Docentes y padres de una veintena de escuelas de la Región que vienen reclamando desde hace tiempo por problemas edilicios se movilizaron ayer al mediodía hasta la sede de la cartera educativa, donde las distintas delegaciones fueron recibidas por el subsecretario de Educación, Néstor Ribet. Ante el malestar de algunos delegados gremiales por “la lentitud del ministerio en cumplir con los compromisos que asumió el 30 de junio último”, el funcionario resaltó que “es cierto que quedan cosas por hacer, pero igualmente cierto es que se ha avanzado y que seguiremos avanzando”.

Tras cuatro horas de reunión, Ribet, quien estuvo acompañado por personal de Infraestructura, del área de consejos escolares, de la jefatura Regional y de la Unidad Ejecutora Provincial, señaló a este diario que “si bien esta vez se sumaron escuelas de Ensenada, con las que vinieron en junio estuvimos repasando en qué se pudo avanzar y qué hay que seguir haciendo”.

Consultado sobre el malestar de muchos participantes, que afirman que “en estos dos meses sólo se cumplió con un 20% de lo prometido”, Ribet dijo que “no vamos a negar que quedan cosas por hacer, pero hay que reconocer que se avanzó y que se continúa trabajando todos los días. No vamos a ahorrar medios ni vamos a bajar los brazos para cumplir con todo lo acordado”, enfatizó.

También indicó que “muchas escuelas van a entrar en el plan de mejora que contempla el decreto firmado por el Gobernador”.

Finalmente valoró “muy especialmente este tipo de encuentros donde se pueden poner en común las necesidades que tienen los establecimientos con las acciones que hay que emprender”, y señaló que volverá a visitar personalmente los colegios.

“burocracia”

El profesor de Historia y delegado de la Secundaria 37 de Arana, Lorenzo Labourdette, afirmó que “las autoridades reconocieron que no se cumplió con lo que se prometió”, y acotó que “ellos siempre ponen por encima cuestiones burocráticas, como plazos de publicación de obras en el boletín oficial o los tiempos que lleva una licitación, sin embargo, aunque podemos comprender eso cuando se trata de grandes trabajos, no se explica que después de dos meses no hayan arreglado un baño, una entrada de una escuela, o que no hayan hecho una vereda para que los chicos de Villa Garibaldi no tengan que caminar por avenida 7”.

Esas cosas “indignan”, dijo Labourdette, quien anticipó que en su escuela continuarán “peleando por un edificio propio y por condiciones dignas para los chicos, sin dejar de dar clases”.