La gobernadora defiende su gestión a pesar del deterioro económico y social. Dice que no hay delito en los aportes truchos y que tomó mejor deuda que Scioli. Por qué “Vidal es Vidal” y no Macri.
Por SABRINA CARRASCO y DAMIÁN BELASTEGUI.
“Sorpresas: Scioli y Macri van parejos al ballotage y ganó Vidal”, tituló Clarín. “Vidal. Histórico triunfo en Buenos Aires”, escribió La Nación. Las tapas de algunos diarios del lunes 26 de octubre de 2015 ambientan parte de las paredes del despacho de María Eugenia Vidal, donde una veintena de portarretratos –la mayoría, con fotos familiares; otros, con la imagen del papa Francisco y del presidente Mauricio Macri– se mezclan con un modelo en miniatura de una ambulancia del SAME Provincia, el bastón de mando diseñado por el reconocido orfebre Juan Carlos Pallarols, distintas ediciones de la biblia y el Martín Fierro. El recuerdo impreso de aquel triunfo que la catapultó a la gobernación de la provincia más grande del país ya deja entrever el amarillo del paso del tiempo, de años que la mandataria definió como “difíciles”. En una entrevista con Letra P, a tres años y siete meses del inicio de su gestión, Vidal reconoce que “la provincia todavía duele”, pero “menos” en algunos aspectos.
Al enumerar las razones por las cuales los bonaerenses tendrían que reelegirla en los próximos comicios, opta por ponderar las guardias nuevas de hospitales, los arreglos en las rutas y la desarticulación de búnkeres donde se vendía droga. En un contexto donde el desempleo supera los dos dígitos en la provincia y en el conurbano alcanza el 11,8%, pone énfasis en los créditos pyme y niega que solo sean para cubrir los gastos inmediatos.
Defiende su política de endeudamiento (más de 5.000 millones de dólares en un año y medio), solo reconoce “un 5%” de aumento en el stock de deuda con relación a lo que recibió en 2015 y acusa a su antecesor inmediato, Daniel Scioli, de haber escondido deuda. En tanto, avisa que va “a seguir peleando” por la actualización del Fondo del Conurbano en caso de resultar reelecta.
Cataloga la causa de los aportantes truchos como una “equivocación grave” que justificó la separación del cargo de la ex contadora general de la Provincia, María Fernanda Inza, sobre quien circunscribió las responsabilidades. Pero asegura que no hubo “delito”. Y se desliga: “En mi caso, ni siquiera fui citada”.
Defiende la elección de su ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, como cabeza de la lista de diputados nacionales y aclara que fue una decisión “en conjunto con el Presidente”, pese a que entre 2017 y 2018, según la Procuración General (de la Corte bonaerense), aumentó 28% el número de homicidios en ocasión de robo y 50%, la cantidad de secuestros extorsivos. Asocia el incremento de indicadores delictivos a que existe “una transparencia del sistema”, con internet en las comisarías y una app para hacer denuncias
En contra de la “demonización de la política”, niega haber hablado de “gobiernos peronistas” al cuestionar la ausencia de lucha contra el narcotráfico y sostiene que siempre se refirió a “un sistema”, al que, en esta oportunidad, no mencionó que data de 28 años, como sí lo hizo en otras ocasiones para asociarlo con las administraciones conducidas por el PJ.
Con Pichetto como nuevo integrante en el equipo del oficialismo y al reconocer la identidad peronista de dirigentes de su gabinete, Vidal pondera algunos atributos de este espacio. Mientras posa para las fotos, se anima a bromear, consultada sobre las internas de Juntos por el Cambio en algunos distritos: “No hay problema con las internas. Pero en eso sí somos peronistas: el que gana conduce, el que pierde acompaña”.
BIO. Nació el 8 de septiembre de 1973. Tiene 45 años y tres hijos de su ex marido, el intendente de Morón, Ramiro Tagliaferro. Licenciada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales (UCA). Fue parte del Grupo Sophia y de la Fundación Creer y Crecer, las dos usinas de construcción del PRO. En 2007 fue electa legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A los seis meses fue convocada por Macri para comandar el Ministerio de Desarrollo Social. Desde ese espacio consolidó su relación política y personal con Macri, quien la eligió como su vicejefa porteña para el segundo mandato que obtuvo en 2011. En 2013, comenzó a caminar la provincia de Buenos Aires. Cuando se conformó Cambiemos, fue la elegida para dar pelea bonaerense. Tras 28 años de gestiones peronistas, en 2015 se convirtió en la primera gobernadora mujer de la provincia. Va por la reelección.
-En 2016, en la asamblea legislativa, usted dijo que “la provincia duele”. A casi cuatro años de mandato, ¿volvería a decir eso?
-Y lo digo. La Provincia todavía duele. Lo sé porque la recorrí antes de ser gobernadora y la recorro todos los días desde que asumí. Pero también siento que empezamos un camino que hace que en muchos lugares ya no duela o no duela lo mismo. Un ejemplo de hoy: esta mañana estuve con la gente del Instituto Biológico de la Provincia, del Laboratorio provincial, que me trajo el primer lote que se va a empezar a entregar a partir de la semana que viene, producido por la Provincia, de medicamentos para tratamientos paliativos de cáncer. Ese tratamiento no tenía cobertura para el paciente que iba al hospital público y si va a la farmacia a comprarlo le cuesta $3.300. Hoy lo damos gratuitamente y producido en nuestro laboratorio cuesta menos de $200. Estoy segura de que para el 80% de esos seis mil pacientes de cáncer con estado avanzado hay menos dolor, no solo físico. Esa provincia me duele menos. Así, podría contar las guardias de los hospitales, las 47 salas que pusimos en valor. El paciente ya no está ocho horas esperando que lo atiendan. Eso antes no sucedía. Las guardias seguro duelen menos. Ahora, eso todavía no alcanza, todavía duele.
-Al inicio de su gestión hizo foco en el estado financiero en el que recibió la Provincia. En retrospectiva y devaluación mediante, ¿cree que fue adecuado endeudarse en más de 5.000 millones de dólares?
-Hablemos del nivel de deuda que recibí y el nivel de deuda que tiene la Provincia. Scioli dejó una deuda de 11.500 millones de dólares; hoy, la Provincia está endeudada en 12 mil millones de dólares. Son 500 millones de dólares más, un 5% más. Así como mentían con la inflación, con la inseguridad, con la pobreza, también mintieron con la deuda que dejaron. Scioli dijo que había dejado 9 mil millones de deuda, pero esa era la registrada. No contó la que le debía al Banco Provincia, al IOMA, los dos años que les debía a los proveedores, lo que debía de ART a los trabajadores. Todo eso suma 11.500 millones de dólares.
"No hay problema con las internas. Pero en eso sí somos peronistas: el que gana conduce, el que pierde acompaña."
-Volviendo a su gestión y al caso puntual de las cuatro emisiones que hizo en un año y medio por 5 mil millones…
-Hablemos de tasas. Scioli dejó deuda con tasas superiores al diez por ciento. La deuda que yo tomé es, en promedio, de 7,8%.
-¿Tiene pensado volver a emitir deuda en mercados internacionales? Ahora están cerrados…
-Ahora están cerrados (se detiene). En realidad, no es que estén cerrados, la Provincia podría endeudarse hoy pero a una tasa que no está dispuesta a pagar. Hoy podríamos seguir endeudados pero a la tasa que tomaba Scioli, (una tasa) que no está bien.
-Si el mercado internacional sigue ofreciendo ese nivel de tasas y la Provincia sigue sin recibir lo que reclaman en concepto de coparticipación, ¿cómo se va a financiar la Provincia?
-Hemos mejorado muchísimo la coparticipación. Cuando asumí, era la más baja de toda la historia de la democracia. Era de 18%. Hoy es de 22%. Y eso tiene que ver con la recuperación del Fondo del Conurbano. Después de 15 años en los que hubo gobiernos y presidentes del mismo partido y hubo silencio en relación al Fondo del Conurbano, yo fui a la Corte, lo reclamé y lo recuperé. Lo que queda pendiente es la actualización del Fondo. Son 25 mil millones más por los que seguiré peleando, más allá de que el Presidente y yo seamos del mismo equipo. La modificación de la Ley de Coparticipación es del Congreso Nacional y requiere la aprobación de todos los gobernadores. Eso es mucho más dificultoso, pero la actualización del Fondo del Conurbano, no. Es una ley que podemos lograr en el Congreso y por eso también depende mucho de lo que los bonaerenses voten, porque nuestros diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires la van a acompañar.
-Pasó más de un año del caso de los aportantes truchos de Cambiemos en las campañas de 2015 y 2017. En ese momento, siendo jefa del PRO bonaerense, pidió un sumario interno. ¿Qué resultado arrojó? ¿Se comprobó que había beneficiarios de planes sociales que eran aportantes, que hubo candidatos que figuraban pero sin hacer aportes? ¿De dónde salió el dinero para la campaña?
-Se comprobó, por lo menos en la auditoría del partido, que hubo errores administrativos, no delito. Que se habían informado afiliados partidarios del PRO, porque todos estaban afiliados al partido, pero que no habían hecho aportes. Se comprobó un listado de personas que sí había hecho aportes y que no estaba presentado como aportante. Todo eso fue rectificado, presentado en la Justicia Electoral y es la Justicia Electoral la que va a definir si esa rendición es correcta o no. Nuestra auditoría terminó, no detectó delito. Sí (detectó) problemas serios de administración que terminaron con la salida del gobierno y del partido de la persona responsable de la rendición. Más allá de que me denunciaron como presidenta del PRO, los que estaban en cuestión eran los responsables de la rendición, no el PRO. Ni la presidenta ni el presidente del PRO, sino los responsables de la alianza, que son los que fueron citados por la Justicia. En mi caso, ni siquiera fui citada, imputada, ni tengo ninguna figura en esa causa ni en ninguna de las denuncias que se hicieron.
-¿Cómo la afecta haber echado a Inza, una funcionaria de su máxima confianza?
-Todavía no está demostrado en la Justicia que Fernanda haya cometido algún delito, pero sí comprobé que hubo errores administrativos. Eso es suficiente como para apartar a alguien de un cargo con responsabilidad pública. Es importante sostener la honestidad del gobierno y uno no puede esperar hasta la condena definitiva para tomar una acción. Soy responsable ante los bonaerenses y, si alguien de mi equipo se equivoca, aun cuando no comete un delito pero esa equivocación es grave, amerita que sea separado del cargo.
-Entre 2017 y 2018, según un informe de la Procuración, aumentó el número de homicidios en ocasión de robo y la cantidad de secuestros extorsivos. Además, murieron 17 personas quemadas en dos comisarías (Pergamino y Esteban Echeverría). Pese a eso, usted eligió a Ritondo, su ministro de Seguridad, como cabeza de la lista de candidatos a diputados nacionales. ¿Cuál fue el motivo?
-Primero, no fue una decisión solo mía, fue una decisión en conjunto con el Presidente. Porque va a ser quien presida su cámara legislativa. En segundo lugar, si uno mira 2015 y se para hoy, la tasa de homicidios en la Provincia bajó 30%. Cuando uno mira estos tres años y medio, los homicidios globales bajaron. Los homicidios que toma la Procuración comparan 2017 con 2018. Si uno compara 2015 con 2018, también se redujeron los secuestros en la provincia. Además, lanzamos la app “Seguridad Provincia”, donde la gente puede denunciar desde su celular y eso llega directamente a la fiscalía. Antes, el oficial tomaba la denuncia y se hacían tres copias en papel, una para la persona, otra para la comisaría y otra para el fiscal. Ahora, se carga el formulario y directamente va al fiscal. Eso hace que ahora no haya cajoneo de denuncias ni zonas liberadas; hoy ninguna comisaria, ni para mejorar su estadística ni para liberar una zona, puede esconder denuncias. Eso termina en que haya muchas más investigaciones iniciadas en 2018 en relación a otros años, porque se está blanqueando el sistema. Si el aumento de denuncias tiene que ver con un blanqueo y una transparencia del sistema, me parece bien.
-¿Y la superpoblación carcelaria? Eso repercute en la situación de detenidos en comisarías…
-Es un problema histórico que tiene la provincia. También tiene que ver con el aumento del narcotráfico durante mucho tiempo y el hecho de que hayamos aumentado enormemente la cantidad de detenidos por narcotráfico. En el periodo que va de 2008 a 2015, Scioli detuvo a cinco mil narcotraficantes. Nosotros, en tres años y medio, llevamos siete mil. Todo eso presiona sobre el sistema carcelario, más allá de que hemos construido la cárcel de Lomas de Zamora, la de Campana. Estamos por empezar a construir tres alcaldías nuevas (…) pero todavía no alcanza para revertir esa superpoblación que ya era un problema cuando llegamos.
-Los casos de homicidios en ocasión de robo subieron 28% y son los que más preocupan a los bonaerenses.
-Si uno mira la disminución de los secuestros en estos tres años y medio, la disminución de las tasas de homicidio en general, del robo rural, de la piratería del asfalto en lo que es el delito organizado, ni hablar del narcotráfico en cantidad de detenidos y cantidad de droga secuestrada, es una gestión que hada dado buenos resultados. Eso no quiere decir que en tres años y medio se van a revertir los problemas de inseguridad grave que esta provincia arrastra desde hace años y por eso tenemos que seguir trabajando, reforzando sobre todo la policía de calle, para que haya más y mejor policía.
-¿Por qué les pide a los bonaerenses que vuelvan a votarla?
-Porque muchas cuestiones de sus vidas que durante 28 años no vieron ya empezaron a cambiar. Durante años les decían que arreglaban las rutas, pero ahora pueden ver las máquinas trabajando; les hablaban de hospitales públicos pero no se invertía. Porque todos quieren una educación mejor y hoy ve que hay dos chicas del sistema público que ganan la maratón nacional de robótica y esto es porque hay robótica en todas las escuelas de la provincia. Todavía hay mucho para hacer, pero siento que en muchos lugares podemos mostrar ese cambio, el cambio al que nos comprometimos. Hoy, tres mil barras que antes entraban a la cancha como panchos por su casa tienen el derecho de admisión aplicado, jefes de barra que están presos. Se entra a barrios adonde la policía no entraba y se derriban 130 búnkeres donde se vendía droga. Les pido confianza en que vamos a seguir haciendo estas cosas, que las vamos a profundizar y vamos a llegar a cada lugar que falte.
-No menciona el empleo ni el poder adquisitivo del salario. ¿Por esas cuestiones no tendrían que votarla?
-Por supuesto que el trabajo es el eje que organiza nuestra vida…
-¿Cómo califica su gestión en ese aspecto, con el desempleo en aumento en el conurbano, en Mar del Plata, adonde llegó a 11,8%?
-Yo más que calificar u opinar estoy para hacer. Y siento que han sido años difíciles. Hemos estado muy cerca, en especial de las pymes. En todo este contexto de dificultad impulsamos el programa Compra Pyme, que hace que muchas de ellas puedan llegar a las góndolas de las grandes cadenas, reciban un pago en menor plazo y tengan un mejor lugar en góndola. Hoy, hay 1.600 pymes que exportan, de la misma manera que les hemos dado créditos desde el Banco Provincia a la mitad de la tasa que hoy es alta en el mercado privado.
-Pero esos son créditos que han tomado mucho las pymes para descuento de cheques, más que nada para lidiar con lo inmediato…
-No, también para capital de trabajo y para inversión. El Banco Provincia, en la gestión anterior, dio 60 mil créditos; nosotros llevamos 80 mil y eso tiene que ver, no con que antes no hubiera demanda de crédito, sino con que el banco le prestaba al gobierno. Nosotros nunca le pedimos prestado al Bapro en tres años y medio y eso hace que pueda hacer los descuentos en supermercados. Eso hace que pueda sostener el descuento de cheques. Probablemente, eso no genera fuentes de trabajo, pero la sostiene. En un contexto donde una pyme tiene que ir a descontar un cheque a un banco privado al 70%, ir al Banco Provincia a descontarlo al 29% es, sin duda, una ventaja.
-La AFIP reconoce que 43 pymes cierran por día. Representantes de pymes consultados dicen que, más que el crédito, precisaban que se activara el consumo para poder vender.
-Estuve reunida con pymes de La Plata y había varios gastronómicos y me decían que lo que empezaron a percibir a partir de que nos ocupamos del tema es que junio fue mejor que mayo y julio, mejor que junio. Empiezan a sentir una leve recuperación que, por supuesto, no se siente en todas las casas del conurbano. Seguramente, en el interior de la provincia, donde la cosecha fue mejor y donde eso vuelve a los pueblos, se siente más que en muchos lugares del conurbano profundo; esta no es una sola provincia, sino muchas y con realidades distintas. Generalizar es muy difícil.
-En 2015 obtuvo el triunfo ayudada por un corte de boleta histórico del 6%. Este año, con el escenario tan polarizado, eso parece más difícil de conseguir. ¿Cuál es la estrategia?
-Lo nuestro es por un voto (ríe); ganamos o perdemos por un voto. Mi estrategia ha sido siempre la misma. No sé si es una estrategia o una forma de hacer política. Yo no creo que uno logre en tres meses antes de la elección, cuando es gobierno, modificar un voto que no se construyó en el tiempo. Siento que con los bonaerenses he construido un vínculo que es de persona a persona, que va más allá de lo partidario, que tiene que ver con mi compromiso con la provincia. Yo no voy ahora a las ciudades a recorrer para pedir el voto, yo ya di la vuelta a esta provincia tres veces y en algunos lugres, como Bahía Blanca, me contaban que había estado 20 veces. Yo no voy de visita, yo vuelvo. Vuelvo a seguir trabajando sobre una realidad que está pendiente en cada lugar. Cada bonaerense, a su manera, ha vivido qué significo el gobierno de la provincia en estos años y yo apuesto a eso. No hago campaña de otra manera que como gobierno. Porque, además, tengo la responsabilidad de gobernar hasta el 10 de diciembre.
-¿Por qué en 2015 la gente la votó a usted pero no al presidente Macri?
-Yo no soy analista, me tengo que ocupar de gobernar.
-¿Qué cree que sucedió en esa porción de bonaerenses que dijeron "quiero que Vidal sea la gobernadora, pero no quiero que Macri sea el presidente"?
-Habrán visto cosas en los otros candidatos a presidente que no vieron en Mauricio. O (cosas) en mí que no vieron en los otros candidatos a la gobernación. La gente nos demuestra que es nuestra jefa y que las decisiones no las tomamos nosotros, sino ella. El movimiento que las jóvenes han impulsado del feminismo era impensable hace unos años. Imponen la agenda en la política o el cuidado del medio ambiente, la diversidad sexual. Cada vez más la gente te hace sentir que la agenda tiene que ser la de ella. Y está bien. Creo que la política durante muchos años se equivocó pensando que tenía una valija de votos y (que) porque una vez me votaron me voy a otro partido y me lo llevo. No funciona así
-Usted había dicho Vidal no es Macri…
-Y, sí, no somos la misma persona (ríe).
-En términos políticos, ¿en qué aspectos Vidal no es Macri?
-En el momento que lo dije, también dije que Vidal no es Heidi ni un hada virginal. Vidal es Vidal. Tampoco soy Horacio (Rodríguez Larreta) y somos amigos desde hace 20 años (…) Es inevitable que le ponga su impronta. Mauricio es un ingeniero y, como buen ingeniero, es alguien que empuja mucho la infraestructura; esa es su impronta. Yo soy hija de un médico y toda mi vida trabajé en lo social. Entonces, la guardia de un hospital y meterme adentro de un barrio pobre cada semana y escuchar al que menos tiene, es mi historia. Eso no hace a uno mejor que a otro. Eso nos hace el resultado de la historia que hemos atravesado. Horacio tiene otro perfil y Lousteau, con quien estuve en estos días, tiene otro. Pero hemos logrado que haya una comunión que me parece lo más importante. Todos tenemos una misma visión de hacia adónde queremos que vaya la provincia y la Argentina y compartimos los mismos valores. Incluso, siendo personas muy distintas, como me pasa con Lilita Carrió o el radicalismo de Daniel Salvador. Sin embargo, estamos juntos porque compartimos una misma mirada del futuro y unos mismos valores.
-Dijo que los gobiernos peronistas habían hecho oídos sordos al narcotráfico...
-Yo no dije nunca gobiernos peronistas. Hablé de un sistema que para mí excede a un partido. Hablé de un sistema del que no solo era parte la política sino que abarcaba también a la policía, a una parte de la justicia... un sistema de dirigentes que puso en primer lugar su propio beneficio y se apropió de los recursos del Estado y no los puso donde la gente los necesitaba. Porque, de lo contrario, no estaríamos hoy en una provincia donde el 40% no tiene cloacas.
-¿Cómo definiría al peronismo?
-Yo no soy una peronóloga ni una analista.
-¿Cómo se lleva con el peronismo?
-Me parece que el peronismo, como el radicalismo, como fuerzas políticas históricas de la Argentina tienen valores con los que acuerdo y otros con los que no. Para mí, la demonización de la política, eso de que acá están los buenos y acá los malos, no funciona. Creo que hay valores muy importantes en el peronismo, como los hay en el radicalismo. Y rescato de los dos. Por algo soy parte del PRO, que es un partido que no es ni peronista ni radical y donde siento que se rescatan valores de distintas fuerzas. La mitad de mi gabinete es peronista o por lo menos viene de ahí, con lo cual eso expresa un reconocimiento a ese partido.
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