de 25 veces- para que usen menos agua. También se ha mejorado el sistema de lavado de las botellas de plástico, que se limpian con aire ionizado, una forma de eliminar las partículas de polvo.
Como tercer campo de acción, Coca-Cola trabaja para conseguir, en 2030, regenerar el 100% del agua que se utiliza en las fábricas situadas en zonas de estrés hídrico. El agua que se usa en los procesos productivos es sometida a un tratamiento especial antes de verterla como agua residual, esto permite que se vuelva a utilizar en actividades que no impliquen el consumo humano, como el riego en agricultura o usos recreativos. En España, esta política se lleva a cabo en Sevilla y en la planta de Tenerife, cuyas aguas residuales se vierten a la depuradora del Valle de Guerra, donde tras someterlas a un proceso de electrodiálisis para reducir el contenido de sales disueltas en ella, se emplean en el riego de los cultivos de la zona.
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