Anteanoche, mientras desde su banca Cristina Kirchner le enrostraba al oficialismo la diferencia entre opositores amigables o responsables, el Gobierno hacía ingresar al Senado el pliego para convertir a Darío Giustozzi en embajador de Ecuador. El asunto deberá esperar a febrero para ser tratado, cuando se reanuden las sesiones extraordinarias, pero Giustozzi completó así su parábola desde el kirchnerismo y el massismo hasta Cambiemos.

El ex intendente de Almirante Brown y diputado nacional hasta el 10 de diciembre reemplazará en la embajada de Quito al cordobés Luis Juez, que fue relevado del cargo tras hacer comentarios despectivos sobre la higiene de los ecuatorianos.

Según pudo saber LA NACION, la intención es que Giustozzi se encuentre en Quito antes del 4 de febrero de 2018, cuando está convocada la consulta popular con la que el presidente Lenín Moreno pretende anular las reelecciones indefinidas y obturar el regreso al cargo de su antecesor, Rafael Correa. Giustozzi podría llegar a Ecuador con una designación ad referendum de la Cámara alta. O como un simple observador.

El Gobierno propuso a Giustozzi por el artículo quinto de la ley 20.957 del Servicio Exterior, que permite a los dirigentes políticos saltearse los pasos de la carrera diplomática y convertirse en embajadores extraordinarios con un mandato que finaliza junto al del presidente que los nombró. O sea, hasta 2019.

Cambiemos recompensó así los votos que Giustozzi y sus compañeros de bloque, Sandro Guzmán, Franco Caviglia y Eduardo Fabiani, aportaron para debates claves: desde el acuerdo con los holdouts a los presupuestos de cada año. De hecho, Giustozzi se movió en tándem con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.

Eso le abrió las puertas del despacho del jefe de Gabinete, Marcos Peña, al que visitó más de una vez en la previa de la última campaña electoral. Caviglia, ex secretario de gobierno de Almirante Brown con Giustozzi, fue candidato por Cambiemos. Y Mario Giacobbe, estrecho colaborador, es legislador provincial.