Bernardo Serrano González, oficial de Derechos Humanos de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, dijo que México atraviesa un momento prometedor para lograr una nueva regulación del agua.
Para hacer frente a la crisis del agua que vive México en la actualidad, legisladoras, legisladores y organizaciones civiles buscan que en el Senado se discuta y apruebe una nueva ley general, con el objetivo de garantizar el derecho humano a este recurso vital, gestionarlo de manera sustentable y restaurar cuencas y flujos de agua.
En el foro “El derecho humano al agua: avances y retos”, los especialistas advirtieron que la actual legislación ha provocado el despojo de este líquido a comunidades y pueblos, además de que la pandemia incrementó los conflictos relacionados con el agua.
Elena Burns Stuck, subdirectora general de la organización Administración del Agua, advirtió que la legislación actual permite a concesionarios descargar contaminantes sin tener que pagar nada, siempre que respete los niveles de polución; además no se les puede clausurar por el exceso de contaminantes, pues con que paguen lo establecido en la ley, están protegidos.
En este sentido, alertó que la actual ley es “especialmente dañina”, por lo que llamó al poder Legislativo y demás actores involucrados a generar una nueva legislación para proteger y conservar las aguas en México.
En tanto, Pedro Moctezuma Barragán, de la organización Comisión para la Cooperación Ambiental, llamó a los legisladores a realizar un periodo extraordinario para aprobar la nueva ley, pues se trata de un asunto de urgente resolución.
Consideró que si México logra generar una nueva ley que permita gestionar el agua de manera sustentable, será un ejemplo continental.
Bernardo Serrano González, oficial de Derechos Humanos de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, afirmó que nuestro país vive una crisis del agua, donde los grupos históricamente discriminados y vulnerados reciben los mayores impactos.
Se ha documentado, explicó, un incremento de casos que involucran conflictos por el agua y su saneamiento en todo el país, sobre todo, en regiones donde hay comunidades enteras que no tienen acceso constante y suficiente al agua durante meses, o que consumen el líquido contaminado por su sobreexplotación y megaproyectos cercanos.
Asimismo, comentó que durante la pandemia muchos de estos casos se han agravado o han surgido nuevos conflictos ante la imposibilidad de atender las medidas básicas de higiene. También, agregó, se documentó el aumento de amenazas, criminalización e incluso asesinatos de personas defensoras del agua y del medio ambiente.
Serrano opinó que México atraviesa un momento prometedor para lograr una nueva regulación, armonizada con los tratados internacionales y los altos estándares en esta materia, a fin de garantizar el derecho humano al agua.
En tanto, Claudia Gómez Godoy, del Movimiento Agua Para Todos, expuso que la iniciativa ciudadana cuenta con un amplio respaldo de organizaciones y de la sociedad civil, la academia, diputados y senadores, además fue avalada por 198 mil firmas y se construyó de manera colectiva durante siete años.
Dijo que es indispensable que en estos momentos se lleve a cabo la discusión de tema, pues la actual Ley de Aguas Nacionales, que se ha aplicado por más de 25 años, ha promovido la mala gestión del líquido y la corrupción, debido a su enfoque neoliberal.
El presidente de la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, José Narro Céspedes aseguró que en el Senado existen las condiciones para aprobar una nueva ley, que garantice el derecho humano al agua, promueva la participación ciudadana en su gestión, permita restaurar los mantos acuíferos y evite la violencia contra defensores del medio ambiente.
Cuestionó que, a casi 10 años de haberse elevado este derecho a nivel constitucional en México, aún no se tenga la legislación secundaria respectiva. Recordó que la actual Ley de Aguas Nacionales se construyó bajo el sistema neoliberal y ha servido para el despojo a pueblos y comunidades.
Narro refirió que el dos por ciento de concesionarios, entre ellos Femsa, concentran el 70 por ciento del agua del país, mientras que hay regiones y zonas urbanas que carecen del líquido, por lo que es momento de cambiar la ley.
El también señaló que hay dos propuestas de ley que se discuten en el Congreso: una presentada por Conagua en sexenios pasados, la cual mantiene la visión privatizadora y de despojo, y otra ciudadana, promovida por el movimiento “Agua para Todos”, que busca hacer realidad este derecho.
A su vez, la senadora de Acción Nacional, María Guadalupe Saldaña Cisneros, denunció que, en Los Cabos, Baja California, hay más de ocho mil familias sin agua potable; mientras que aquellos hogares que llegan a tener acceso a este líquido lo hacen una vez al mes y por tandeo.
Beatriz Paredes Rangel, senadora del PRI, afirmó en la política hídrica se debe considerar la necesidad de asignar presupuesto suficiente para la infraestructura y el control de ríos, toda vez que las grandes inversiones permitirán que no se desperdicie este recurso, que no haya inundaciones periódicas en algunas zonas y que se establezca la eficaz captación pluvial.
Mencionó que las estrategias en el uso del agua, deben revisar cómo se responderá al Tratado de Aguas con Estados Unidos, las problemáticas del río Bravo, de la zona de Tijuana y de la actividad agrícola de Chihuahua y de las ciudades fronterizas.
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