Por “el manto de duda” existente, el judicial solicitó en noviembre el traslado a la Corte Suprema de Justicia. “Hay irregularidades y sospechas de falta de transparencia”, dijo el funcionario Cornet, que pidió su traslado.
Gonzalo Cornet pidió el traslado a la Corte Suprema de Justicia de Tucumán (CSJT). El abogado Cornet, que acumula 20 años de servicio en Tribunales, no quiere ser más prosecretario del Juzgado de Instrucción Penal N°2 de la capital. Dice que desea irse para preservar su buen nombre y honor, y que es vox pópuli lo que sucede en esa unidad jurisdiccional acéfala desde noviembre de 2012 por la muerte de la magistrada Emma De Nucci. “La Corte Suprema debe hacer una investigación amplia porque hay irregularidades y sospechas de falta de transparencia”, explica el funcionario.
“Noté ciertas anomalías en el trámite de causas penales y mucha mora”, precisa en una conversación con LA GACETA. Cornet se define como un hombre de Derecho, que persigue la equidad y la igualdad, y que cree que es posible hacer justicia: “pero en mi trabajo vi situaciones alejadas a mis ideales. Según mi opinión, hubo connivencias con algunos letrados que ejercen su función en el fuero penal”.
Presuntas anomalías
Las irregularidades tienen que ver con el hecho de que el Juzgado N°2, al igual que el N°3, es un barco sin capitán: el Consejo Asesor de la Magistratura (CAM) va por el tercer intento de cubrir la vacante de De Nucci (Ver “Una vacancia desde 2012”). O, como define Cornet, “un barco a la deriva”.
Los tres magistrados de Instrucción en funciones en San Miguel de Tucumán -Alejandro Tomas, Manuel Pérez y Juan Francisco Pisa- actúan como subrogantes del Juzgado N°2: cada sustitución dura 15 días y, en principio, son rentadas.
“Esto torna muy complicado el trabajo”, indica Cornet, para quien es lógico que así sea porque cada magistrado tiene sus criterios doctrinarios y formas de interpretar la ley, además de que la Justicia penal en sí misma está colapsada.
“Por ahí firman cosas que no deberían, pero el sistema de trabajo no les deja alternativa. No digo que les moleste intervenir en las causas que tramitan en nuestra oficina, sí que esto genera cierto malestar porque la acefalía lleva más de cuatro años, lo cual es inédito”, apunta.
Un manto antiguo
Cornet agrega que las sospechas vienen de más lejos. “El manto de duda que pesa sobre el Juzgado N°2 es anterior a la muerte de De Nucci. Esta jueza trabajó hasta su fallecimiento con un estado de salud delicado. Ya entonces se hablaba de irregularidades”, informa.
Y recuerda que a mediados del año pasado, el alto tribunal provincial cesanteó al encargado auxiliar Hugo Daniel Sánchez por presuntos cohecho y tráfico de influencias. Los vocales Antonio Gandur (presidente), Antonio Estofán, Claudia Sbdar y Daniel Posse dijeron que Sánchez había desplegado una conducta ilegítima e impropia con cargos de falta de discreción y decoro que deparó la pérdida de confianza respecto de su persona, según la Acordada 750/16. En noviembre, la Corte Suprema rechazó un recurso de reconsideración presentado por el empleado cesanteado.
El pedido de traslado de Cornet -en parte también motivado por la razón de que aspiraba a un ascenso que no sucedió- ingresó a la Corte el 30 de noviembre y aún no tuvo respuesta. “Tengo la posibilidad de volver a la Mesa de Entradas de la Justicia penal, pero iré a dónde los vocales dispongan. La cuestión es salir del Juzgado N°2”, dice.
El prosecretario comenta que, en los días subsiguientes a la remisión de su nota, una auditora del alto tribunal fue a la unidad jurisdiccional para tratar de establecer las causas de la mora. Antes había habido una fiscalización de rutina.
El funcionario añade que hace tiempo un ciudadano denunció por hechos de presunta corrupción a dos integrantes del staff y que la Corte inició una actuación disciplinaria, que está en vías de desarrollo. E insiste: “sin perjuicio de lo que dispongan respecto de mi persona, entiendo que hay razones para hacer una investigación amplia en el Juzgado N°2”.
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